sábado, 21 de diciembre de 2013

Patarroyo valoró nuevas medicinas creadas en el país

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Regional  / Diciembre 21 de 2013

Manuel Élkin Patarroyo.
Colombia es un país que ha progresado en nuevas medicinas, pero se puede avanzar más. Este fue el mensaje del científico Manuel Élkin Patarroyo, durante su estadía ayer en el departamento.
Así lo reveló durante la jornada académica y de conferencias con la que el centro de investigaciones biomédicas de la universidad del Quindío conmemoró sus primeros veinte años de labores.

El profesional, que trabaja desde hace años en estrategias para contrarrestar manifestaciones como la malaria, resaltó las acciones que se han desarrollado para mejorar la calidad de reacción a la hora de hacerle frente a una enfermedad.

“El dengue, la malaria, la toxoplasmosis, entre otras se le ha podido dar la respuesta que no se tenía en años atrás gracias a la investigación y también por tener dentro de las instituciones superiores como este un centro biomédico”, indicó Patarroyo.

Espera que se le dé apoyo a este tipo de acciones con el fin de profundizar en la investigación y que el país se convierta, ante el continente y el mundo, en modelo.


El resto de la jornada
No solo fue la intervención del científico Patarroyo la que comprendió la jornada de capacitaciones, se tuvo además a otros profesionales quienes expusieron acerca de aspectos como el dengue.

“Durante el día se habló de asuntos que se relacionan con esta dolencia como el síndrome febril en el Quindío, productos naturales para el dengue, curcumina, entre otros”, señalaron coordinadores del evento.

Para ello se tuvo la participación de expertos como Maylin Álvarez, del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kouri de Cuba, Leidy Lorena García, Jhon Carlos Castaño, Leonardo Padilla, Andrés Rodríguez y Delia Recalde.

Nota:
Patarroyo es y seguirá siendo el punto de referencia cuando se hable de ciencia e investigación en Colombia, a diferencia de los súbditos de alguna multinacional farmacéutica recientemente multada por prácticas deshonestas. Si, ustedes... 

Fernando Márquez

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martes, 17 de diciembre de 2013

Patarroyo dice que se llevará su investigación contra la malaria a otro país


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Si el país permite que la gente que crea, que piensa, que produce, tenga que irse del país porque aquí no se les proporcionan los medios para trabajar y si se le alcahuetea a los interesados en meterle otro palo a la rueda de la investigación, tendremos el retrato perfecto del país de cafres de que hablaba el Maestro Echandia y muchos millones de muertos evitables, que deben quedar sobre la conciencia de los que ahora se solazan con la desgracia de la gente pobre que ve perderse su esperanza.  Será un logro vergonzoso, hediondo y criminal de sus enemigos.  En todo caso, aquí o allá, más temprano que tarde, los resultados tendrán que darse, porque si de algo pueden tener la certeza absoluta es de que Patarroyo es dueño de una convicción a prueba de todo. Es invencible. 

Fernando Márquez



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POR DIFICULTADES ECONÓMICAS


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NOTICIAS/Ciencia y Salud

Patarroyo dice que su proyecto contra la malaria lleva un retraso de dos años

Patarroyo dice que su proyecto contra la malaria lleva un retraso de dos años
Manuel Elkin Patarroyo, científico colombiano. AFP
El científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo afirmó este viernes que el proyecto que dirige para conseguir una nueva vacuna contra la malaria acumula un retraso de dos años, por lo que se han demorado las pruebas en humanos, que inicialmente estaba previsto que comenzasen el próximo otoño.

Patarroyo, que asistió en la ciudad española de Málaga a la presentación del XI Foro de Manos Unidas, manifestó en rueda de prensa que han tenido muchas dificultades para seguir adelante con el proyecto, principalmente de índole financiera.

"Tenemos bastantes palos en la rueda", dijo Patarroyo, quien añadió que hay gente a quien no le interesa este proyecto y otros prefieren "que no salga" por distintas razones que no entiende, aunque acepta.

A esto se añade que les fue denegado el acceso a los monos utilizados como modelo experimental en la investigación hasta hace aproximadamente un mes, explicó.

El inmunólogo, artífice en 1987 de la primera vacuna contra la malaria -que tiene una eficacia relativa-, confía en poder acortar los plazos de su investigación, aunque no puede precisar una fecha final.

Patarroyo pretende obtener una vacuna de total eficacia para una enfermedad que cada año afecta a millones de personas.

Preguntado sobre la incidencia que pueden tener los recortes económicos en la investigación, el científico expresó su confianza en que puedan continuar las ayudas, aunque dijo que entiende las "limitaciones" y no mantienen una actitud "egoísta".

Dedicado desde hace más de treinta años a la investigación de la malaria y las vacunas, Patarroyo aseguró que "más que las políticas de gobierno" le preocupan las actitudes, y abogó por que el mundo busque "una ética de la solidaridad".

En ese sentido, dijo que los gobernantes emplean la sanidad y la educación para recabar el apoyo del electorado pero se vuelven "amnésicos en microsegundos".

El científico, que insistió en la importancia de las actitudes frente a las políticas cambiantes de los gobiernos, subrayó que muchos problemas de salud se pueden resolver con políticas de alcantarillado y agua potable que no requieren grandes inversiones.

En cuanto al papel de las multinacionales, Patarroyo indicó que existe una "crítica enorme" a la Organización Mundial de Salud (OMS) por "haber permitido ese juego de las multinacionales que nos vendieron el estornudo del pollo carísimo", en alusión a la gripe aviar.

A ese respecto recordó que su país, Colombia, que "no tiene demasiados recursos", compró contra esta enfermedad cuatro millones de dosis de fármacos.

"Actualmente nos están vendiendo la vacuna del papiloma", manifestó Patarroyo, quien aseguró que no se enfrenta a las multinacionales sino que las soslaya, porque es la lucha "de un pequeño David contra los gigantescos Goliat".

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Sobran los comentarios, ¿no? 
























sábado, 14 de diciembre de 2013

Vacunas que salvarían a 17 millones de personas, en vilo por fallo

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Por:  |

Manuel E. Patarroyo
El inmunólogo sostiene que siempre utilizó ejemplares capturados por colectores colombianos.

Manuel E. Patarroyo habló de la decisión del Consejo de Estado que prohíbe el uso de monos 'Aotus'.

En un reciente fallo, el Consejo de Estado decidió cancelarle, de manera definitiva, el permiso a la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia (Fidic) para capturar monos nocturnos 'Aotus', que son usados en sus investigaciones sobre malaria.
El inmunólogo Manuel Elkin Patarroyo, director de la Fidic, advierte sobre los alcances de esta decisión que, asegura, atenta contra 33 años de trabajo dedicados a lograr una vacuna efectiva contra este mal.
“Siempre he sido muy respetuoso de las instituciones y las leyes -señaló Patarroyo-, por eso pido que el Consejo de Estado también respete los resultados incontrovertibles de la ciencia; no hacerlo es permitir un atropello de lo subjetivo a lo objetivo”.
La decisión, en segunda instancia, confirma el fallo emitido en primera por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, a una acción popular interpuesta, con ese fin, por el abogado Gabriel Vanegas y la primatóloga Ángela Maldonado.
Patarroyo ha sido señalado en este proceso por los demandantes de favorecer el tráfico de especies, al comprar y utilizar monos 'Aotus' capturados en Perú, y de exceder el número de especímenes autorizado.
El inmunólogo respondió las preguntas de EL TIEMPO sobre este tema.
¿Qué argumentos esgrime el Consejo de Estado?
Quiero precisar que el fallo fue emitido por la subsección tercera del Consejo; no fue discutido en sala plena. En él se dice que el permiso se había otorgado para trabajar con los monos ‘Aotus vociferans’ y no con los ‘Aotus nacimaee’, que se creía eran solo peruanos y brasileños. Sin embargo, estudios de ADN hechos por la Universidad Nacional demuestran que en Colombia más del 80 por ciento son de origen que se creía peruano, por consiguiente nunca hubo tráfico ilegal. Trabajamos con micos colombianos, como siempre lo dijimos. Esta confusión hizo que se nos sancionara injustamente con el cierre de la estación en Leticia por más de tres años y ahora definitivamente.
¿Qué efecto tiene esta decisión?
Que se aleja la posibilidad de evitar la muerte de un millón de niños por malaria al año y que se trunca nuestro trabajo, que estábamos terminando, de descubrir las reglas para desarrollar vacunas contra enfermedades que matan a 17 millones de personas anualmente. Creo que no tienen ni idea de los alcances de la decisión que tomaron…
¿Tiene cómo demostrar que usó monos colombianos en su investigación?
Sí. En todas las actas consta que los monos fueron obtenidos de colectores colombianos, aunque puede que alguna vez se colaran unos cuantos del Perú. Más allá de eso, los estudios de ADN de la Universidad Nacional demuestran que los micos con los cuales investigamos eran ancestralmente colombianos. Entonces, ¿de dónde viene la acusación? ¿Dónde se origina el problema? Los demandantes son el abogado Gabriel Vanegas, a quien nadie conoce, y la científica Ángela Maldonado, que exhibe apenas tres publicaciones y viaja por todo el mundo (Bruselas, Londres, Kenia, Taiwán, Estados Unidos) con su campaña de "salvemos los Aotus"...
Es decir que considera que a la demandante le falta fundamento…
Pues juzgue usted: publicó en diferentes medios que hemos recibido más de 100 mil micos y que se mueren. Y eso es falso. El estudio de la Nacional demostró que la vasta mayoría de los monos se reintegran exitosamente al medio ambiente; también dice que nos asignan el 80 por ciento del presupuesto nacional de ciencia, y lo cierto es que en los últimos tres años no hemos recibido un solo centavo del país. De postre nos acusa por escrito de estar amenazándola de muerte, de que hemos talado más de 15 mil hectáreas de bosque, de que hemos atropellado a comunidades indígenas… Por desgracia, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca y la subsección tercera del Consejo de Estado le creyeron esas historias.
¿Con cuántos monos 'Aotus' ha trabajado?
Durante 33 años de investigación hemos trabajado con 21.148 ejemplares. Desde el momento en el que se reciben hasta que son liberados (es decir, no durante el experimento) no muere más del 5 por ciento. Gracias a estos animales desarrollamos la vacuna más efectiva contra la malaria hasta la fecha.
¿Cómo los regresaba a la selva?
Insisto en aclarar que a todos los micos se les mantiene en excelentes condiciones generales, como les consta a todas las autoridades ambientales y a muchas personas que visitaron nuestro Instituto. Antes de ser liberados son evaluados por un comité de ética departamental; veterinarios o biólogos de Corpoamazonía, como consta en innumerables actas, decidían el sitio donde serían devueltos a su hábitat.
¿Y cómo sabe que no se mueren al regresarlos?
El estudio de la Nacional comprobó que de toda la población de 'Aotus' del Amazonas analizada por sus investigadores, el 11 por ciento llevaba nuestro tatuaje, es decir que se habían reintegrado al medio ambiente, algunos desde hacía 3 y 4 años, y habían conformado grupos familiares.
¿Es posible crear un modelo animal para compensar la falta de los monos?
Se pueden crear ratones transgénicos para una sola de las moléculas del sistema de defensas del ser humano, no para todas. Dicho sea de paso, hay muy pocos de esos roedores y tomaría por lo menos 10 años más alcanzar lo que ya habíamos adelantado en los micos. Los 'Aotus' son necesarios para el desarrollo de las vacunas en general, pues su sistema inmune es prácticamente idéntico al de los seres humanos.
¿En qué estado está su vacuna?
Para la forma del parásito que infecta al glóbulo rojo de la sangre (merozoito) está en más de un 90 por ciento de efectividad, pero para la que infecta al hígado está en un 30 por ciento. Al parásito hay que atacarlo en ambos niveles y es la razón por la cual necesitábamos un año y medio más, y más monitos, pero infortunadamente estas demandas nos han detenido por más de tres años y medio, como consta en los distintos procesos sancionatorios. Esta vacuna tan luchada era un logro de la ciencia colombiana, para el bienestar de toda la humanidad.
Se dice que sus investigaciones afectaron la salud amazónica…
¡Qué mentira tan gigantesca! Para empezar, la malaria que existe en el Amazonas es causada por el parásito ‘Plasmodium vivax’ y nosotros trabajamos con el ‘Plasmodium falciparum’. Decir lo contrario es mezclar peras con habas.
¿Qué sigue?
La comunidad científica sabía, por nuestra asistencia a los innumerables foros y congresos a los que se nos invita, y las publicaciones de nuestros resultados, que punteábamos en el desarrollo de una vacuna que les salvaría la vida a un millón de niños por año… ¡A un millón de niños anualmente!
¿Cómo califica todo este proceso y el fallo en el que desembocó?
Que se trató de la batalla de una mentira subjetiva según la cual los monos 'Aotus' no existen en Colombia, algo por lo que siempre se nos sancionó, versus la verdad objetiva de la ciencia, que sí existen.   Otros llaman a la imposibilidad de contar finalmente con una vacuna antimalárica un genocidio. Al final del día serán los demandantes y los jueces quienes respondan ante el mundo entero por sus actos.
CARLOS FRANCISCO FERNÁNDEZ
Asesor médico de EL TIEMPO

Hace muy poco la multinacional GSK fué multada con 3000 millones de dólares por prácticas lesivas para la salud humana. Para nadie es un secreto el hecho, muchas veces demostrado, de que para la industria farmacéutica el negocio, extraordinariamente lucrativo, está en la venta de medicamentos para tratar enfermedades, NO EN VACUNAS PARA EVITARLAS, a menos que estas sean comercializadas por ellos.  Y están dispuestos a invertir todo el dinero que sea necesario para evitar la competencia, máxime si esta opera basada en razones altruistas y de humanidad, no comerciales. 
En Colombia esta situación adquiere ribetes verdaderamente dramáticos. Hay medicamentos cuyo precio es en Colombia 2000 veces más alto que en países vecinos.  "La fundación Ifarma, una entidad independiente que se encarga de analizar estos problemas en América Latina y el Caribe, afirma textualmente que “Colombia ocupa el primer lugar mundial en precios de medicamentos, lo que está llevando a la quiebra del sistema de salud”. Que verguenza!
A este estado de cosas solo es posible llegar a través de sobornos y dádivas para algunos funcionarios de alto nivel encargados de proteger la salud y la vida de todos los colombianos, personajes que sin ningún escrúpulo se venden por unas cuantas monedas. Los métodos con los que sobornan a muchos médicos para que receten sus moléculas en diferentes países son bien conocidos: Seminarios, congresos, viajes, cursos, dinero, son parte del menú. Pero no son los únicos, cualquiera dispuesto a facilitarles la tarea de llenarse los bolsillos es bienvenido. 
El afán de lucro es la verdadera razón para obstaculizar el trabajo del Profesor Patarroyo, aunque los alegatos presentados suelan barnizarse de verde encendido. Obstaculizar el desarrollo de vacunas y medicamentos gratuitos o de muy bajo costo, en cualquier lugar del mundo, es un crimen de lesa humanidad, un genocidio de características espantosas que debe ser denunciado y rechazado categóricamente en todos los rincones del mundo. 
Fernando Márquez

domingo, 8 de diciembre de 2013

VACUNA CONTRA LA MALARIA, ENTRE LOS APORTES MAS IMPORTANTES QUE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA LE HA HECHO A LA HUMANIDAD

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La Universidad Nacional de Colombia, a la que sin exageración se puede catalogar como la conciencia de la nación, señala entre sus mayores aportes a la humanidad la vacuna contra la malaria desarrollada por el Profesor Manuel Elkin Patarroyo y su grupo, la primera químicamente hecha en el mundo y la primera contra un parásito, logro de tan descomunales dimensiones que solo puede verse en perspectiva y que, probablemente, solo el paso del tiempo le permitirá a la humanidad apreciarlo en toda su dimensión. Es muy bueno ser parte de la historia del país y de la humanidad entera por alcanzar logros de carácter universal, máxime si estos están desligados absolutamente de la acumulación de dinero y de la plusvalía.  

Y debe ser muy malo ser recordado por obstaculizar con argumentos huecos el desarrollo de una labor humanitaria destinada a salvar las vidas de un millón doscientas mil personas que mueren de malaria cada año y los muchos millones más que enferman y mueren cada día por enfermedades infecciosas prevenibles mediante vacunas cuyo desarrollo queda suspendido, pero solo por ahora.  Y peor aún debe ser quedar como el que avaló el exabrupto. 


Fernando Márquez

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miércoles, 4 de diciembre de 2013

UN FALLO PELIGROSO PARA LA INVESTIGACIÓN EN COLOMBIA


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A propósito de un artículo publicado en Vanguardia Liberal. 

El fallo del Consejo de Estado que priva al Profesor Patarroyo de la utilización de monos para realizar las pruebas de los péptidos candidatos a vacuna tiene profundas y graves implicaciones para toda la comunidad científica nacional, especialmente para la que utiliza animales para el desarrollo de medicamentos, vacunas y procedimientos 


Foto Revista Gente

médicos, lo que a la larga redundará en mayores índices de morbimortalidad para la población colombiana. 

No se trata únicamente de la vacuna contra la malaria de Patarroyo sino de todo el universo científico y académico nacional, ad portas de tener que limitarse a las pruebas in vitro y a exposición teórica de sus hallazgos, elementos útiles pero no suficientes.


No digo comunidad internacional porque es muy difícil que más allá de nuestras fronteras se den fallos tan absurdos como este y el que prohíbe las infecciones nosocomiales por decreto, para mencionar solo dos, lo cual demuestra, una vez más, que un magistrado lleno de buenas intenciones pero sin el apoyo, el conocimiento y la experiencia necesarios para comprender de manera integral un 
problema tan complejo termina  equivocándose en materia grave.


La señora Maldonado, la demandante, sugiere la creación de criaderos de micos, propuesta llamativa a primera vista, pero ignora los problemas inherentes a su propuesta. Las tasas de reproducción de monos en cautiverio son muy bajas, el sistema inmune se modifica al no tener los depredadores ni enfermedades que tendría en el bosque, la mayor probabilidad de apareamientos endogámicos introduciría mutaciones genéticas en la especie, entre alimentación y medicamentos, sin contar gastos de infraestructura ni veterinarios, cada mono cuesta alrededor de seis millones de pesos por año, más de lo que devengan muchas familias colombianas, y, lo más importante, no serían aptos para vivir en la selva lo cual obligaría a sacrificarlos o a asumir los costos de su manutención durante un periodo de vida cercano a los 20 años, lo cual no sucede con los monos tratados y liberados en su hábitat natural al terminar las pruebas.

  
El Congreso pudo haber discutido las similitudes o diferencias entre seres humanos y monos, pero eso no garantiza que sus conclusiones, si las hubo, sean correctas. Las autoridades en la materia son, por ejemplo, el IGUN, Instituto de Genética de la Universidad Nacional de Colombia, que avaló recientemente la existencia de poblaciones de monos Aotus autóctonas en la región amazónica colombiana lo cual le quita el piso a la acusación de traficar micos recolectados –no cazados- en las selvas de Perú y Brasil.

Estudiar un problema durante 30 o más años no puede calificarse de fracaso sino de perseverancia y convicción;  el inmediatismo no ha sido ni será una constante en el mundo científico, si así fuera muchos de los inventores que tardaron décadas en desarrollar inventos de los que hoy disfrutamos serían vecinos de Patarroyo en la galería de los fracasados de la señora Maldonado, como Pasteur, Einstein, Marconi, Gutemberg, Von Neumann y muchos otros sin los cuales la civilización que conocemos no existiría.

Para ellos este es un gran triunfo, probablemente, pero para los 200 millones de enfermos y el millón y medio de muertos por malaria cada año, la mayoría niños menores de cinco años, este es un duro portazo a su esperanza de poder acceder a vacunas gratuitas, que es lo que necesita uno de los grupos de población más vulnerables del mundo.

Hay victorias que es mejor no obtener y hay soluciones a problemas que ahora ellos, los victoriosos, deberían asumir, pero no lo harán porque tendrían que prepararse e invertir muchos años en ello, como le ha sucedido a otros que han recorrido ya el mismo camino y a ellos les gustan los resultados rápidos, con la diferencia de que Patarroyo lo ha hecho a pulso y los demás con el respaldo de chequeras muy generosas.  













  

martes, 3 de diciembre de 2013

ENTREVISTA A MANUEL ELKIN PATARROYO ¿FIN DE LA INVESTIGACIÓN PARA DESARROLLO DE VACUNAS EN COLOMBIA?

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» Escuche la entrevista al Profesor Patarroyo entre los minutos 35 a 47. Utilice el control para desplazarse.


Farmacéuticas no quieren que salga la vacuna contra la malaria: Patarroyo

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Foto: Colprensa
El científico colombiano afirmó que con el fallo del Consejo de Estado se pone en riesgo la vida de millones de personas 
CARACOL | DICIEMBRE 3 DE 2013
Noticia en desarrollo...


Esa es la triste realidad en Colombia: la gran industria, llámese minera, agrícola o farmacéutica es la que impone las reglas de juego con sus estrategias de largo aliento y las enormes cantidades de dinero que manejan, que es lo que les permite amenazar páramos como el de Santurbán, apoderarse del negocio de las semillas, que es la base del problema campesino, o frenar el desarrollo de las vacunas y métodos de Patarroyo y su grupo. Es su estilo, eso no debe asombrarnos; lo que si debe preocuparnos, y mucho, es que ese aparato económico pudiera llegar a permear los más altos cargos oficiales para que desde ellos se favorezcan los intereses de estos monstruos comerciales. Tenemos que estar muy atentos.

Y que quede bien claro: entorpecer, en cualquier lugar del mundo, investigaciones destinadas a salvar vidas para llenarse los bolsillos es un crimen de lesa humanidad, un genocidio de características espantosas. Los colombianos no podemos seguir siendo ni los conejillos de indias ni los idiotas útiles de esta máquina de hacer dinero a costa de la salud y la vida de todos.

El país que piensa, la comunidad científica, los estudiantes, la academia, el país entero debe unirse en torno a la defensa del derecho y a la vez la obligación de hacer ciencia en Colombia.

Fernando Márquez

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lunes, 2 de diciembre de 2013

Fallo de profundas implicaciones, altamente lesivo para el desarrollo de la investigación, la comunidad científica y la academia en Colombia.

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El Consejo de Estado Colombiano, Sala de lo Contencioso Administrativo, con ponencia del Dr. Enrique Gil Botero, emitió un fallo mediante el cual le prohíbe a la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia, FIDIC, la utilización de monos para la realización de pruebas científicas. La FIDIC ha cumplido siempre más allá de lo ordenado con todos los protocolos de bioética suscritos en Colombia.

Tal decisión compromete la utilización de especies animales para pruebas de laboratorio lo cual implica la paralización de muchas investigaciones científicas en Colombia. La defensa de los recursos naturales no debe convertirse en obstáculo para la preservación de la salud y la vida humanas en ningún lugar del mundo y corresponde a los jueces y abogados apoyarse en organismos científicos  competentes para poder precisar bien el alcance de sus decisiones.

La demanda se basa en un supuesto tráfico de especies animales desde países vecinos, como Perú y Brasil, sin embargo un estudio reciente del IGUN, Instituto de Genética de la Universidad Nacional de Colombia, organismo oficial cuyos conceptos son de los más autorizados sobre el tema, demuestra que en Colombia si hay poblaciones autóctonas de monos Aotus Nancimaee, lo cual le quita todo el piso a la argumentación jurídica del fallo.

De esta decisión depende la culminación del desarrollo de una vacuna antimalárica que salve la vida de un millón y medio de personas y proteja la salud de más de 200 millones en todo el mundo cada año, la posibilidad de desarrollar métodos para la producción de vacunas de bajo costo y el derecho a utilizar especies animales para las pruebas de laboratorio dentro de los límites fijados por la ley.


Este es un fallo de profundas implicaciones, altamente lesivo para el desarrollo de la investigación, la comunidad científica y la academia en Colombia.   

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