miércoles, 23 de marzo de 2011

PRÍNCIPE DE VIANA A LA SOLIDARIDAD

Patarroyo: "Con el precio de una caña en Navarra vacunaría a 12 niños"
El premio Príncipe de Viana 2011 se muestra "muy honrado" por el galardón porque es un reconocimiento a la solidaridad, "algo en lo cual he venido insistiendo toda una vida", asegura y añade que "todos deberíamos preocuparnos por todos"



Fotografía de archivo del científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo que ha sido galardonado con el Premio Internacional Príncipe de Viana de la Solidaridad 2011. (Efe)

PAMPLONA. Manuel Elkin Patarroyo (Tolima, Colombia, 1946) fue reconocido ayer con el Premio Príncipe de Asturias de la Solidaridad 2011. Desde su Fundación Instituto de Inmunología de Colombia, donde trabaja en una nueva vacuna contra la malaria que en fase experimental presenta un 95% de éxito, atendió a las preguntas de este periódico.

¿Qué siente al ser reconocido con el Premio Príncipe de Viana a la Solidaridad?

Estoy muy honrado, sinceramente. Es un premio que me enaltece y que me honra en grado sumo, de manera que no tengo sino gratitud. Quiero agradecer especialmente al jurado, al Gobierno de Navarra, a mis dos padrinos, el ex presidente de Colombia, Belisario Betancourt y el ex embajador de España en Colombia, don Yago Pico de Coaña. Y, por supuesto, a la fundación para la Investigación Solidaria Sadar.

Fue quien presentó su candidatura, ¿no?

Sí, y además ha financiado en parte muchos de los estudios de mi instituto (Fundación Instituto de Inmunología de Colombia). Entonces quiero expresar mi gratitud al pueblo de Navarra. Nuestra investigación se ha hecho fundamentalmente gracias al pueblo navarro, quienes han colaborado de una forma muy generosa desde hace más de seis años.

¿Qué tiene de especial un premio a la solidaridad?

No sé si ha visto mi ridiculum, no curriculum. He tenido la fortuna de haber tenido muchísimos premios en ciencia, pero este premio me honra mucho porque es de solidaridad, algo en lo cual yo he venido insistiendo toda una vida. Todos deberíamos preocuparnos por todos, para que de esta manera la humanidad vaya en un proceso de evolución justo y equitativo.

Usted donó en 1995 su vacuna contra la malaria. ¿Cómo se le ocurrió?

No es que se me ocurriera, siempre fue así. Nosotros, mi instituto, nunca jamás hemos querido adinerarnos con la investigación que hacemos.

Ese es precisamente el mérito, ¿no? Donarla gratis en lugar de ganar cientos de millones con los resultados de su investigación.

¿Y qué sacaría yo? Que me dieran 500 millones de euros, ¿y qué? Sería un pobre millonario. La verdad es que entonces el coste de la vacuna sería exorbitantemente alto y lo importante que estamos haciendo aquí es que de la vacuna se pueda beneficiar la humanidad entera.

¿Es este el tipo de pensamiento que falta, no sólo en su sector, sino prácticamente en todos?

Absoluta razón. Esa es la actitud que queremos propugnar. Sí es bueno tener algo de dinero, de confort, pero pensemos en que hay otros que no tienen nada. Definitivamente tenemos que ayudarlos, apoyarlos y cuidarlos.

¿Cuál es el coste de su nueva vacuna contra la malaria?

¿Cuánto vale una caña allá en Navarra?

Alrededor de 1,80 euros.

¡Joder! Con eso puedo vacunar unos doce muchachitos. La vacuna cuesta quince céntimos de euro.

¿Es verdad que está teniendo un 95% de éxito en la fase de experimentación con monos?

Sí. Además, el hecho de que esté producida sintéticamente permite su fabricación en masa y su bajo coste. ¿Por qué? Porque el coste de las otras vacunas se incrementa al ser biológicas, motivo por el que deben permanecer en una cadena de frío. Se deterioran a temperatura ambiente y pierden su efectividad. Así, una vacuna biológica puede tener una efectividad del 100%, pero a los 15 días de su elaboración bajar al 80% y así sucesivamente. La nuestra no. Se puede, digamos, almacenar como una aspirina sin perder su efectividad.

¿Se puede soñar con un mundo sin malaria?

No diría que sin malaria, pero sí muy controlada. Porque por más que yo conozca la estructura atómica de la mayoría de las moléculas del parásito de la malaria, nunca podemos saber cómo puede evolucionar. Pero lo que sí conocemos es cómo contenerlo. Dese cuenta que la vacuna contra la polio, siendo muy buena, surgió hace 60 años y sigue existiendo la enfermedad, pero ya muy reducida. Ese es el objetivo.


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