Grupo de Manuel Elkin Patarroyo creó metodología
para hacer vacunas contra cualquier enfermedad.
Investigación
de punta hecha en Colombia, por colombianos, a pesar de las dificultades,
carencia de recursos y la abierta persecución de algunas personas que, con el
argumento de la defensa de los animales, pretenden frenar el trabajo del
Profesor Patarroyo y los investigadores de la FIDIC, para beneplácito de la
industria farmacéutica.
Fernando Márquez
Por:
EL TIEMPO |
12:31
a.m. | 27 de abril de 2015
Foto:
Rodrigo Sepúlveda / EL TIEMPO
El
científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo (arriba), acompañado de su equipo
de trabajo.
La conocida revista científica PlosOne publicó, el
16 de abril, un artículo que desarrolla la metodología “lógica y racional” para
la fabricación de vacunas efectivas, químicamente sintetizadas. Esta “receta” abre una vía distinta para
crear nuevas vacunas, contra diferentes enfermedades. Hasta hoy se hacen
utilizando microorganismos patógenos o partes de ellos, con los cuales se
elaboran preparados que son inoculados en el organismo para generar una
respuesta inmune.
Bajo el título IMPIPS (The immune protection
inducing protein structures concept into search for steric-electron and
thopochemical principles for complete fully-protective chemically synthesised
vaccine Development), la revista recoge los resultados de 35 años de
investigación de los científicos de la Fundación Instituto de Inmunología de
Colombia (Fidic), que dirige el inmunólogo Manuel Elkin Patarroyo.(Lea: A un paso de lograr la vacuna contra
la malaria)
Trabajando con el parásito de la malaria –el
Plasmodium falciparum– como modelo, el equipo de la Fidic descompuso ese
organismo y reconoció las moléculas más importantes vinculadas con la invasión
e infección, en el proceso que causa la enfermedad, y analizó cómo estaban
químicamente hechas.
Después de identificar sus componentes con
exactitud, cada molécula fue fabricada en el laboratorio. En este proceso se
determinaron, además de su estructura atómica, todas las reglas físicas,
químicas y matemáticas que definen las características inductoras de protección
contra el parásito en las personas. En otras palabras: descubrieron cómo actuaba cada
partícula molecular en el proceso de infección y cómo producía o silenciaba
respuestas de defensas en el organismo. (Lea: Editorial: Patarroyo vuelve a la carga)
Sobre esta base, en más de 30 años se analizaron y
se sintetizaron químicamente (es decir, se fabricaron) 40.000 moléculas y de
ellas cerca de 4.000 fueron ensayadas en un modelo experimental en monos Aotus.
De acuerdo con Patarroyo, no solo se logró identificar y fabricar en el
laboratorio las moléculas que producen defensas contra el parásito, sino
modificar dichas moléculas para mejorar las respuestas de protección del
organismo contra el parásito.
Mediante resonancia nuclear magnética determinaron
la estructura y localización de los átomos de todas y cada una de estas
moléculas y concluyeron que para generar una respuesta inmune (funcionar como vacuna),
deberían tener características físicas y químicas exactas.
La distancia, por ejemplo, entre ciertos átomos
debe ser de 27 angstrom (diez mil millonésimas de metro); también que los
átomos deben tener orientaciones, cargas eléctricas y volúmenes exactos para
poder activar las moléculas de defensa y proteger al individuo con anticuerpos
que duran más de 3 años; que existen unos ángulos de torción que les dan
estabilidad y forma específica a cada átomo, y que si algo de los anterior no
se cumple los componentes de la vacuna se bloquean unos a otros o generan
respuestas indeseables.
Gracias a estos hallazgos se ha obtenido en el
laboratorio la inducción de inmunidad completa y “totalmente esterilizante”
(ausencia absoluta de parásitos), con lo que el Fidic elaboró un decálogo de
reglas o principios químicos y físicos para la fabricación de vacunas
sintéticas con las mismas características, que pueden ser usadas en la búsqueda
de protección contra enfermedades.
Para explicar el alcance de este trabajo, Patarroyo
recurre a un símil: “Es como saber diseñar llaves en su grosor, volumen,
cargas eléctricas y distancia de los dientes, capaces de abrir cualquier
candado (…) las reglas de juego han sido definidas”.
Este artículo, junto con los de Chemical Reviews
publicados por la Fidic en los años 2008 y 2011, y el de ‘Current Issues in
Molecular Biology’, publicado este año, sientan de manera definitiva los
principios para el desarrollo de vacunas sintéticas, un hito en el control de
las enfermedades infecciosas.
EL TIEMPO
No hay comentarios.:
Publicar un comentario