lunes, 27 de abril de 2015

¿EXPERIMENTACIÓN CON HUMANOS O CON ANIMALES?


Un pequeño grupo, 7 u 8 personas, realizó frente al Palacio de Justicia una “manifestación” para protestar por el uso de animales para pruebas biomédicas. A algunos de los  jóvenes participantes los disfrazaron de monos y a otro le pusieron una máscara simulando al Profesor Manuel Elkin Patarroyo, con el evidente objeto de llamar la atención sobre su protesta, que no contó con ningún tipo de atención por parte de la ciudadanía, que diferencia muy bien entre el maltrato gratuito e innecesario, como las riñas de gallos, las peleas de perros y las corridas de toros, y la utilización necesaria, legal y ética de animales para la realización de pruebas, gracias a las cuales se protegen y salvan vidas humanas.



Los animales se emplean en todo el mundo para probar vacunas y medicamentos y no existe, de momento, una opción diferente. El fármaco experimental TKM ha demostrado, por primera vez, efectividad para curar a primates infectados por la cepa responsable del actual brote de ébola en África, según un estudio publicado por la revista NATURE.  Casi sin excepción todos los medicamentos y vacunas se prueban en animales antes de emplearlos en humanos. Sobra decir que los voluntarios brillan por su ausencia y no se encuentran ni siquiera entre quienes con vehemencia alegan defender los animales. Seguramente, como todos nosotros, harán uso de medicinas que de otra forma no podrían utilizar, incoherencia comprensible cuando se trata de recuperar la salud perdida o de protegerse contra alguna enfermedad.  

No parece probable que los manifestantes o sus patrocinadores demanden o protesten contra la Unidad Médica de la Universidad de Texas, EE. UU. que probó la eficacia de la vacuna en macacos Rhesus previamente infectados, o contra la Navy norteamericana que tiene actualmente en Puerto Maldonado, Lima e Iquitos instalaciones en las cuales realiza pruebas con los mismos monos que se ha impedido utilizar a Patarroyo, (Namru 6 Experience), financiadas por Oxford University (CRADA NMR-11-3922), - Military Infectious Disease Research Program (MIDRP) - 0398_14_LI, - y la United States International Development Agency (USAID), sin que se tenga noticia sobre oposición o demanda alguna.   
    
El aspecto clave es regular la utilización de los animales, que se haga con respeto y dentro de estrictos parámetros bioéticos, pero sin pretender impedir su utilización, que es inevitable, a menos que la experimentación se haga directamente en humanos, con todos los riesgos que ello implica. Los monos que se utilizan en la FIDIC, por ejemplo, son colectados, -no cazados- se tratan, desparasitan y alimentan hasta que estén en óptimas condiciones para la realización de las pruebas, se vacunan con el péptido en estudio, 20 días después se les inocula el parásito y se observa, mediante muestras de sangre, en que se medida se protege el animal. Esa es la razón por la cual se sabe con exactitud en que porcentaje protege la vacuna en experimentación.  Todos los monos utilizados son tatuados con un número, lo cual garantiza que solo se utilicen una vez para las pruebas. 

La cantidad de parásitos inoculados permite manipular los resultados para mostrar niveles de protectividad que en la práctica no existen, lo cual se hace, como acostumbra la industria farmacéutica, con fines publicitarios. Para las pruebas que se realizan en la FIDIC se inoculan cien mil parásitos en monos y se demuestra que el animal se protegió cuando no se encuentra ningún parásito, cero, durante las pruebas. 

RTS,S la vacuna que promociona GSK, se prueba en campo, directamente en humanos, niños generalmente, y, según sus promotores, el hallazgo de cinco mil parásitos por microlitro de sangre basta para probar la eficacia de la vacuna, que se ha asociado a episodios severos de fiebre, convulsiones y casos de meningitis.  No se encuentran registros sobre el estado actual de los pacientes vacunados que han presentado reacciones adversas. 

También se le ha acusado de presentar resultados incompletos, “la no descripción del método de aleatorización o la falta de enmascaramiento en la investigación de resultados, por lo que se puede producir un sesgo tanto de selección como de averiguación. Se describen las pérdidas, que suponen un 15% del total de la muestra (13%, 18% y 14% en los grupos 1, 2 y control, respectivamente) aunque no se especifican todas las causas de exclusión del protocolo ATP (According to protocol). Se ha realizado un análisis de tratamiento por protocolo que valora la inmunogenicidad en las mejores condiciones, aunque resta la reproductibilidad que habría proporcionado añadir el análisis por intención de tratar, sin que se justifique la ausencia de este tipo de ajuste en los resultados.”

Después de las pruebas los monos entran en cuarentena, se tratan nuevamente y se liberan en las mismas zonas en que se colectaron, por lo cual acusaciones como la del peligro de extinción, la crueldad y otras sin fundamento, resultado de campañas patrocinadas, resultan ridículas y obedecen a intereses puramente económicos, por esa razón el Consejo de Estado tumbó el fallo del Magistrado animalista Enrique Gil Botero y le devolvió al Profesor Patarroyo la posibilidad –y el derecho- a utilizar los monos. Las vacunas y procedimientos desarrollados por la FIDIC son GRATUITOS, a diferencia de los desarrollados por la industria farmacéutica, que se tasan en dólares. 

Sus resultados se presentan en publicaciones científicas sin que le haya sido posible a nadie cuestionar la metodología, hallazgos y conclusiones, por lo que se apela a argumentos pseudoambientalistas y a exacerbar la sensiblería, que es muy diferente a la sensibilidad. 

Fernando Márquez