Durante el año 2010, según estadísticas de la OMS, la malaria produjo 219 millones de casos clínicos y mató 660,000 personas, la mayoría niños africanos pobres. La comercialización de medicamentos tiene que ser una opción secundaria al desarrollo de vacunas para prevenir la enfermedad, aunque ello suponga una disminución de las utilidades que obtiene la industria farmacéutica por este concepto.
domingo, 9 de octubre de 2011
El Nobel de Medicina que murió esperando ser premiado
Lesley Steinman, Claudia Steinman, Adam Steinman y Alexis Steinman, la familia de doctor canadiense Ralph Steinman.
Foto: EFE
Por: REDACCIÓN SALUD | 1:39 a.m. | 09 de Octubre del 2011
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El premio llevaba décadas 'cerca' de Ralph Steinman, por sus aportes a la inmunología moderna.
El último episodio en la lucha contra el cáncer de páncreas que libró el profesor canadiense Ralph Steinman desde el 2007, fue su hospitalización, a finales de septiembre pasado.
Cuatro décadas atrás, Steinman había hecho un hallazgo de tales dimensiones en el laboratorio de fisiología celular e inmunología de la Universidad de Rockefeller (Nueva York), que superadas las dudas iniciales, tanto él como sus colegas confiaban en que un día le significaría el Premio Nobel de Medicina.
Manuel Elkin Patarroyo, inmunólogo colombiano, también compartía esa creencia, entre otras razones porque tuvo la posibilidad de trabajar con Steinman y dos de sus colaboradores, los doctores Gilla Kaplan y David Weinstein, en 1984.
El equipo estudió durante un mes, entre Agua de Dios (Cundinamarca) y Bogotá, "el papel de la respuesta inmune celular y de las células dendríticas en pacientes con lepra lepromatosa", explica el inmunólogo.
Ese año los resultados de dicho trabajo, del que Patarroyo, Steinman y su equipo son coautores, fueron publicados en una de las revistas de mayor impacto en ciencia en el mundo: el 'Journal of Experimental Medicine'.
Patarroyo cuenta que en 1973, mientras Steinman estudiaba las células que destruyen y digieren a los microorganismos (los macrófagos), descubrió un tipo particular de células con muchas ramificaciones, que por esa razón denominó dendríticas, "con el correr del tiempo, él demostró su papel crítico en la regulación de la respuesta inmune; actuaban, nada más ni nada menos, que como directoras de orquesta de las defensas del cuerpo", explica Patarroyo.
Con el correr de los años su hallazgo tuvo enormes repercusiones en el desarrollo de vacunas, "con grandes posibilidades terapéuticas para un sinnúmero de enfermedades catastróficas, como el cáncer", afirma el inmunólogo colombiano.
'Tengo que aguantar'
Alexa Steinman, hija del profesor de 68 años de edad, conocía a la perfección los alcances de los aportes hechos por su padre, así que esa última semana de septiembre, ella y la familia le infundían ánimos con la perspectiva de la siempre esperada proclamación de los ganadores del Nobel de Medicina.
"Le decíamos: 'Papá, sabemos que las cosas no van bien, pero van a anunciar el Nobel el próximo lunes (3 de octubre)'. Y él respondía: 'Sé que tengo que aguantar. No te dan el Nobel si has muerto. Tengo que aguantar'". El 30 de septiembre el profesor Steinman perdió, finalmente, la batalla sin haberse enterado de que el Instituto Karolinska, de Estocolmo, lo había galardonado, junto al estadounidense Bruce A. Beutler y el francés Jules A. Hoffmann, con el Premio Nobel de Medicina y Fisiología 2011.
Se trata de un caso atípico en la historia de los galardones, toda vez que sus estatutos prohíben expresamente otorgar premios póstumos, salvo que el fallecimiento ocurra en el periodo transcurrido entre la concesión y la entrega del Nobel.
Y aunque ese no fue el caso de Steinman, la Fundación Nobel decidió mantener el premio, tras destacar que en el otorgamiento se obró "de buena fe", ignorando que el científico había fallecido.
Su familia y sus colegas se duelen de que hubiera muerto sin haberlo recibido, "sabíamos que era candidato desde hacía mucho tiempo, incluso se había convertido en un chiste viejo para nosotros. Él sólo habría querido el reconocimiento -recuerda Sarah Schlesinger, directora clínica de la Universidad de Rockefeller-, pues para él todo giraba en torno a su trabajo".
REDACCIÓN SALUD
CON INFORMACIÓN DE REUTER
miércoles, 5 de octubre de 2011
Premio Nobel de Medicina para comprensión del sistema inmunológico
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Cadavid destaca la contribución de los avances en esta materia al desarrollo de vacunas para la hepatitis B, la varicela e incluso las vacunas sintéticas en las que trabaja el inmunólogo colombiano Manuel Elkin Patarroyo.
Luis Fernando Cadavid, director del Instituto de Genética de la UN, explica los avances en el desarrollo de vacunas gracias al trabajo de los galardonados con el Premio Nobel de Medicina.
Los científicos Bruce Beutler, Jules Hoffmann y Ralph Steinman fueron premiados con el Nobel de Medicina 2011 por descubrir principios clave para el entendimiento del sistema inmunológico del cuerpo humano.
Beutler y Hoffmann hallaron proteínas receptoras que pueden reconocer los patógenos (virus, bacterias y parásitos) que atacan al sistema y activar la inmunidad innata (el primer paso de la respuesta de autodefensa).
Por su parte, Steinman, fallecido el pasado 30 de septiembre, trabajó en células de la inmunidad adaptativa llamadas dentríticas, encargadas de regular la inmunidad activa, es decir, el paso posterior a la respuesta inmunológica durante el cual los patógenos son removidos del cuerpo.
Con referencia a este último trabajo, Cadavid resalta que Steinman “nos dio a entender el principio general bajo el cual actúan todas las vacunas”.
De acuerdo con el docente, “es posible imitar los antígenos naturales conocidos como toda sustancia que despierta una respuesta inmunológica, y hacer que las células dentríticas presenten estos antígenos a los linfocitos T (células encargadas de realizar la cooperación para desarrollar todas las respuestas inmunes, como la producción de anticuerpos por los linfocitos B), de forma que activen una respuesta inmunológica en contra de la vacuna, que no es otra cosa que una imitación de un patógeno”.
De esta manera, cuando el patógeno real infecte el organismo, el sistema inmune estará preparado para responder más rápido e intensamente en la defensa del cuerpo.
Cadavid destaca la contribución de los avances en esta materia al desarrollo de vacunas para la hepatitis B, la varicela e incluso las vacunas sintéticas en las que trabaja el inmunólogo colombiano Manuel Elkin Patarroyo.
Los descubrimientos de los tres próceres del sistema inmunológico impulsaron la creación de varios grupos de investigación de la UN que se ocupan de problemas de inmunología, como el grupo de Fisiología Celular y Molecular de Jean Paul Vernot, el grupo de Biología de los Macrófagos de la bióloga Marcela Camacho y el grupo que trabaja los aspectos evolutivos de mecanismos de respuesta inmune, del profesor Luis Fernando Cadavid.
“Con Hoffman y Beutler, el estudio del sistema inmune innato dio un salto impresionante porque dejó de ser considerado una serie de mecanismos inespecíficos, para convertirse en un componente altamente específico que regula muchísimos aspectos del organismo humano”.
Cómo funciona el sistema inmune
Se trata de una red compleja de moléculas, células y tejidos que funcionan para mantener la integridad fisiológica y genética de los organismos. Se distinguen en este la inmunidad adaptativa y la innata.
La primera consiste en células llamadas linfocitos, que se clasifican en B y T. Los B se encargan de la respuesta inmune humoral, es decir, mediada por anticuerpos, y los T permiten la respuesta inmune celular.
“Este brazo de la inmunidad adaptativa reconoce y destruye e inactiva células que puedan estar infectadas por virus o parásitos intracelulares, así como células viejas o tumorales”, explica el Director del Instituto de Genética.
Por otro lado, la inmunidad innata es la que posee todo cuerpo desde que nace. Se compone de una gran gama de mecanismos, muchos de ellos no relacionados entre sí, que incluyen barreras anatómicas y fisiológicas como la piel y las mucosas, y barreras fisicoquímicas como el PH y la temperatura.
–
UN
martes, 4 de octubre de 2011
Steinman: Un trabajador incansable
Tomado de EL TIEMPO, Martes 4 de Octubre, pag. 16
El científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo, quien trabajó con Steinman en el Departamento de Inmunología Celular de la Universidad de Rockefeller, aseguró que el investigador canadiense puede catalogarse como uno de los padres de la inmunología celular. Lo describió como un hombre con buen sentido del humor y un trabajador incansable.
lunes, 3 de octubre de 2011
En Montería, Manuel Elkin Patarroyo lamentó muerte del premio Nobel de Medicina
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El científico Manuel Elkin Patarroyo, lamentó el fallecimiento del premio Nobel de Medicina, el biólogo canadiense Ralph Steinman, con quien trabajó durante los años 1984 y 1985 en Europa.
“Me estaba llamando la prensa de Europa para saber sobre mi vínculo con él, y no había podido dialogar al respecto, ahora me encuentro con esta noticia. El gran problema ahora es que los premios nobel no pueden ser otorgados póstumos. Hay una gran discusión en el comité nobel de qué hacer con ese premio”, precisó el científico.
Patarroyo asistió esta mañana como conferencista en la Universidad del Sinú, sobre los avances de la vacuna contra la malaria, en el marco de la semana de la ciencia y la tecnología en ese centro del saber.
Ralph Steinman falleció a los 68 años, víctima de un cáncer de páncreas.
Montería.
Patarroyo dijo que la ‘piñata’ de Colciencias retrasa cinco años vacuna contra la malaria
>> Leer artículo en EL HERALDO
Un contundente pronunciamiento hizo el científico colombiano e inventor de la vacuna contra la malaria Manuel Elkin Patarroyo hacia el Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación, Colciencias, del Gobierno nacional, al que sindicó de ser una ‘piñata’ que va de mal en peor.
“Si nosotros que somos el paradigma, el símbolo, el ejemplo, el portaestandarte no se nos da nada, imagínense a los más pequeños”, precisó el científico.
Patarroyo se refirió así en rueda de prensa en la Universidad del Sinú de esta ciudad, minutos previos de iniciar una conferencia sobre el avance de la vacuna contra la malaria, en el marco de la semana de la ciencia y la tecnología del citado centro del saber.
Llamó piñata a Colciencias porque en su concepto no hay reglas definidas para la repartición de los dineros, y aclaró que la ciencia no es arbitraria como para avanzar sin recursos.
“Este es el instante donde no hemos recibido un solo centavo del Gobierno nacional y ya estamos en el décimo mes. Se abrió licitación para el 15 de diciembre, lo que significa que ningún investigador recibió un centavo en todo el año, eso significa la muerte para algunos grupos incluyendo el nuestro”, precisó.
Dijo que por la falta de apoyo del Estado es mucho lo que se ha dejado de hacer y eso tiene grandes repercusiones enormes sobre la salud mundial.
“En esencia nosotros debimos entregar la vacuna hace tres años y todavía vamos colgados en por lo menos dos años. Ha habido un retraso significativo en el desarrollo de las vacunas en nuestra área, y en los otros proyectos de investigación científica de otros grupos. No solo somos nosotros los que estamos sufriendo una ausencia de políticas de Estado para la ciencia”, reseñó de manera vehemente.
Recientemente el director del Colciencias Jaime Restrepo Cuartas, dijo que el Estado solo está invirtiendo el 0, 16 % del Producto Interno Bruto (PIB) en la investigación para el desarrollo, mientras que lo que se requeriría es el 1 %.
El científico Patarroyo advirtió que su pronunciamiento no es para quejarse, “porque yo puedo decir que me ha ido bien gracias a Dios a los españoles y a la Universidad del Rosario”.
Destacó el que llamó generoso apoyo de España, a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional, que está asumiendo los costos de la investigación, al igual que la alianza establecida con la Universidad del Rosario.
Sostuvo que no hay un cronograma establecido para avanzar en el trabajo de la vacuna, por los grados de incertidumbre que existen ante la falta de recursos.
Por Eduardo García
jueves, 29 de septiembre de 2011
Patarroyo presenta avances en vacunas
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Colprensa | El anuncio fue hecho en una charla que el científico les dio a los jóvenes de la Escuela Colombiana de Ingeniería, Julio Garavito.
Colprensa | Bogotá | Publicado el 29 de septiembre de 2011
Manuel Elkin Patarroyo aseguró que tiene lista la versión mejorada de la vacuna contra la malaria, Colfavac.
"Tenemos una metodología para detener al parásito de la malaria en los dos niveles: antes de que llegue al hígado, y antes de que llegue a los glóbulos rojos. Eso hace una vacuna totalmente efectiva", explicó el científico tolimense.
Patarroyo aclaró que los resultados han sido efectivos hasta el momento solo con monos, del tipo aotus que desarrollan la malaria de forma similar que los humanos. Se espera que en 2012 comiencen los estudios clínicos con personas, proceso que podría durar dos años.
"Luego de eso hemos planeado que se haga un consorcio, hay personas interesadas en participar para que produzcamos la vacuna y distribuirla gratis o al costo de producción, puesto que son magnates y filántropos que han preferido mantener su nombre en el anonimato", afirmó.
Los resultados de sus investigaciones serán publicados esta semana en la revista Current Medicinal Chemistry.
La idea de Patarroyo es que la metodología que utilizó para descubrir la vacuna contra la malaria sirva para desarrollar vacunas contra más de 500 enfermedades infecciosas. "Hemos querido que todas las vacunas lleven el prefijo 'Col' que significa Colombia para que la gente sepa que fuimos los colombianos los que resolvimos el problema de la malaria, de la tuberculosis, del dengue", puntualizó.
miércoles, 28 de septiembre de 2011
Cifra del Gobierno de casos de Malaria estaría por debajo de la real: Manuel Elkin Patarroyo
Caracol | Septiembre 28 de 2011
>> Leer artículo en CARACOL
Luego de que autoridades sanitarias confirmaran a Caracol Radio que en último año se han presentado más de 44.797 casos de Malaria en el país, lo que se traduciría en que tomando en cuenta la temporada de lluvias, la cifra estaría entre 88 mil y 100 casos al finalizar el año, estarían por debajo de la realidad.
Según el científico colombiano reconocido mundialmente por desarrollar una vacuna sintética contra la malaria, la cifra reportada por el Gobierno tiene un subregistro, ya que según las investigaciones de la enfermedad, la cifra que se registra está entre los 120 mil y 140 mil casos por año. Según Patarroyo éste sub registro se debe a la información que brindan los municipios.
Frente al acceso a las vacunas en el país, el científico explicó que se mantiene al margen de las políticas públicas, “la responsabilidad debe ser netamente del gobierno” aseguró.
“No he querido meterme en las políticas de salud del país porque estamos trabajando de manera independiente, ¡el problema que lo resuelva el gobierno!, ¡nosotros no estamos recibiendo ninguna subvención, entonces no vamos a meternos en donde no nos han querido recibir y nos han sacado!, independientemente que me duela enormemente ya que son compatriotas nuestros” explicó.
Además dijo que el Gobierno en este caso es el que “tiene la sartén por el mango, puesto que son quienes establecen las políticas, así que pues que pena que las hagan ellos”, agregó.
Patarroyo asegura tener vacuna contra la malaria 100% efectiva
(Foto: Afp/ VANGUARDIA LIBERAL)
Martes 27 de Septiembre de 2011 - 05:04 PM
>> Leer artículo en VANGUARDIA LIBERAL
Todas las vacunas que desarrolle el científico tendrán el prefijo ‘Col’ de Colombia, para enaltecer el nombre de su país.
El científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo aseguró que tiene lista la versión mejorada de la vacuna contra la malaria, Colfavac, la cual es efectiva en más del 100%.
“Tenemos una metodología para detener al parásito de la malaria en los dos niveles: antes de que llegue al hígado, y antes de que llegue a los glóbulos rojos. Eso hace una vacuna totalmente efectiva”, explicó Patarroyo.
El anuncio fue hecho en una charla que el científico tolimense les dio a los jóvenes de la Escuela Colombiana de Ingeniería, Julio Garavito, en el marco del evento ECIciencia en Bogotá.
El científico aclaró que los resultados han sido efectivos hasta el momento solo con monos, del tipo ‘aotus’ que desarrollan la malaria de forma similar que los humanos. Se espera que en 2012 Patarroyo comience los estudios clínicos con personas, proceso que podría durar dos años.
“Luego de eso hemos planeado que se haga un consorcio, hay personas interesadas en participar para que produzcamos la vacuna y distribuirla gratis o al costo de producción, puesto que son magnates y filántropos que han preferido mantener su nombre en el anonimato”, afirmó.
Los resultados de sus investigaciones serán publicados esta semana en la revista Current Medicinal Chemistry, una publicación importante de medicina química en el mundo.
La idea de Patarroyo es que la metodología que utilizó para descubrir la vacuna contra la malaria sirva para desarrollar vacunas contra más de 500 enfermedades infecciosas. Todas sus vacunas tendrán el prefijo ‘Col’ de Colombia, según el científico para enaltecer el nombre de su país.
“Hemos querido que todas las vacunas lleven el prefijo ‘Col’ que significa Colombia para que la gente sepa que fuimos los colombianos los que resolvimos el problema de la malaria, de la tuberculosis, del dengue y de esa manera se le otorgue el crédito y reconocimiento al país”, puntualizó.
TODA UNA VIDA DEDICADA A LAS VACUNAS
Manuel Elkin Patarroyo supo desde sus nueve años que quería dedicar su vida al desarrollo de vacunas. Después de leer cuentos sobre la vida de Louis Pasteur y su trabajo como químico y bacteriólogo, el tolimense decidió seguirle los pasos a este científico francés, pero con una metodología diferente.
Patarroyo ha sido pionero en trabajar vacunas químicamente, un reto dentro de la comunidad científica mundial. Fue el primero en desarrollar una vacuna contra la malaria bajo esquemas moleculares, resultado que presentó al mundo a finales de la década de los 80.
La vacuna demostró una efectividad entre el 40% y el 60% en adultos y del 77% en niños pequeños. Sin embargo, Patarroyo continuó trabajando para encontrar la forma de garantizar el 100% de la inmunidad a toda la población.
Después de múltiples estudios él y su equipo de trabajo encontraron la forma de bloquear el efecto del parásito en el cuerpo humano, para evitar que destroce los glóbulos rojos, la forma en que el microorganismo puede acabar con la vida de la persona en cuestión de semanas.
Uno de las motivaciones que ha tenido el científico en dedicar toda su vida al estudio de una vacuna contra la malaria se debe a que esta enfermedad es uno de los principales problemas de salud pública del mundo. Cada año se presentan 500 mil nuevos casos de malaria, de ellos, 3 millones mueren.
La malaria o paludismo hace parte del grupo de las enfermedades infecciosas, más de 500, que matan cada año a 17 millones de personas en el mundo. Muertes que podrían evitarse si existiera una vacuna para contrarrestar su efecto. Solo 13 de esas enfermedades cuentan con una vacuna el resto, como dice Patarroyo, son una tarea pendiente para los científicos de hoy.
Publicada por Colprensa, Bogotá
miércoles, 21 de septiembre de 2011
Se requiere un nuevo humanismo solidario con el que podamos salir adelante
Manuel Elkin Patarroyo médico inmunólogo colombiano
>> Leer artículo en DEIA, España
El científico y premio Príncipe de Asturias de Investigación en 1994, Manuel Elkin Patarroyo, afirma que la erradicación de todas las enfermedades infecciosas es poco probable, pero que existen diversos mecanismos con los que poder controlar a un buen número de ellas. f. alcáuzar - Miércoles, 21 de Septiembre de 2011 - Actualizado a las 05:53h
Manuel Elkin Patarroyo está estos días en Bilbao.
Bilbao. Muchas son las cualidades que describen al inmunólogo colombiano Manuel Elkin Patarroyo (Ataco, 1946): generoso, carismático, humano... Entre ellas, quizás la más sonada sea su extremada solidaridad. En 1993 donó la patente de su vacuna sintética contra la malaria a la Organización Mundial de la Salud. Su gratitud es otro de los rasgos que le caracterizan. No escatima en palabras de agradecimiento cuando se refiere a los organizadores de la conferencia que impartirá hoy en el hospital de Basurto, organizada por este centro y por Caja Laboral, bajo el título Diálogos de Ética, Humanismo y Ciencia.
¿Se considera a sí mismo un filántropo?
Me considero una persona solidaria. Hay que distinguir entre la caridad, la generosidad y la solidaridad. La filantropía es dar lo que ya se tiene en exceso. Por este motivo, solidaridad es lo que nosotros hacemos, no solo yo, es todo mi Instituto, mi familia. Lo que logramos lo entregamos a la Humanidad como un gesto de identificación con ella. Damos lo que tenemos.
En la actualidad, los valores de la sociedad están cambiando...
Nos encontramos en un torbellino por mantener una actitud totalmente egocéntrica. Esto nos ha conducido a la actual situación que atravesamos y en la que los estados ricos están quebrando. Todos los esquemas economicistas están fallando. Desde un punto de vista filosófico, la actitud comunista se fue a pique, lo que es el capitalismo se está yendo a pique. En un futuro, dentro de por lo menos una generación, se impondrá una especie de humanismo en el cual la gente se identificará.
¿La propia evolución de la ciencia ha dejado atrás el humanismo?
Desde el punto de vista histórico, la inserción de la ciencia es mucho más reciente. La ciencia como tal se comenzó a insertar en la sociedad a partir del siglo XVII, que fue cuando se fundaron las primeras sociedades científicas: la Royal Society de Londres en 1662, la Academia Francesa en 1667 y todas las demás. Entonces, como institución, la ciencia no ha tenido aún un largo recorrido mientras que los conceptos filosóficos y humanísticos tienen 4.000 años. Hoy en día, la ciencia ha recuperado vertiginosamente esa diferencia.
¿Cómo debe afrontarlo la sociedad?
Nunca estuvimos preparados para esto. La ciencia ha ingresado en una espiral de desarrollo que es imparable. Ahora lo que tenemos que hacer es darle el enfoque humanístico a eso. Tenemos que evolucionar -a pesar de la rapidez de la ciencia-, para poder darle un uso apropiado, y es ahí en donde yo he querido dejar mi impronta.
¿Es necesario un cambio de mentalidad?
Sí, tenemos que hacerlo y no solo en la industria farmacéutica. Debemos extrapolar ese cambio a todos los demás aspectos.
¿Cree que la ciencia logrará acabar con las enfermedades infecciosas?
Con todas no lo creo, pero sí llegará a controlar un buen número. Yo soy de los que piensa que el término erradicar es muy paranoico. Los microbios vivos son de una versatilidad apabullante. Yo creo haber descubierto un gran número de mecanismos de evasión o escape. Pero aún existe un gran número que no han sido descubiertos. Los microbios siempre se sacarán un as de la manga. Solo ha habido una única enfermedad que se ha logrado erradicar de la faz de la tierra, la viruela.
¿Qué motivo le ha traído a Euskadi, además de una conferencia?
Tengo una reunión con la Agencia Vasca de Cooperación que quiere trabajar también con nosotros en un programa fantástico que tenemos que es el del seguimiento de mujeres infectadas con el virus del papiloma humano. Es una cosa de la cual me enorgullezco mucho.
¿De dónde nace su solidaridad?
Mi ventaja ha sido vivir en dos mundos. Mi educación se desarrolló en el lugar más elitista de este mundo, la Rokefeller University en Nueva York, donde pasaba 6 meses para luego volver a Bogotá. Nunca me desprendí de esa realidad; viví entre la riqueza pero también en la miseria. Este fue un factor clave para tener esa perspectiva o visión, además de la educación inculcada por mis padres. Nunca tuve la dicotomía de aquellos que se van 20 años a Nueva York o a Estocolmo y después regresan para contemplar el mundo de miseria del cual surgieron. Yo me estrellaba con ambos mundos continuamente, nunca me desligue de esas dos realidades, esa es mi psicología.
¿Qué le diría a aquellas personas que no comparten su filosofía?
Yo soy muy respetuoso con su forma de pensar. Lo único que les digo es una cosa: que piensen un poquito y muy probablemente esta sea la mejor alternativa. Se requiere un nuevo humanismo solidario, entre otras cosas, con el que todos podamos salir adelante.
>> Leer artículo en DEIA, España
El científico y premio Príncipe de Asturias de Investigación en 1994, Manuel Elkin Patarroyo, afirma que la erradicación de todas las enfermedades infecciosas es poco probable, pero que existen diversos mecanismos con los que poder controlar a un buen número de ellas. f. alcáuzar - Miércoles, 21 de Septiembre de 2011 - Actualizado a las 05:53h
Manuel Elkin Patarroyo está estos días en Bilbao.
Bilbao. Muchas son las cualidades que describen al inmunólogo colombiano Manuel Elkin Patarroyo (Ataco, 1946): generoso, carismático, humano... Entre ellas, quizás la más sonada sea su extremada solidaridad. En 1993 donó la patente de su vacuna sintética contra la malaria a la Organización Mundial de la Salud. Su gratitud es otro de los rasgos que le caracterizan. No escatima en palabras de agradecimiento cuando se refiere a los organizadores de la conferencia que impartirá hoy en el hospital de Basurto, organizada por este centro y por Caja Laboral, bajo el título Diálogos de Ética, Humanismo y Ciencia.
¿Se considera a sí mismo un filántropo?
Me considero una persona solidaria. Hay que distinguir entre la caridad, la generosidad y la solidaridad. La filantropía es dar lo que ya se tiene en exceso. Por este motivo, solidaridad es lo que nosotros hacemos, no solo yo, es todo mi Instituto, mi familia. Lo que logramos lo entregamos a la Humanidad como un gesto de identificación con ella. Damos lo que tenemos.
En la actualidad, los valores de la sociedad están cambiando...
Nos encontramos en un torbellino por mantener una actitud totalmente egocéntrica. Esto nos ha conducido a la actual situación que atravesamos y en la que los estados ricos están quebrando. Todos los esquemas economicistas están fallando. Desde un punto de vista filosófico, la actitud comunista se fue a pique, lo que es el capitalismo se está yendo a pique. En un futuro, dentro de por lo menos una generación, se impondrá una especie de humanismo en el cual la gente se identificará.
¿La propia evolución de la ciencia ha dejado atrás el humanismo?
Desde el punto de vista histórico, la inserción de la ciencia es mucho más reciente. La ciencia como tal se comenzó a insertar en la sociedad a partir del siglo XVII, que fue cuando se fundaron las primeras sociedades científicas: la Royal Society de Londres en 1662, la Academia Francesa en 1667 y todas las demás. Entonces, como institución, la ciencia no ha tenido aún un largo recorrido mientras que los conceptos filosóficos y humanísticos tienen 4.000 años. Hoy en día, la ciencia ha recuperado vertiginosamente esa diferencia.
¿Cómo debe afrontarlo la sociedad?
Nunca estuvimos preparados para esto. La ciencia ha ingresado en una espiral de desarrollo que es imparable. Ahora lo que tenemos que hacer es darle el enfoque humanístico a eso. Tenemos que evolucionar -a pesar de la rapidez de la ciencia-, para poder darle un uso apropiado, y es ahí en donde yo he querido dejar mi impronta.
¿Es necesario un cambio de mentalidad?
Sí, tenemos que hacerlo y no solo en la industria farmacéutica. Debemos extrapolar ese cambio a todos los demás aspectos.
¿Cree que la ciencia logrará acabar con las enfermedades infecciosas?
Con todas no lo creo, pero sí llegará a controlar un buen número. Yo soy de los que piensa que el término erradicar es muy paranoico. Los microbios vivos son de una versatilidad apabullante. Yo creo haber descubierto un gran número de mecanismos de evasión o escape. Pero aún existe un gran número que no han sido descubiertos. Los microbios siempre se sacarán un as de la manga. Solo ha habido una única enfermedad que se ha logrado erradicar de la faz de la tierra, la viruela.
¿Qué motivo le ha traído a Euskadi, además de una conferencia?
Tengo una reunión con la Agencia Vasca de Cooperación que quiere trabajar también con nosotros en un programa fantástico que tenemos que es el del seguimiento de mujeres infectadas con el virus del papiloma humano. Es una cosa de la cual me enorgullezco mucho.
¿De dónde nace su solidaridad?
Mi ventaja ha sido vivir en dos mundos. Mi educación se desarrolló en el lugar más elitista de este mundo, la Rokefeller University en Nueva York, donde pasaba 6 meses para luego volver a Bogotá. Nunca me desprendí de esa realidad; viví entre la riqueza pero también en la miseria. Este fue un factor clave para tener esa perspectiva o visión, además de la educación inculcada por mis padres. Nunca tuve la dicotomía de aquellos que se van 20 años a Nueva York o a Estocolmo y después regresan para contemplar el mundo de miseria del cual surgieron. Yo me estrellaba con ambos mundos continuamente, nunca me desligue de esas dos realidades, esa es mi psicología.
¿Qué le diría a aquellas personas que no comparten su filosofía?
Yo soy muy respetuoso con su forma de pensar. Lo único que les digo es una cosa: que piensen un poquito y muy probablemente esta sea la mejor alternativa. Se requiere un nuevo humanismo solidario, entre otras cosas, con el que todos podamos salir adelante.
domingo, 11 de septiembre de 2011
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