Durante el año 2010, según estadísticas de la OMS, la malaria produjo 219 millones de casos clínicos y mató 660,000 personas, la mayoría niños africanos pobres. La comercialización de medicamentos tiene que ser una opción secundaria al desarrollo de vacunas para prevenir la enfermedad, aunque ello suponga una disminución de las utilidades que obtiene la industria farmacéutica por este concepto.
viernes, 23 de marzo de 2012
Patarroyo, una vacuna revolucionaria.
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Manuel Patarroyo presenta la más avanzada investigación médica sobre cómo obtener vacunas sintéticas para combatir no sólo la malaria sino las más de 500 enfermedades infecciosas que afectan hoy a dos terceras partes de la humanidad y causan 17 millones de muertes al año.
¿Podría resumir el decálogo para sintetizar vacunas sintéticas contra las enfermedades infecciosas?
En primer lugar hemos demostrado que las vacunas se pueden sintetizar químicamente con todas las ventajas que implica. Para poder desarrollar vacunas hay que buscar los fragmentos con los cuales los microbios se agarran a las células sanas para invadirlas y matarlas. Hemos identificado esos fragmentos y descubierto que el sistema de defensa es ciego ante estos, no nos podemos defender de ellos. Es entonces necesario transformar químicamente estas proteínas para que el sistema inmunológico cree anticuerpos que las neutralice y esa es la razón de nuestro éxito.
Sustituyendo los aminoácidos, letras con las que están escritas estas moléculas, encontramos que hay unas reglas propias de las moléculas independientemente de la enfermedad. Por ejemplo: la alanina, solo puede ser cambiado por la serina y viceversa; la proina solo por el ácido espático y viceversa y así sucesivamente.
Esto lo descubrimos a lo largo de un estudio de unos 16 años y pudimos establecer que esos cambios mantienen el volumen, la superficie, la masa e invierte la polaridad, fundamental esto último. Esto hace que la molécula sea presentada en la forma apropiada para que el sistema inmunitario sea capaz de responder y destruir ahora a los microbios.
Actualmente de 517 enfermedades infecciosas solo 17 tienen vacunas. ¿En qué se diferencia la forma en que usted propone tratar las enfermedades infecciosas respecto a cómo se tratan actualmente?
Ese dato es verídico. Actualmente se usan productos biológicos, en esencia se usa todo el microbio que causa la enfermedad, como el virus de la viruela, el virus del poleo, sarampión, rubiola… Se utiliza todo el microbio matado o mutante pero todo, nosotros al contrario reconocemos solo las partes fundamentales de su estructura química identificando cuáles son esos fragmentos, modificándolos y sintetizándolos químicamente.
Antes se funcionaba a base de ensayo y error. Ahora conocemos la estructura química de la mayoría de los microbios y tenemos unas reglas, unos principios que minimizan el ensayo. Sabiendo que podemos cambiar la alanina por la serina y demás reglas el trabajo se simplifica enormemente. Ésta es una aproximación mucho más lógica y más zonal. Se simplifican los pasos enormemente. Conociendo el genoma del microbio podemos averiguar muy fácilmente cuales son las moléculas involucradas en la invasión. Aquí no tenemos ni estructura ni presupuesto para los ensayos con todos los microbios, ese trabajo le corresponde ya a otros laboratorios que si tienen infraestructura. Nosotros queremos que se conozcan, simplifiquen y aceleren los procesos para poder sintetizar vacunas para el resto de enfermedades infecciosas.
La prensa se ha hecho eco de la noticia pero ha hecho un llamamiento a la prudencia ¿Cuáles son los resultados de la investigación?
Si se tratase únicamente de un hallazgo químico sería importantísimo en sí mismo, pero es que si nosotros llegamos a esta conclusión es porque ya hemos experimentado en animales, no especulamos. Lo hemos comprobado en monos Aotus vacunándolos con los fragmentos modificados de las principales proteínas del parásito “Plasmodium falciparum” causante de la enfermedad con un sistema yo diría bastante “violento”. Porque primero vacunamos al mono y después se les inocula por vía intravenosa el parásito. Ese es un método bastante fuerte. Por ejemplo: a un humano le pica un mosquito y le introduce 1000 parásitos nosotros le inyectamos por vena 100 veces más al mono. Además tenemos la fortuna de tener acá en Colombia el mono Aotus, especie amazónica que tiene un sistema de defensas prácticamente igual al humano, un 95% idéntico. La vacuna de la malaria funciona con éxito en monos en más el 90% de los casos. Estamos, por todo lo explicado, muy seguros de los resultados. La experiencia con la vacuna anterior nos mostró que el mono nunca dice mentiras, si tenemos una capacidad prescriptiva como pasó en la anterior vacuna del 30 al 40 % en los monos ocurre lo mismo en humanos.
Tanta llamada a la prudencia por parte de los medios ¿tiene que ver con que sus conclusiones perjudican de alguna manera a la industria millonaria de los antibióticos?
No tengo esa impresión. Supe que dos o tres connotados científicos españoles hicieron un llamamiento a la prudencia, lo cual a mí me parece muy correcto, yo no lo critico. Tenemos un concepto; ya tenemos un método a través de la síntesis química y tenemos unos resultados: la vacuna de la malaria funciona con éxito en monos en más el 90% de los casos. Todo no son resultados, resulta imposible, les corresponde a otros desarrollar las investigaciones. No entro al trapo en demás polémicas.
Estas investigaciones comienzan hace 33 años. ¿En cuántos años calcula que se podrá probar en personas?
Esperamos empezar los ensayos con humanos para la vacuna de la malaria para junio del año que viene. Quiero entregarla lo más rápido posible sin lugar a dudas pero odio hablar de fechas. Dese cuenta que muchas veces se presentan imponderables. Hace 22 años creímos haber encontrado la respuesta. Pero como el sistema inmunitario es ciego a estos fragmentos estuvimos 7 años totalmente perdidos dándole vueltas y vueltas al problema hasta que se me ocurrió modificarlas químicamente. Sintetizamos 38.000 moléculas, realizamos cerca de 4.000 ensayos en monos revisando cada día en 10.000 glóbulos rojos de cada mono si había o no el parásito sólo para llegar a esa conclusión. Nadie puede decir que no hemos sido prudentes en nuestro trabajo.
¿Qué ventajas tienen las vacunas sintéticas sobre las biológicas?
Las ventajas son enormes. Las vacunas sintéticas como son químicamente producidos siempre obtiene el mismo producto a diferencia de las vacunas biológicas en las que puede ocurrir que en la producción de la vacuna el lote quinientos sea diferente al lote uno porque el microbio haya mutado. De hecho ha sucedido varias veces. Los microbios mutan para bien o para mal. Otra ventaja es que se puede producir en grandes cantidades y es baratísima. Los costos son muy bajos y son productos químicamente estables, que se pueden conservar a temperatura ambiente. A diferencia de las vacunas biológicas no se degradan.
¿Son una alternativa entonces para todos aquellos países con menos recursos para costearse vacunas biológicas?
La producción es muy barata. Claro que es una alternativa, por ejemplo aplicar la vacuna del papiloma que es biológica cuesta de de 200 a 300 euros, nuestro objetivo es que nunca llegue a costar un euro, porque los costos ya están cubiertos. La diferencia es monstruosa. El costo real tampoco es demasiado comparado con los miles de millones que invierte hoy la UE, a lo largo de estos 33 años he recibido de Colombia y España aproximadamente unos 32millones de euros, casi 1 millón de euros al año. Con ese dinero hemos construido dos institutos, educado a cerca de 1000 investigadores en Colombia, además de financiar todas las investigaciones y ensayos.
¿Quiere añadir algo más?
Mi gratitud a España entera por la colaboración. Venimos recibiendo apoyo de España desde 1989 y han sido muy generosos hasta hoy. He tenido todo el apoyo lo cual me compromete con el pueblo español.
Por Sara Montero 1-7-2011
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