Por si algo hacía falta para demostrar que los
señalamientos a Manuel Elkin Patarroyo y su grupo se convirtieron en un
suculento botín promocional para algunos, un señor que dice llamarse David Rodríguez Goyes, sobre cuyas
investigaciones y artículos no se encuentra ninguna referencia en los sitios
web especializados, apenas un video autopromocional, en representación de una
organización sobre cuyos logros tampoco hay referencia alguna, entidad que se
nota únicamente por utilizar un nombre gringo y pomposo, solicita “para llevar a cabo una investigación
científica”, el contenido de una carta dirigida al Consejo de Estado,
firmada por 150 representantes –no 18 como dice Goyes– de organizaciones, esas
sí científicas, de Colombia, poniendo de manifiesto la inconveniencia de un
fallo que atenta contra la investigación desarrollada en nuestro país.
La carta con todas las
firmas se encuentra publicada en varios sitios de Internet. Que Goyes deba
pedirla es un asunto que ya arroja serias dudas sobre su capacidad como
investigador. Y que sea un colombiano el que está presto a saltarle al cuello a
quien sí ha representado con argumentos más que serios este país, le muestra a
los europeos de que material están fabricados algunos colombianos.
Como es su costumbre, el
Profesor Patarroyo probablemente se abstendrá de validar con sus palabras o su
presencia los escritos anodinos de quien aspira a lucirse, no por un trabajo
bien hecho sino por acusaciones como esta:
“Las prácticas de caza y experimentación sobre
monos nocturnos, lideradas por Manuel Elkin Patarroyo, generan daños al
ambiente, al ecosistema, a cada uno de los individuos sobre quienes se
experimenta, a las comunidades indígenas
y a la sociedad en su conjunto, razón por la cual se hace preciso el
conocimiento generalizado del peligro inminente que estas prácticas esconden”.
Los que le causan un grave daño y son un peligro
inminente al ecosistema, a la sociedad y al universo son los que como Goyes,
aspiran a hacerse notar enlodando méritos de otros, que él por su cuenta talvez nunca
podrá alcanzar. Ojalá este señor pueda
conseguir los informes del Instituto de Genética de la Universidad Nacional,
IGUN, y del Instituto de Investigaciones Amazónicas, SINCHI, que demuestran lo
falaz de sus acusaciones, los lea, los comprenda y así pueda orientar sobre
bases científicas su tal investigación para que deje de hacer acusaciones
ridículas y sin sustento.
Fernando Márquez
No hay comentarios.:
Publicar un comentario