El amor exagerado por los animales, la ANIMAFILIA, su endiosamiento, ha dado
lugar a una nueva escala de valores según la cual los seres humanos somos
malos, destructivos y “menos puros” que los animales; eso se llama HUMANOFOBIA. Por eso deben castigarse todas las actividades
que, a su juicio, los afecte, moleste o incomode de cualquier manera.
Deben protegerse, desde luego, pero
darle más importancia al probable estrés de un mico que a la muerte real y comprobable
de centenares de miles de seres humanos, es de una incoherencia brutal,
enfermiza. Una cosa son los espectáculos en los que se lesionan sus derechos
para diversión del público, como las corridas de toros, las riñas de gallos,
las peleas de perros, los espectáculos circenses en los que se maltratan, y,
otra, distinta, la necesidad de probar medicamentos y vacunas destinados a
proteger la salud y la vida de los seres humanos sin exponerlos a mayores daños
que los que se busca solucionar.
Fotografía de la-reaccion.blogspot.com.co
Una demostración puntual de la mala
utilización del concepto se encuentra en los esfuerzos que se hacen desde
diversos frentes y con similares argumentos para privar a Manuel Elkin
Patarroyo y la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia, FIDIC, del
derecho –y deber- a utilizar micos para realizar investigación científica en
Colombia. La Asociación Primatológica Colombiana, APC, celebra en su página web que la Secretaría General del Consejo
de Estado declarase “Nulo” un fallo favorable al investigador y que ordenara “repetir el estudio del caso”. Una persona, un niño casi siempre,
muere por malaria cada minuto en el mundo por falta de vacunas y medicamentos,
o mejor, por falta de dinero para pagarlos.
Sus defensores, o los de los niños que mueren a diario en la Guajira
colombiana, ¿dónde están?
“La
Asociación Primatológica Colombiana (APC) felicita esta decisión, que vela
por el cumplimiento de lo establecido en el fallo emitido el 12 de
diciembre de 2014 por la Sección Cuarta del Consejo de Estado, en el que se
ordena la suspensión temporal de los permisos otorgados a la Fundación
Instituto de Inmunología de Colombia (FIDIC) para la investigación en malaria,
y en el que se establece que, para que tenga efecto el levantamiento de la
suspensión provisional de estos permisos, la FIDIC debe primero dar
cumplimiento a las condiciones exigidas para su otorgamiento”, dice la APC. Este párrafo fue modificado por ellos. En su versión
anterior se refería a que fue “revocado
el permiso de caza”.
LOS MONOS NO SE CAZAN, SE COLECTAN.
NO SE LES DISPARA NI SE LES MATA.
Las condiciones a que se refiere la
APC, son, probablemente, las mismas por las que el Consejo de Estado le impuso
una multa de 10 salarios mínimos mensuales a Corpoamazonia. En el texto del
fallo sancionatorio se lee que: “De
acuerdo con lo expuesto, como es evidente que en el Concepto Técnico CT-SAA 017
CORPOAMAZONÍA excedió el alcance de la orden de tutela que se le impartió, en la medida en que agregó requisitos
adicionales a los que le exigió a la FIDIC en las Resoluciones 0028 de 13 de
mayo de 2010 y 00632 del 29 de junio de 2010, la Sala concluye que hay
lugar a sancionarla por desacato, disposición que adoptará al decidir el
presente incidente”. Si el exceso se debió a negligencia, mala fe o
animalismo de los funcionarios encargados, corresponde decidirlo a las
autoridades competentes.
La “nulidad” que tanto alborozo le
produce a la APC es un asunto de simple mecánica jurídica: El Consejo de Estado
multó a Corpoamazonia por incumplir parte de lo ordenado en el fallo que le
devolvió a Patarroyo la posibilidad de emplear monos Aotus para la realización de pruebas biomédicas. No se imponen
multas a las entidades sino a quienes las dirigen, por eso la redacción del
fallo debe cambiarse para que diga que
la multa se le impone a un funcionario específico de Corpoamazonia, con
nombres, apellidos y número de cédula, pero no a la entidad.
La APC aprovecha la coyuntura para
“informar” que en la actualidad existen métodos alternativos al uso de primates
para la investigación en malaria. Pese a ser expertos primatólogos, desconocen
las implicaciones de utilizar con ese propósito animales criados en cautiverio: bajísimas tasas
de reproducción, debilitamiento de su sistema inmunológico, mayor probabilidad
de apareamiento entre consanguíneos, –endogamia- y condena a cautiverio de por
vida o eutanasia, como ya lo han propuesto, porque estos animales no serían capaces de sobrevivir en un
medio tan hostil como la selva si se liberan.
Pero van mucho más allá. La APC sugiere
también, como la cosa más normal del mundo, realizar las pruebas en voluntarios humanos. En su página web dicen
que “En la actualidad existen métodos
alternativos al uso de primates para la investigación en malaria. Entre otros,
se ha demostrado que pruebas controladas de infección
realizadas en voluntarios humanos muestran un perfil de seguridad
consistente. Esto basado en pruebas realizadas en
la Universidad de Oxford, el Centro Médico Nijmegen de la Universidad de
Radboud, y el Programa de la Vacuna para la Malaria del ejército de los Estados
Unidos. Adicionalmente, se ha sugerido que las pruebas realizadas en humanos pueden acelerar el
desarrollo de vacunas para la malaria”.
LA
EXPERIMENTACIÓN EN HUMANOS ES UNA PRÁCTICA REPROBABLE
No es un asunto menor sino una postura
de profundas implicaciones éticas que merece un análisis muy detallado. Para los
estudios de las más de 100 vacunas contra la malaria que se han ensayado hasta
el presente, cerca de cien mil seres humanos han sido usados, con consecuencias no
solo negativas sino desafortunadas, en muchas oportunidades. He aquí unos pocos
ejemplos:
En Julio del 2008
la reconocida revista científica Plos One (Volumen 3, e2636) publicó un artículo sobre las pruebas realizadas con dos
prototipos de vacuna, la Pfs25 y Pvs25, que resultaron, según el artículo, “inesperadamente reactogénicas para su
posterior desarrollo. Este es el primer reporte de que la formulación está
asociada a eventos sistémicos adversos, incluyendo eritema nodoso”, una
lesión de los vasos sanguíneos que consiste en la presencia de nódulos
inflamados y dolorosos localizados predominantemente en las extremidades
inferiores, acompañados por dolores articulares, fiebre, malestar general y
dolor de cabeza.
Otro estudio de los mismos autores,
publicado en 2012 (Plos
One Vol. 7, e46094), da
cuenta de la exclusión de las pruebas de cuatro voluntarios debido a que
experimentaron “severas reacciones
sistémicas” como schock mientras que los demás voluntarios desarrollaron
reacciones adversas menores. Antes, otro estudio publicado en la revista Vaccine
en el 2009, (Vol. 27, pg 3090) había descrito que el uso de otra vacuna contra
la malaria aplicada en niños menores de 5 años había inducido anemia y así, muchos ejemplos más.
Más
aun: desde el punto de vista de la protección contra esta enfermedad, en el año 2009, El Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos informó que los resultados de las
pruebas realizadas con la proteína de superficie del merozoito, MSP1, han sido
“decepcionantes” así como los resultados con más de 100 candidatos a vacunas
ensayadas en humanos, que han sido contundentemente negativos.
El caso más reciente conocido es el de
RTS,S, una vacuna contra la malaria
desarrollada por la multinacional farmacéutica Glaxo Smith Kline (The
Lancet 2015, vol. 386 pg 31-46.), en la cual se
invirtieron más de 2.500 millones de dólares y se ensayó directamente en más de
25000 seres humanos; ha sido acusada en
medios científicos de producir serios eventos adversos como meningitis y
convulsiones en los vacunados, con bajos niveles de eficacia pocos meses
después de aplicada. Se señala a los autores también por omitir la publicación de los
datos completos de sus experimentos.
Ninguna de las vacunas ensayadas se ha
aproximado siquiera a los estudios de Patarroyo realizados en 1987 que en Aotus primero y luego en humanos,
produjeron aproximadamente 40% de protección en diferentes partes del mundo. Y
es que su lógica es apabullante. Primero se realizan los ensayos en monos para
luego adelantar las vacunaciones en humanos, con garantía de seguridad para ellos.
¿Cuántos directivos de la APC con sus
familias se comprometerían públicamente a servir de conejillos de indias, aun
sabiendo, como afirman, que “las pruebas
controladas de infección realizadas en voluntarios humanos muestran un perfil
de seguridad consistente”? proponer la experimentación en el cuerpo de
otros es un asunto sencillo, lo difícil –y coherente- sería hacerlo también en
el propio.
Experimentar en humanos es una
práctica reprobable que la humanidad superó hace muchos años y que no por estar
redactada en inglés es mejor o aceptable. Ridiculous.
Para estas pruebas se exige al sujeto
de experimentación la firma de un consentimiento informado en el que se le
explican los riesgos que debe asumir, a cambio de dinero o de la posibilidad
de, si todo sale bien, mejorar su salud. Cuando alguno de ellos se enferme o
muera como consecuencia de los experimentos, ¿A quién felicitará la APC?
Si viviéramos en un mundo en que las
necesidades básicas de todos las personas estuvieran satisfechas, si no hubiera
en algún lugar del mundo alguien muriendo de hambre, de frío o de enfermedad,
solo entonces, vestir mascotas con abrigos y alimentarlos con comidas de los
que un ser humano carece sería aceptable, pero solo entonces. En Guinea el
ébola mató millares de personas, pero la noticia fue el sacrificio de
Excalibur, el perro de la enfermera española que se contagió. Allí el humanismo no existió.
REFERENCIAS
Fotografía tomada de http://la-reaccion.blogspot.com.co/2014/01/los-absurdos-limites-los-que-llega-el.html
Asociación Primatológica Colombiana. Nulidad de incidente de desacato protege a
los monos nocturnos en la amazonia colombiana.
[Documento en línea], [fecha de
consulta: 6/12/2015]
Wu Y, Ellis
RD, Shaffer D, Fontes E, Malkin EM, Mahanty S, et al. (2008) Phase 1 Trial of
Malaria Transmission Blocking Vaccine Candidates Pfs25 and Pvs25 Formulated
with Montanide ISA 51. PLoS ONE 3(7): e2636. doi:10.1371/journal.pone.0002636
Holder AA. The carboxy-terminus of
merozoite surface protein 1: structure, specific antibodies and immunity to
malaria. Parasitology. 2009, Oct;136(12):1445-56. doi:
10.1017/S0031182009990515. Epub 2009 Jul 23. Review. PubMed PMID: 19627632.
Ellis RD, Wu Y, Martin LB, Shaffer D,
Miura K, Aebig J, et al. (2012) Phase 1 Study in Malaria Naïve Adults of
BSAM2/Alhydrogel®+CPG 7909, a Blood Stage Vaccine against P. falciparum
Malaria. PLoS ONE 7(10): e46094.
doi:10.1371/journal.pone.0046094
Fernando Márquez
No hay comentarios.:
Publicar un comentario