martes, 23 de julio de 2013

“El colombiano es un individuo muy imaginativo y trabajador”: Patarroyo

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En Especial 20 de Julio:

Por: Tomás Aguirre | @TomAguirreP | Julio 17, 2013
El científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo (Foto: Tomado de internet)
El científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo Foto: Tomado de internet
Manuel Elkin Patarroyo es originario del municipio tolimense de Ataco. Su carrera en la ciencia inició al ser admitido en la Universidad Nacional para estudiar Medicina. Durante la década de los ochenta desarrolló el primer intento para crear una vacuna sintética contra la malaria y desde entonces viene trabajando en la cura de esta enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo.


El doctor Patarroyo es fundador y actual director de la FIDIC -Fundación Instituto de Inmunología de Colombia-, asociada a la Universidad Nacional; director de la línea de investigación en Relación Estructura-Función en la Búsqueda de Vacunas Sintéticas en el doctorado en Ciencias Biomédicas de la Universidad del Rosario; profesor de la misma universidad así como del Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud, para el desarrollo de vacunas sintéticas contra la malaria, la tuberculosis y la lepra.

Confidencial Colombia habló con Manuel Elkin Patarroyo para que contara el significado de ser colombiano y la relación de este imaginario con la ciencia: “Un gran orgullo. Me siento enormemente  orgulloso de ser colombiano. Desafortunadamente Colombia no tuvo demasiados antecedentes en ciencia y por la misma razón, algunos hemos tenido que venir abriendo camino para que la ciencia se inserte en la conciencia de los colombianos. Es llamativo ver cómo, a nivel de las nuevas generaciones, hay un gran ímpetu del conocer científico para impulsar el desarrollo científico, tecnológico, económico, político y social de nuestro país y la humanidad. Es esa la razón por la cual yo me siento muy orgulloso, no solamente de ser colombiano, sino de participar en esa fantástica aventura del desarrollo científico y tecnológico de Colombia”.

Patarroyo destacó el valor de ser colombiano, así como las características únicas de la idiosincrasia nacional: “Nuestro país tiene unas profundas raíces. Pero, primero que todo, vale la pena decir que tiene una identidad propia, la cual debe preservar enormemente. Hay una idiosincrasia real con todas sus bondades y desventajas. Así mismo, el colombiano es un individuo, primero que todo, muy imaginativo, trabajador, capaz, que cuando se propone algo lo saca adelante. Esas son características del colombiano que hay que impulsar y orientarlas desde el punto de vista del desarrollo científico y tecnológico para que todos tengamos un buen futuro”.

También, dentro de las cualidades descritas, explicó cómo sirven de base para la creación de un país más próspero: “Estas características -del colombiano- son fundamentales. Primero hay que tener sueños, vale la pena que Colombia tenga un sueño de país. Todos tenemos que anhelar una Colombia prospera, desarrollada, equitativa, justa, para de esta manera podamos ir todos adelante”.

La pérdida del gusto por lo nacional, el doctor lo ve más como una consecuencia de un mundo globalizado: “Debe impulsarse mucho más la identidad nacional. Desafortunadamente como el mundo se está globalizando muchas veces las raíces tienden a diluirse y por la misma razón hay, sin patrioterismo que es otra cosa, que impulsar nuestra identidad propia”.

Así mismo, aseveró que dentro de la ciencia este fenómeno se da por el poco tiempo que Latinoamérica tiene en la historia de la ciencia: “Lo que pasa es que Colombia, al igual que Latinoamérica, se insertó tarde en el desarrollo científico. Nosotros nos adentramos en esta materia hace máximo 50 o 70 años, mientras que los países desarrollados llevan casi 450 años de puro trabajo y desarrollo en las áreas de la ciencia. De manera que la diferencia es de cuatro siglos, por eso el desarrollo científico llegó relativamente tarde a nuestro país”.

La inspiración para seguir trabajando en el desarrollo de vacunas sintéticas se lo atribuye a la posibilidad de tener, en algún momento, una Colombia desarrollada: “Colombia tiene muchas cualidades. Aquí la gente es muy imaginativa, trabajadora, ambiciosa; que si utilizan esas características tienen muchas posibilidades. Pero fundamentalmente la inspiración surge de un sueño de país, es decir, que todos anhelemos tener una nación desarrollada, justa por encima de todo; equitativa, en donde se le dé a cada quien lo que le corresponde de acuerdo a sus capacidades y producción”.

Pero la verdadera fuente de inspiración se la da a tres símbolos claros del país: “Colombia tiene muchas posibilidades de inspiración. En mi concepto se cuenta con tres: el realismo mágico de Gabriel García Márquez, la voluptuosidad de la pintura y escultura de Fernando Botero y las vacunas sintéticas. Con estas tres características, se debe apuntar hacia esa dirección para  que se conviertan en símbolos del país”.

El doctor Patarroyo sabe que en ningún otro lugar del mundo habría podido alcanzar los descubrimientos que ha logrado: “Si no hubiera sido en Colombia yo no habría podido desarrollar las vacunas sintéticas. Esto era casi imposible trabajarlo en otros países. Aquí hemos sido muy imaginativos y audaces en el alcance de las mismas, además hay un grupo que tiene una mística que no se encuentra en ninguna otra parte del mundo”.

Aunque Manuel Elkin Patarroyo ha estado envuelto en supuesto tráfico de animales en el Amazonas – denuncias que están siendo evaluadas por la justicia colombiana-, sus grandes investigaciones en el área de la ciencia siguen visibilizando a Colombia en un rubro que tiene poco presupuesto público y en el que la empresa privada solo se fija para un bien privado.

NOTA: Las trabas y persecución al trabajo de Patarroyo y su grupo tienen una explicación muy simple: no es conveniente para la industria farmacéutica una persona que en lugar de ponerle precios exorbitantes a su trabajo, lo dona para favorecer a los grupos de población más vulnerables, los mismos a los que esta industria aspira a vender medicamentos para curar -lo cual ya no es tan cierto- la malaria, en lugar de prevenirla, que es mas eficiente y más barato y por la tanto poco o nada lucrativa para quienes han hecho de la enfermedad su negocio.  

 Esa es la razón por la que aparecen con inusitada frecuencia y con argumentos simplistas y mal fundamentados algunas personas interesadas -y financiadas, claro- en sacarlo del camino, tarea que les está resulta mucho mas dura que encontrar la vacuna porque si de algo puede jactarse Patarroyo es de su tenacidad y de su convicción, que a la postre y pese a tanto mercenario suelto, terminará saliéndose con la suya: producir vacunas de muy bajo costo para todos los que las necesitan    

Fernando Márquez

viernes, 28 de junio de 2013

Manuel Elkin Patarroyo, tercer Gran Colombiano

>> Leer artículo en EL NUEVO DIA

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA

Manuel Elkin Patarroyo
(Foto: ARCHIVO - EL NUEVO DÍA)

June 28, 2013 - 00:00

Manuel Elkin Patarroyo tercer Gran Colombiano

Aunque en los últimos días la atención y la polémica ha estado centrada en el primer puesto que ocupó el expresidente Álvaro Uribe Vélez como el 'Gran Hermano', en el concurso de History Channel, es de resaltar la elección del tercer puesto para el tolimense Manuel Elkin Patarroyo.
De casi un millón 100 mil sufragantes, el científico fue elegido como el tercer Gran Colombiano. En diálogo con EL NUEVO DÍA, el hermano del tolimense, Hugo Patarroyo, señaló que este reconocimiento se debía a la tenacidad de Manuel Elkin y al empuje que lo ha llevado tan lejos.

“La gente se ve más identificada con los valores de Patarroyo, con su trabajo y con ese tolimense (...) ”, puntualizó el hermano del investigador.

 Y añadió que pese a la falta de apoyo, Manuel Elkin logró salir adelante con su investigación gracias a su compromiso y a la colaboración de países como España.

El exmandatario tuvo un resultado de 30.3 por ciento, pues el segundo lugar fue para Jaime Garzón con 17.05 por ciento, mientras que el tercer lugar fue para el científico Manuel Elkin Patarroyo con 4.85 por ciento.

Publicada por
REDACCIÓN POLÍTICA

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Que el expresidente Uribe sea permanente fuente de noticias, no siempre buenas, lo convierte en una figura mediática, de alta recordación, como dirían los publicistas, lo cual explica en buena medida su elección, pero de ahí a ser el personaje que mejor nos representa como colombianos media una distancia sideral. 

Estoy seguro de que la inmensa mayoría de los colombianos se ve mejor representada en la imaginación y la creatividad de Gabo, en el humor ácido y visionario de Jaime Garzón  o en la inteligencia y altruismo de Patarroyo que en el ánimo belicista de Uribe.  

El programa, que pudo haber tenido importancia además de audiencia, se manejo mal, ha debido ser conducido por un periodista bien preparado, capaz de entender los argumentos de los defensores de cada uno de los finalistas y no por un actor, que hizo lo que sabe: manejar el asunto como si fuera un reality o una telenovela. Se perdió seriedad. 

Alguno de los panelistas, Gutiérrez me parece, no se si  intentando parecer agudo, inteligente, polémico o sarcástico, terminó haciendo un oso de los más grandes: Dizque, dijo, la obra de Gabo ha salvado mas vidas que el trabajo de Patarroyo.  Semejante alarde macondiano no se le hubiese ocurrido ni al mismísimo Nóbel.  ¿La lectura de Cien Años de Soledad ha prevenido o curado alguna enfermedad? 

Jimena Dussán hizo uso de la agresividad y la descalificación para disimular su falta de información sobre temas científicos. Dió la impresión de haberse preparado leyendo periódicos locales y no revistas científicas internacionales, que es donde la controversia, cuando la hay, tiene validez, por eso la respuesta de José Manuel Lozano, científico defensor de Patarroyo, la sacó de su libreto: ¿Que opina usted de la controversia sobre el trabajo del Doctor Patarroyo? pregunto Jimena. No se de controversias, leo publicaciones científicas todos los días y allí no hay ninguna, le respondió el Doctor Lozano. Cambio es una revista entretenida doña Jimena, y controversial por principio, pero no es Nature, el English Jornal of Medicine o The Lancet. Sorry!

Solicito comedidamente The History Channel que no siga diciendo que  "los colombianos eligieron a Uribe" sino "algunos colombianos" porque yo no estoy en la lista de los que lo eligieron, como muchos otros colombianos para quienes siempre será mejor un buen libro o un artículo sobre desarrollo de vacunas sintéticas que un destemplado "le pego en la cara, marica!"

Fernando Márquez






























domingo, 23 de junio de 2013

AGRADECIMIENTO DEL PROFESOR MANUEL ELKIN PATARROYO

Quiero agradecer muy sinceramente  al pueblo de Colombia su manifestación de cariño y apoyo a la labor que desempeñamos en la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia, FIDIC, en pro del bienestar de la humanidad y el buen nombre de Colombia al haber quedado entre los finalistas del programa EL GRAN COLOMBIANO de HISTORY CHANNEL. Mis sinceros agradecimientos.

Manuel Elkin Patarroyo M.  M.D.

sábado, 22 de junio de 2013

EL GRAN COLOMBIANO



El próximo domingo 23 de JUNIO a las 9:00 p.m, hora colombiana, el canal HISTORY CHANNEL transmitirá el programa en el cual se eligió al personaje que a juicio de los votantes, más de un millón de personas,  es EL GRAN COLOMBIANO.

Entre los finalistas estaban el científico Manuel Elkin Patarroyo, el Nobel Gabriel García Márquez, el expresidente Álvaro Uribe, el fallecido humorista Jaime Garzón y Antonio Nariño.  De acuerdo al formato del programa, cada uno de ellos tuvo un defensor que se encargó de explicarle a los televidentes porqué su defendido merecía ese honor. 

El defensor de Álvaro Uribe fue José Obdulio Gaviria, quien terminó su intervención muy enojado, y el del Profesor Patarroyo fue el P.H.D.  José Manuel Lozano, quien le explicó, entre otras cosas, a la periodista Jimena Dussán  como se produce, evalúa y publica la información científica en todo el mundo. Para enterarse en debida forma de los avances y logros científicos es necesario leer los artículos publicados en las revistas especializadas como Nature, The Lancet, English Journal of Medicine y otras parecidas ya que la información sobre temas científicos que proporcionan los periódicos suele ser, por necesidad, bastante liviana, para hacerla accesible al público no especializado.  El periodismo científico es una materia que apenas se está desarrollando en Colombia.

Como curiosidad, el programa mezcló para la misma categoría personajes tan disímiles como los mencionados finalistas, unos con mayor exposición mediática que otros, lo cual le resta equilibrio y precisión a la selección del  GRAN COLOMBIANO, sin que por ello deje de ser un programa interesante que vale la pena ver.


Fernando Márquez

miércoles, 12 de junio de 2013

Fiesta Nacional de Suecia

Foto EL TIEMPO


Para la mayoría esta fotografía no dirá mucho, una reunión de amigos, como muchas otras, quizá. A los lagartos profesionales y a los cazadores de reconocimientos y de premios les producirá un ataque severo de urticaria, con seguridad.

A otros nos dirá, simplemente, que el trabajo de Patarroyo y su gente goza de reconocimiento en todo el mundo excepto en Colombia, donde la financiación de su trabajo depende de la opinión personal del ministro de turno y no de la cuantificación y cualificación de su trabajo, tan incómodo para la industria farmacéutica pero tan vital y urgente para los condenados a morirse por falta de dinero.

Fernando Márquez

sábado, 11 de mayo de 2013

Patarroyo y su lucha contra la malaria

>> Leer en EL ESPECTADOR COLOMBIA

Nacional |10 Mayo 2013 - 10:00 pm

Postulado al Nobel de Química en dos ocasiones

Este científico, creador de la primera vacuna sintética contra el paludismo, trabaja en la fórmula para combatir otras 517 enfermedades infecciosas.

Por: Redacción Gente

El inmunólogo colombiano Manuel  Elkin Patarroyo. / Óscar Pérez - El Espectador
 
El inmunólogo colombiano Manuel Elkin Patarroyo. / Óscar Pérez - El Espectador
 
Manuel Elkin Patarroyo, director del Instituto de Inmunología de Colombia, fue el primero en desarrollar una vacuna sintética contra la malaria, enfermedad que cobra la vida de un niño cada minuto y que cada año se transmite a 216 millones de personas en el mundo. El descubrimiento fue suficiente para que en tres ocasiones lo postularan al Nobel: dos veces en química y una en medicina, y para que los colombianos lo vieran como referente de la ciencia en el país.

A los ocho años, la violencia obligó a su familia a huir de Ataco, al sur del Tolima, y desplazarse a Girardot, donde comenzó su obsesión por las vacunas. Su padre, viéndolo sin oficio en el nuevo hogar, le regaló un cómic sobre la vida de Luis Pasteur, titulado Descubridor de vacunas, benefactor de la humanidad. Luego llegaron Robert Koch y su lucha contra la tuberculosis, Armauer Hansen y su lucha contra la lepra y Ronald Ross y su batalla contra la malaria. Desde entonces, Patarroyo decidió que quería convertirse, como sus héroes animados, en científico y desarrollador de vacunas.

De ahí en adelante, el tolimense se graduó de médico, obtuvo un doctorado en medicina y cirugía de la Universidad Nacional, cursó una especialización en virología en la Universidad de Yale y otra en inmunología de la Universidad Rockefeller y el Instituto Karolinska de Estocolmo.

El momento clave de su carrera llegó en 1986, en el laboratorio que montó en el Amazonas para hacer moléculas y ensayarlas en micos. Allí, entre experimentos y fórmulas fallidas, el sueño de infancia por fin se hizo realidad: descubrió la primera vacuna contra la malaria, denominada SPF-66, y tras realizar ensayos en más de 50.000 individuos de distintos países se verificó su efectividad entre un 30 y 50%.

En 1996 cedió la patente a la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero su nueva obsesión fue hallar una vacuna mucho más efectiva, y así fue: en 2011, dio a conocer la Colfavac, de la que había comprobado una efectividad superior al 90% en monos y que ahora está probando en humanos.
En la prestigiosa revista estadounidense Chemical Reviews publicó que había encontrado los principios químicos que permitirán crear vacunas sintéticas para prevenir prácticamente todas la enfermedades infecciosas existentes en el mundo: tuberculosis, papiloma humano, dengue, hepatitis C, lepra y cientos más.

La labor incansable de este investigador lo ha hecho acreedor de importantes premios y reconocimientos: doctorados honoris causa por las universidades Nacional, del Tolima y Metropolitana de Barranquilla; el Premio León Bernard que otorga la OMS; el nombramiento como académico de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid, y, entre las condecoraciones, las de Caballero de la Orden de San Carlos y Simón Bolívar, ambas de Colombia.
De culminar su investigación sobre principios químicos que permitan crear vacunas para cientos de enfermedades infecciosas, no sería extraño que el Nobel de Química o Medicina por fin quede en Colombia.


 

jueves, 9 de mayo de 2013

Patarroyo contra el mundo

>> Leer en LA NUEVA ESPAÑA

El científico denuncia que su vacuna, a la que atribuye eficacia contra la malaria y ciertos tumores, lleva tres años paralizada

09.05.2013 | 02:22

Manuel Patarroyo, durante su conferencia de ayer. En primera fila, el rector y varios miembros de su equipo.
Manuel Patarroyo, durante su conferencia de ayer. En primera fila, el rector y varios miembros de su equipo.
Oviedo, P. ÁLVAREZ

Un científico colombiano desarrolla una vacuna contra la malaria. Un coronel del Ejército de los Estados Unidos boicotea su avance y tres meses más tarde anuncia una vacuna propia. El científico perfecciona su estrategia y consigue una vacuna eficaz no sólo para la malaria, sino también para otras enfermedades infecciosas e incluso para algunos tipos de cáncer. Pero una denuncia de un grupo ecologista, que lo acusa de tráfico ilegal de los monos con los que investigaba, tiene paralizado el proyecto desde hace tres años, y sin visos de solución.

Mientras tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que sólo la malaria (o paludismo) continúa cobrándose cada año unas 660.000 vidas en todo el mundo, en su mayoría menores de 5 años del África subsahariana, y que afecta anualmente a más de 200 millones de personas.

Ésta es, de forma muy resumida, la apasionante historia que ayer relató el investigador colombiano Manuel Elkin Patarroyo en el Aula Magna de la Universidad de Oviedo. Si fuera convertida en un guión cinematográfico, muy probablemente podría llevar por título «Patarroyo contra el mundo», o algo parecido. Porque, por el medio, están otros desarrollos de vacuna antimalaria con financiadores de la talla de Bill Gates. Una pugna en la que interviene de forma destacada el médico de origen asturiano Pedro Alonso, responsable del Centro de Investigación en Salud Internacional de Barcelona (CRESIB).

Tanto Alonso como Patarroyo han recibido el premio «Príncipe de Asturias», pero hoy por hoy las relaciones entre ambos no son precisamente pacíficas. «El resultado de todos estos estudios, en los que se han invertido billones de dólares es, y discúlpenme que diga esto, cero», precisó el investigador sudamericano en alusión a sus competidores.

El recinto universitario estaba al completo, con el rector, Vicente Gotor, y varios miembros de su equipo de gobierno en primera fila. «Hemos desarrollado una metodología lógica y racional para una vacuna que evitaría la muerte de cerca de 17 millones de personas a causa de enfermedades infecciosas», señaló Patarroyo.

El inmunólogo concretó que, si fuera aplicada de forma universal -a unos 3.500 millones de habitantes de las áreas más depauperadas del planeta-, el coste de cada dosis de la inmunización podría rondar los tres céntimos de euro. «Todo está publicado, hemos desarrollado una vacuna que protege totalmente al menos durante tres años», enfatizó Patarroyo, quien en varios momentos de su disertación reiteró su gratitud a la Reina Sofía y a la Fundación Príncipe de Asturias.
 

miércoles, 8 de mayo de 2013

60 millonarios distribuirán gratis la vacuna contra la malaria

>> Leer en LA RAZON.ES

Salud / Tratamientos

 El científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo tiene garantizada la distribución gratuita de la nueva vacuna contra la malaria en la que trabaja gracias a la colaboración de sesenta multimillonarios de distintas partes del mundo, algunos de ellos españoles, que financiarán las plantas donde se produzca.

Manuel Elkin Patarroyo, en Oviedo
Manuel Elkin Patarroyo, en Oviedo Efe
En una entrevista con la agencia Efe, Patarroyo, descubridor de la primera vacuna contra la malaria cuyos derechos cedió a la Organización Mundial de la Salud (OMS), garantiza que para la gente a la que se suministre la vacuna el precio no será superior al de su coste de producción, que cifra en unos diez céntimos de euros.

Asegura no sentirse "arrepentido" del gesto de ceder su vacuna a la OMS, pero que no volvería a hacerlo de la misma forma ni con este organismo y dice no estar preocupado por que se le reconozca o no el crédito de su investigación contra una enfermedad que causa más de un millón de muertes al año. "La inmortalidad no me trasnocha", subraya.

Patarroyo agradece la labor filantrópica de este grupo de potentados, cuyos nombres prefiere no hacer públicos, y que "no quieren recuperar ni un céntimo" a cambio de la inversión que realizarán para construir las plantas donde producir la vacuna.

El científico colombiano ha lamentado además la sentencia judicial que le impidió seguir realizando sus experimentos con una especie de monos del Amazonas cuyo AND es muy similar al de los humanos y en los que la nueva vacuna ya había demostrado una eficacia que ronda el 90 por ciento.

Una vez que pueda continuar su investigación con los primates, Patarroyo pronostica que en un periodo de un año podría iniciar las pruebas con seres humanos, un proceso que, a su juicio, será rápido dado que se trata de un camino "ya recorrido" con su anterior vacuna lo que les permite saber "donde están los baches y los problemas".

Aunque asegura sentirse "una piedra en el zapato" de la industria farmacéutica, Patarroyo afirma no querer retar a un conglomerado económico "demasiado poderoso" al que vincula al asedio que han ido sufriendo sus investigaciones, incluida la última sentencia judicial por tráfico de animales al capturar los monos con los que experimenta en territorio brasileño.

"Estamos en el Amazonas, en mitad de ninguna parte, y a poco más de 300 metros de la frontera brasileña....pero si los monos recorren cada días catorce kilómetros", afirma Patarroyo, que recuerda además que los ecologistas denunciantes hicieron comparecer en el Congreso de su país para hablar sobre este asunto a un exdirectivo de una multinacional farmacéutica dedicada a la fabricación de vacunas.

El científico ha agradecido además que el Gobierno de su país desbloqueara los fondos para sus investigaciones tras varios años de recortes que hicieron que éstas fueran financiadas desde España con la colaboración de la Agencia de Cooperación Internacional, del Gobierno vasco, de la Fundación para la Investigación Solidaria de Navarra y de la Universidad del Rosario (Bogotá).

"Ahora sólo vine a dar las gracias", afirma Patarroyo, que este miércoles pronunciará una conferencia en el Aula Magna del Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo, tras recordar "la proyección mundial" que dio a sus estudios el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1994.

Según el científico colombiano, en aquel momento los resultados de sus investigaciones "eran buenos, pero eran una apuesta" y, ahora, cuando considera que está "al final" del camino para el diseño de una vacuna definitiva contra la malaria vuelve a España "a mostrar los resultados, a compartirlos y a decir gracias".

 

«Si me dejan usar monos tendré la vacuna contra la malaria en un año»


Con un gesto afable constante y una sonrisa dibujada en la cara, Manuel Elkin Patarroyo, Premio Príncipe de Investigación en 1994 por sus investigaciones sobre la vacuna de la malaria, quiere dejar claro que ha vuelto «para dar las gracias», un mensaje que dirige a la Fundación Príncipe, cuyo galardón supuso «un paso más allá». Ahora regresa para que sepan qué ha sido de su premio, «los avances que hemos conseguido». Hoy a las 19.30 horas estará en el Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo para exponer sus conocimientos sobre la nueva vacuna.

-Van a cumplirse 20 años desde que se le concedió el Príncipe de Asturias por sus investigaciones sobre la malaria. ¿Qué ha cambiado desde entonces en la lucha contra esta enfermedad?

-Cuando me concedieron el premio en 1994, la vacuna todavía estaba en una fase temprana. A partir de ahí se catapultó y logró un grado de desarrollo altísimo. Se le dio resonancia mundial a nuestro trabajo y, afortunadamente, durante bastantes años el presupuesto que nos dieron fue, como se dice, a toda leche. Los avances no pararon de llegar.

-Y a nivel personal, ¿qué supuso?
-Es un compromiso muy grande, un peso importante a las espaldas debido a la necesidad de responder correctamente a algo tan importante. Pero, sin duda, las ayudas y el prestigio fueron fundamentales.

-Un estudio publicado recientemente en 'The Lancet' cifra en 1,2 millones las muertes por malaria al año, casi el doble que las cerca de 700.000 que calcula la OMS, ¿qué cifra se aproxima más a la realidad?
-Yo pienso que lo correcto es una entre ambas. Casi un millón de muertes al año es lo real.

-¿Será posible erradicarlas en un futuro?
-Controlarlas sí. Erradicarlas es una palabra que no utilizo porque los microbios son muy listos. 

Cuando se descubrió la penicilina, por ejemplo, se habló de acabar con las enfermedades infecciosas, pero no es tan fácil. Lo que podemos hacer es reducirlo a unos mínimos, tenerla controlada.

-Ultima lo que será la 'vacuna definitiva', ¿en qué parte del proceso de implantación se encuentra?
-La hemos estudiado en los monos, hasta que un grupo de ecologistas, sin medir las consecuencias, lo han boicoteado. Aún me pregunto qué oscuros intereses persiguen.

-Entonces, ¿en qué fase están?
-Estamos parados, sin la posibilidad de recibir un solo mono. Seguimos haciendo la parte atómica, y nos ha ido muy bien, pero necesitamos a los monos. Estamos a la espera de que la Ley dé su veredicto final, que estoy seguro será a favor. Si me dejarán usar los monos, tendría la vacuna contra la malaria lista en un año.

-Están probándose otras vacunas.¿Qué resultados espera?
-Tengo que decir, no sin tristeza, que las otras vacunas fracasaron. Esta es la única vía.

-¿Y qué la diferencia de las otras?
-En esta hemos aplicado todo el conocimiento de la química, mientras que las otras son biológicas.

-¿Confía en el éxito?
-Por supuesto. La hemos probado en más de 44.000 monos y los resultados han sido espléndidos.

-En el Tercer Mundo, ¿es mayor el problema económico que el científico a la hora de salvar vidas?
-Pienso que es algo que va simultáneo. La comunidad científica sabe que la salida pasa por la química, y eso es algo baratísimo.

-¿Cuánto costaría una campaña de vacunación?
-Cada vacuna cuesta 10 céntimos de euro, mientras que la vacuna contra el papiloma ronda los 150 euros. El gasto no puede ser un freno.

-¿Cómo afecta la situación económica a la investigación?
-En Colombia, la economía, no es boyante, pero no está mal, así que no afecta demasiado.

-Pero usted se ha visto privado de los fondos para sus investigaciones hace años.
-Sí, pero hay ayudas. En medio de la crisis, España, por ejemplo, nos apoya mucho. Hay tres instituciones aquí que nos subvencionan.

-¿Qué nivel observa en España?
-La ciencia está en un nivel no bueno, sino muy bueno. Solicito a los Gobiernos que no reduzcan el presupuesto, sino que lo incrementen. Hay mucho por hacer y hay quien lo haga.