En el mundo existen sólo 13 vacunas y hay 517 enfermedades infecciosas que matan a 17 millones cada año
11/10/2013 04:24 Laura Toribio
CIUDAD DE MÉXICO, 11 de octubre.- En el mundo sólo existen 13 vacunas para las 517 enfermedades infecciosas que pueden atacar al ser humano y que matan a 17 millones de personas al año.
Ante este panorama, el creador de la primera vacuna química contra la malaria, Manuel Patarroyo, planteó la urgencia de desarrollar las vacunas que permitan evitar muertes por males como la meningitis, la sífilis o el VIH, a través de un método químico que él mismo creó tras años de ensayo y error.
Al participar en el Universal Thinking Forum, esta mente brillante reveló que justo en la búsqueda para dicha metodología terminó encontrando además la solución a otros problemas, como el cáncer.
Hasta 60 por ciento de los tipos de cáncer están asociados con enfermedades infecciosas, por lo que si se desarrollan vacunas para prevenir las infecciones, por ende, es posible evitar este padecimiento.
“En ese anhelo de querer encontrar una metodología lógica racional para el desarrollo de vacunas contra las enfermedades infecciosas terminamos encontrado también solución para otros problemas, para una gran proporción de cánceres que son inducidos o causados por enfermedades infecciosas”, expuso el virólogo colombiano en la apertura del segundo día del encuentro que reunió a algunas de las mentes más brillantes del planeta.
El científico que desde pequeño soñó con desarrollar vacunas para salvar la vida de millones de seres humanos explicó que desde hace 35 años propuso que las vacunas se podrían hacer químicamente y no sólo de manera biológica como tradicionalmente se han hecho.
“Nosotros dijimos: ‘si llevamos más de 120 años con la metodología de vacunas biológicas que utilizan al virus, la bacteria o el parásito y se aplican al individuo y tenemos solamente 13 vacunas es obvio que no está dando resultados’”, consideró.
Bajo esa hipótesis, el doctor comenzó a estudiar a nivel de átomos, las bacterias, virus y parásitos, y descubrió el método universal para el desarrollo de vacunas para cualquier enfermedad infecciosa.
“En las vacunas químicamente desarrolladas, descomponemos todo el microbio, fraccionamos, miramos cuáles son las moléculas importantes y, una vez que lo sabemos, averiguamos cómo están hechas, y una vez sabiendo cómo están hechas las comenzamos a fabricar químicamente a pedacitos, y vemos cuáles de esos pedacitos nos sirven como vacuna”, detalló.
Frente a cientos de jóvenes, aseguró que para llegar a esa conclusión sólo necesitó tener una meta y trabajar a diario hasta alcanzarla, pues no lo logro por contar con una neurona más que el resto de los humanos.
“Chicos, no le tengan miedo al fracaso, el fracaso es normal, no hay nada escrito, no hay nada establecido, es normal si están en una búsqueda sincera, congruente y consecuente con su sueño”, expresó.
Hoy, gracias a la disciplina que lo ha caracterizado y mediante la cual quiere inspirar a otras personas a hacer algo para cambiar el mundo, anunció que el próximo año va a presentar la versión mejorada de la vacuna contra la malaria que comenzó teniendo 40 por ciento de efectividad y ya alcanzó 95 por ciento.
NOTA: Haber sido capaz de imaginar, diseñar y de producir una vacuna químicamente hecha, sin importar en que porcentaje funcionó, partió en dos la historia de las vacunas. Ese simple, en apariencia, hecho, ya le garantizó a Patarroyo un puesto de honor en la historia de la medicina mundial, aunque a algunos les produzca prurito intenso allí atrás... aunque la industria farmacéutica invierta tanto tiempo y dinero no en desarrollar vacunas, sino en evitar que Patarroyo las desarrolle sin permitirles a ellos meterle la mano al bolsillo a nadie.
Fernando Márquez
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