Foto EL TIEMPO
A otros nos dirá, simplemente, que el trabajo de Patarroyo y su gente goza de reconocimiento en todo el mundo excepto en Colombia, donde la financiación de su trabajo depende de la opinión personal del ministro de turno y no de la cuantificación y cualificación de su trabajo, tan incómodo para la industria farmacéutica pero tan vital y urgente para los condenados a morirse por falta de dinero.
Fernando Márquez
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