Experimentar en humanos es una
práctica reprobable que la humanidad superó hace muchos años y que no por estar
redactada en inglés o en cualquier otro idioma es mejor o aceptable. Ridiculous.
Cuidar y proteger los animales,
domésticos o silvestres, es una obligación que tenemos todos los seres humanos.
Algo no está funcionando bien en la sociedad cuando es necesario discutir
largamente para emitir una ley que sancione a quienes no lo hacen. Hay
situaciones en las que el maltrato es una exhibición legalizada –arte para
algunos- del dolor infligido a un animal por diversión, como sucede en las
corridas de toros. Algo parecido podría decirse de las riñas de gallos, -otra
manifestación cultural- o las peleas de perros.
La explotación comercial de los
animales extraídos de su hábitat para que sirvan como mascotas o los
domesticados que se emplean en labores agrícolas o de carga más allá de su resistencia
física, muchas veces sin agua y alimento suficientes, son también conductas que
debe sancionarse con todo el rigor posible. Cada colegio debería instituir una
cátedra que sensibilice y enseñe a los estudiantes la fauna y flora del país,
su importancia ecológica y los peligros a que se ve expuesta por el uso
indebido. La educación y la pedagogía deben jugar un papel importante en este
aspecto.
La otra cara de la moneda es el amor exagerado
que algunas personas manifiestan por los animales, su endiosamiento, que ha
dado lugar a una nueva escala de valores según la cual los seres humanos –excepto
ellos, claro está- somos malos, destructivos e impuros, menos sensibles que los
animales, por eso debe castigarse toda actividad que, a su juicio, los afecte,
moleste o incomode de cualquier manera. Olvidan estas personas que los animales
constituyen desde siempre una importante fuente de alimentos para la especie
humana y que gracias a ellos disponen de las vacunas y medicamentos sin los
cuales su propia vida estaría en riesgo.
Los animales, todos sin excepción, deben
protegerse y necesitan todo nuestro respeto y cuidados, que quede claro, pero
sin caer en el extremo de darle más importancia al probable estrés o
incomodidad temporal de unos micos que a la muerte real y comprobable de
centenares de miles de seres humanos; esa actitud es de una incoherencia
brutal.
Una demostración puntual de la mala
utilización del concepto se encuentra en los esfuerzos que se hacen desde
diversos frentes y con similares argumentos para privar a Manuel Elkin
Patarroyo y la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia, FIDIC, del
derecho –y deber- a utilizar micos para realizar investigación científica en
Colombia. La Asociación Primatológica Colombiana, APC, celebra en su página web que la Secretaría General del Consejo
de Estado declarase “nulo” un fallo favorable al investigador, ordenando “repetir el estudio del caso”. Una
persona, un niño casi siempre, muere por malaria cada minuto en el mundo por
falta de vacunas y medicamentos, o mejor, por falta de dinero para
pagarlos. Sus defensores, o los de los
niños que mueren a diario en la Guajira colombiana, ¿dónde están?
"La Asociación
Primatológica Colombiana (APC) felicita esta decisión, que vela por el
cumplimiento de lo establecido en el fallo emitido el 12 de diciembre de 2014 por la Sección Cuarta
del Consejo de Estado, en el que se ordena la suspensión temporal de los
permisos otorgados a la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia (FIDIC)
para la investigación en malaria, y en el que se establece que, para que tenga
efecto el levantamiento de la suspensión provisional de estos permisos, la
FIDIC debe primero dar cumplimiento a las condiciones exigidas para su
otorgamiento".
Las condiciones a que se
refiere la APC, son, probablemente, las mismas por las que el Consejo de Estado le
impuso recientemente una multa de 10 salarios mínimos mensuales a Corpoamazonia. En el texto
del fallo sancionatorio se lee que: “De
acuerdo con lo expuesto, como es evidente que en el Concepto Técnico CT-SAA 017
CORPOAMAZONÍA excedió el alcance de la orden de tutela que se le impartió, en la medida en que agregó requisitos
adicionales a los que le exigió a la FIDIC en las Resoluciones 0028 de 13 de
mayo de 2010 y 00632 del 29 de junio de 2010, la Sala concluye que hay
lugar a sancionarla por desacato, disposición que adoptará al decidir el
presente incidente”. ¿Cómo podrían Patarroyo y la FIDIC cumplir requisitos
desconocidos, impuestos después de haber ejecutado los permisos?
La APC aprovecha la coyuntura para
“informar” que en la actualidad existen métodos alternativos al uso de primates
para la investigación en malaria. Pese a ser expertos primatólogos, según
alegan, desconocen las implicaciones de utilizar animales criados en
cautiverio: bajísimas tasas de reproducción, debilitamiento de su sistema
inmunológico, mayor probabilidad de apareamiento entre consanguíneos,
–endogamia-, lo cual ocasiona degeneración de la especie y con ello un riesgo
real de extinción- y condena a
cautiverio de por vida porque estos animales no serían capaces de sobrevivir en
un medio tan hostil como la selva si se liberan; o sería necesario aplicarles
la eutanasia, como lo han propuesto anteriormente.
LA
EXPERIMENTACIÓN EN HUMANOS ES UNA
PRÁCTICA REPROBABLE
No es un asunto menor sino una postura
de profundas implicaciones éticas que merece un análisis muy detallado. Para
los estudios de las más de 100 vacunas contra la malaria que se han ensayado
hasta el presente, cerca de cien mil seres humanos han sido usados, con
consecuencias no solo negativas sino desafortunadas, en muchos casos.
He aquí algunos ejemplos:
El
juez Marcelo Aguinsky confirmó
la sanción de 1.000.000 de pesos
argentinos, unos 74 mil dólares, dispuesta por la Administración
Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica, ANMAT, a Glaxo y a 2 médicos acusados
de falsear permisos de padres para que sus hijos participaran en las pruebas de
una vacuna. Unos 14 bebés murieron después de participar de las mismas. “El laboratorio y los dos investigadores
incumplieron requisitos legales básicos para llevar adelante, en 2007 y 2008,
unos ensayos clínicos en niños de familias pobres, con el fin de desarrollar
una vacuna para prevenir la neumonía adquirida y la otitis media aguda. En este
marco, siete bebés de la provincia de Santiago del Estero, dos de San
Juan y cinco de Mendoza perdieron la vida después de haber participado de los
ensayos” dice la página de Internet Infobae.
En Julio del 2008
la reconocida revista científica Plos One (Volumen 3, e2636) publicó un artículo sobre las pruebas realizadas con dos
prototipos de vacuna, la Pfs25 y Pvs25, que resultaron, según el artículo, “inesperadamente reactogénicas para su
posterior desarrollo. Este es el primer reporte de que la formulación está
asociada a eventos sistémicos adversos, incluyendo eritema nodoso”, una
lesión de los vasos sanguíneos que consiste en la presencia de nódulos
inflamados y dolorosos localizados predominantemente en las extremidades
inferiores, acompañados por dolores articulares, fiebre, malestar general y
dolor de cabeza.
Otro estudio de los mismos autores,
publicado en 2012 (Plos
One Vol. 7, e46094), da cuenta de la exclusión de las pruebas de cuatro
voluntarios debido a que experimentaron “severas
reacciones sistémicas” como shock, mientras que los demás voluntarios
desarrollaron reacciones adversas menores. Antes, otro estudio publicado en la
revista Vaccine en el 2009, (Vol. 27,
pág. 3090) había descrito que el uso de otra vacuna contra la malaria aplicada
en niños menores de 5 años había inducido anemia.
Más aún: desde el punto de vista de la
protección contra esta enfermedad, en el año 2009,
El Instituto Nacional de Salud de los
Estados Unidos
informó que los resultados de las pruebas realizadas con la proteína de
superficie del merozoito, MSP1, han sido “decepcionantes” así como los resultados con más de 100 candidatos
a vacunas ensayadas en humanos, que han sido contundentemente negativos.
El caso más reciente conocido es el de
RTS,S, una vacuna contra la malaria
desarrollada por la multinacional farmacéutica Glaxo Smith Kline (The Lancet 2015, vol. 386 pág. 31-46.), en la cual se
invirtieron más de 2.500 millones de dólares y se ensayó directamente en más de
25.000 seres humanos; esta vacuna ha
sido acusada en medios científicos de producir serios eventos adversos como
meningitis y convulsiones en algunos de los vacunados, conservando bajos
niveles de eficacia pocos meses después de aplicada. Se acusa a los autores de
omitir la publicación de los datos completos de sus experimentos.
Ninguna de las vacunas ensayadas se ha
aproximado siquiera a los estudios de Patarroyo realizados en 1987 que, en Aotus primero y en humanos después,
produjeron alrededor del 40% de protección
a los vacunados en diferentes partes del mundo sin que se hubiera reportado
ningún efecto adverso a la fecha. La lógica empleada por Patarroyo es
apabullante: primero se realizan los ensayos en monos, siguiendo protocolos
estrictos, para luego adelantar las vacunaciones en humanos, con garantía de total
seguridad para ellos. No puede exponerse ningún ser humano a sufrir mayores
daños que los que se pretende evitar.
Resulta muy fácil exigir la
experimentación -que reconocen necesaria- en cuerpo ajeno. ¿Cuántos directivos
de la APC se comprometerían públicamente a servir de conejillos de indias, aun
sabiendo que “las pruebas controladas de
infección realizadas en voluntarios humanos muestran un perfil de seguridad
consistente”? ¿Involucrarían a sus familias en los ensayos? Proponer la
experimentación en el cuerpo de otros es sencillo, lo difícil y coherente sería
hacerlo también en el propio.
Experimentar en humanos es una
práctica reprobable que la humanidad superó hace muchos años y que no por estar
redactada en inglés o en cualquier otro idioma es mejor o aceptable. Ridiculous.
Para estas pruebas se exige al sujeto
de experimentación la firma de un consentimiento informado en el que se le
explican los riesgos que debe asumir, a cambio de dinero o de la posibilidad,
si todo sale bien, de mejorar su salud. Pero en África, escenario de las
pruebas, existen índices de analfabetismo lo bastante altos como para suponer
que no todos son conscientes de lo que firman ni de sus consecuencias. Cuando
alguno de ellos se enferme o muera como consecuencia de los experimentos, ¿A
quién felicitará la APC?
Las imágenes son tomadas de las siguientes fuentes:
Los lectores interesados pueden verificar los datos
presentados en el artículo consultando las siguientes:
REFERENCIAS
Asociación Primatológica Colombiana. Nulidad de incidente de desacato protege a
los monos nocturnos en la amazonia colombiana.
[Documento en línea], [fecha de
consulta: 6/12/2015]
Wu Y, Ellis
RD, Shaffer D, Fontes E, Malkin EM, Mahanty S, et al. (2008) Phase 1 Trial of
Malaria Transmission Blocking Vaccine Candidates Pfs25 and Pvs25 Formulated
with Montanide ISA 51. PLoS ONE 3(7): e2636. doi:10.1371/journal.pone.0002636
Holder AA. The carboxy-terminus of
merozoite surface protein 1: structure, specific antibodies and immunity to
malaria. Parasitology. 2009, Oct;136(12):1445-56. doi:
10.1017/S0031182009990515. Epub 2009 Jul 23. Review. PubMed PMID: 19627632.
Ellis RD, Wu Y, Martin LB, Shaffer D,
Miura K, Aebig J, et al. (2012) Phase 1 Study in Malaria Naïve Adults of
BSAM2/Alhydrogel®+CPG 7909, a Blood Stage Vaccine against P. falciparum
Malaria. PLoS ONE 7(10): e46094.
doi:10.1371/journal.pone.0046094
The
RTS,S Clinical Trials Partnership
Fernando
Márquez