lunes, 25 de febrero de 2013

Patarroyo intentará ensayar en humanos el próximo año su nueva vacuna contra la malaria

Salamanca, Lunes, 25 de febrero de 2013 a las 15:24

>> Leer en DiCyt

El científico colombiano ha visitado la Universidad de Salamanca, con la que desarrolla proyectos de investigación comunes

JPA/DICYT Manuel Elkin Patarroyo, científico colombiano que desarrolló hace más de 25 años la primera vacuna sintética contra la malaria, continúa trabajando en esta línea con un nuevo prototipo de la vacuna que mejora su eficacia hasta llegar a una protección superior al 90% en monos. El objetivo del investigador, que ha ofrecido hoy en la Universidad de Salamanca una conferencia sobre su trabajo, es ensayar a lo largo del próximo año la nueva vacuna en humanos.

Manuel Elkin Patarroyo.

El científico colombiano ha recordado que este proyecto tiene una trayectoria de 33 años y responde a “un programa del que nunca nos hemos desviado”. Si los resultados no han llegado a ser definitivos, es porque “no se trata de un problema fácil, perseguimos un concepto, lograr un método para desarrollar cualquier vacuna química”, señaló en declaraciones recogidas por DiCYT. En este sentido, ha aclarado que jamás habrá una vacuna universal, pero sí “un método universal de hacer vacunas”.

La primera vacuna sintética contra la malaria logró una capacidad de protección de entre el 35 y 40 por ciento, que aún no ha sido superado. Ahora, un nuevo abordaje de la vacuna ha obtenido mejores resultados en monos, lo cual es una garantía para demostrar su eficacia en humanos, según Patarroyo, que recuerda que se han intentado desarrollar sin éxito hasta 127 vacunas contra la malaria. Una de las experiencias más recientes ha sido la del español Pedro Alonso, que ha logrado una protección que apenas sobrepasa el 30% en niños africanos de pocas semanas. Por eso, el inmunólogo ha defendido el “filtro” de realizar primero ensayos con monos.


Antonio Muro, izquierda, y Manuel Elkin Patarroyo.

Sin embargo, las investigaciones de Patarroyo con monos están paralizadas en este momento, debido a que grupos ecologistas han acusado a su equipo de investigación de traficar con monos en la frontera entre Colombia y Perú en el Amazonas para llevar a cabo sus experimentos, unas acusaciones que el científico ha calificado de absurdas e incongruentes. Además, ha dejado claro que los ensayos se realizan sin maltrato, porque no se deja morir a los animales.

Alta mortandad
Otra de las dificultades que tiene que afrontar el equipo de Manuel Elkin Patarroyo es la financiación, ya que el gobierno colombiano ya no aporta fondos a la investigación, así que España ha sido su principal soporte a través de organismos como la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid). “España nos ha dado la mano en una situación crítica”, ha agradecido.


De izquierda a derecha, Antonio Muro, Manuel Elkin Patarroyo y Manuel Alfonso Patarroyo.

Según los datos de Patarroyo, la malaria causa un millón de muertes al año en todo el mundo. Mientras en algunas zonas parece remitir, en otras se incrementa e incluso en lugares donde se creía erradicada, como Europa, vuelven a aparecer casos autóctonos, según los expertos. Esto puede estar relacionado con el cambio climático, ya que la malaria es una enfermedad producida por parásitos del género Plasmodium cuyo vector de transmisión son mosquitos del género Anopheles que pueden estar modificando sus hábitats.

Todo ello supondría que la vacuna contra la enfermedad podría tener que aplicarse a miles de millones de personas, pero Patarroyo ha insistido en que su objetivo es que esté disponible de forma gratuita, sin que pase por manos de las grandes compañías farmacéuticas, y ha estimado que su coste rondaría los 10 céntimos de euro.

Manuel Elkin Patarroyo ha explicado estos detalles en una conferencia que ha ofrecido en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Salamanca, institución con la que mantiene colaboraciones desde hace años. En la actualidad, los proyectos conjuntos se canalizan a través de su hijo, Manuel Alfonso Patarroyo, que trabaja también en otras investigaciones sobre hepatitis o tuberculosis. “Garantiza la continuidad de la idea, trabaja conmigo desde niño, así que hay una nueva generación de reemplazo que puede continuar con el proyecto”, ha afirmado.


José Vicente Rojas, uno de los investigadores del proyecto

En concreto, la Universidad de Salamanca investiga la fasciolosis o fascioliasis, enfermedad provocada por el parásito Fasciola hepatica. Este trabajo, encabezado por el decano de la Facultad de Farmacia, Antonio Muro, y desarrollado por el investigador José Vicente Rojas, está dando resultados tan “interesantes”, según los expertos, que han sido objeto de una solicitud de patente.

Patarroyo alerta de un posible repunte de la malaria por el cambio climático

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ÚLTIMAS NOTICIAS DE Sociedad 14:37

Imágen no publicada por Diario Vasco.

Salamanca, 25 feb (EFE).- El investigador colombiano Manuel Elkin Patarroyo ha alertado hoy en Salamanca ante un posible repunte de la malaria, debido fundamentalmente al "cambio climático", a la reducción de "ayudas" y a la "versatilidad del parásito".

En una comparecencia ante los medios de comunicación, antes de pronunciar una conferencia sobre la vacuna de la malaria en la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca, el científico ha reconocido que "son los cambios climáticos, que son tan inestables, los que permiten este tipo de reingreso".

Esta teoría ha sido ampliada por el decano de la Facultad de Farmacia de Salamanca, Antonio Muro, quien ha asegurado que mientras en España apareció hace un año cerca de Zaragoza una persona con malaria, "describiéndose un caso autóctono", en el sur de Europa, y en concreto en Grecia, se han detectado "en torno a 220 casos autóctonos".

Ante estos datos, Muro ha revelado que en el sur de Europa la malaria "puede ascender" e introducirse "de nuevo", mientras el científico Patarroyo ha insistido en que la enfermedad "está alta y sigue incrementándose".

El investigador de Colombia ha citado la importancia de la vacunación, "para que independientemente del cambio climático, cuando llegue el mosquito encuentre a la persona vacunada", por lo que de esa manera se "cierra el ciclo de transmisión de la enfermedad".

Manuel Patarroyo ha considerado que el cambio climático va a afectar, de la misma manera que la reducción de las subvenciones, y ha añadido que los investigadores se quedan "sin herramientas", ya que "el parásito se ha vuelto resistente a la cloroquina y a sus derivados, y en los últimos dos años han resistido a los nuevos fármacos".

Pese a que ha afirmado que en los últimos años las aportaciones económicas para la lucha contra la malaria se han reducido de forma considerable, Patarroyo ha reconocido el papel que ha jugado España, pues en el último año, "y con la situación que se vive", ha aportado fondos a esta enfermedad.

"Doy las gracias a España. Entiendo lo que es la generosidad, que es compartir cuando no se tiene y España nos ha dado la mano en una situación crítica", ha manifestado.

El científico ha sido crítico con el parón de sus investigaciones, debido a las denuncias interpuestas por colectivos ecologistas de Colombia que recriminaron a Patarroyo "tráfico ilegal" con los monos con que trabajan en la lucha contra la malaria.

En su opinión, es una "cosa incongruente, que ha hecho que se paren las investigaciones un promedio de ocho a nueve meses", una parálisis que obstaculiza el desarrollo de la vacuna de la malaria, que mata a un millón de personas al año, lo equivalente a seis bombas atómicas anualmente.

En estos momentos, el equipo científico de Patarroyo trabaja en la forma en la que se inocula el parásito de la malaria, logrando ya un "90 por ciento de capacidad de protección en los monos" y también en la larva que deja el "bichito".

"Tenemos planeado comenzar a hacer estudios de vacunación en humanos para mitad o finales del año entrante", ha adelantado.

También ha apostado por las investigaciones previas en animales, ya que las que se han hecho de forma directa en humanos han fracasado y ha recordado que "se han ensayado en torno a 137 diferentes vacunas contra la malaria, por otros grupos de trabajo, como el de Glaxo, y se ha visto el tortazo tan bárbaro que se dio por no hacer los estudios primero en monos". EFE

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jsc/erbq/ mlb

sábado, 19 de enero de 2013

ESPERANDO A PATARROYO CON LOS BRAZOS ABIERTOS

>> Leer en El Blog de CARMELO RIVERO
 (Fotografía de archivo particular)


Me han alegrado el día las noticias que recibo del amigo Patarroyo en Colombia. Su vacuna contra la malaria está a punto de ser realidad. Lleva años, decenios persiguiendo un remedio eficaz contra una enfermedad que se lleva por delante a más de dos millones de vidas al año (la gran mayoría, niños), y todo apunta a que su actual y definitiva versión de vacuna sintética, que ha desarrollado tras una tortuosa carrera de fondo salpicada de obstáculos propios de una película de suspense, podrá coronar felizmente las investigaciones que este afable quijote irreductible de la medicina latinoamericana lleva a cabo desde el primer día de su dilatada trayectoria científica entre Bogotá y un laboratorio de la selva amazónica con los aotus, sus fieles monos familiares, origen de algún que otro disgusto en la azarosa vida del Premio Príncipe de Asturias amigo
de España y en particular de Canarias. ¿Por qué me alegraron el día esas buenas noticias?


Porque sé que Manuel Elkin Patarroyo (que está a milímetros de conseguir un hito: solo hay poco más de una decena de vacunas para más de 500 enfermedades infecciosas), junto a su hijo y un equipo de investigadores de talante cuasi misionero lo han dado todo en la clandestinidad de un país en precario como Colombia por vencer al anofeles que transmite un mal que padecen 2.000 millones de personas; porque su primera vacuna, hace ya 25 años, la famosa SPf66 sufrió toda suerte de adversidades en absoluto casuales en los ensayos con humanos en África, dado que el padre del descubrimiento proclamó ingenuamente a los cuatro vientos que la donaría a la humanidad, promesa que sentó a cuerno quemado en la industria farmacéutica, y porque mientras Bill Gates destina millones a espuertas a las dudosas hazañas del español Pedro Afonso, este Robin Hood de la ciencia de los pobres no se ha rendido en una carrera contra reloj para aniquilar al plasmodium que arrebata una vida humana cada diez segundos en el mundo.

Ahora España, como últimamente Colombia, regatea fondos para la investigación, y acaso solo le salve de la sequía de la crisis su amigo Carlos Slim, que una vez le prometió financiar los últimos metros de su vacuna, sin frustrar su sueño de donarla, no ya a la OMS (de la que no se fía), sino a un consorcio hispano-colombiano que la distribuya a un precio simbólico.

En sus comedidas pistas sobre la ‘Colfavac’ (Colombian Falciparum Vaccine), la vacuna final que guarda como oro en paño a falta de las pruebas oficiales en voluntarios, Patarroyo afirma que ha conseguido un nivel de protección superior al 80%, suficiente para erradicar esta pesadilla que le quita el sueño a un tercio de la humanidad. Dios le oiga. Tendremos oportunidad de hablar con él muy pronto si, como me adelantaba ayer Basilio Valladares, amigo personal del colombiano y presidente del Instituto de Enfermedades Tropicales, logra traerlo a la isla en febrero para apadrinar una nueva fundación.

Lo he visto hundido en la miseria, al borde del precipicio, acorralado, perseguido por tierra, mar y aire, por la banca y los tribunales, postrado en una cama entre la vida y la muerte por un serio revés de salud, y lo he visto, después, resucitar inasequible al desaliento y volver a enfundarse el mono de trabajo, para disgusto de sus detractores. Patarroyo tiene buenos amigos en las islas, en las universidades y hasta en los carnavales que le chiflan. Pronto vendrá con buenas noticias bajo el brazo para el tercer mundo y con malas noticias para el mosquito que ha sido el peor ‘dolor de cabeza’ de la humanidad desde hace miles de años. Esta historia se cuenta y no se cree.

Carmelo Rivero



NOTA: A diferencia de Colombia, donde existe tanto dizque ambientalista que hace todo lo posible por torpedear el trabajo honesto de estos quijotes contando con el auspicio de poderosos grupos extranjeros y de ciertos medios de comunicación, en el resto del mundo se reconocen su esfuerzo, dedicación y capacidad de trabajo, puestos al servicio de la humanidad que más lo necesita, de los más pobres, de aquellos que malviven con menos de un dólar diario, para quienes pagar los 25 dólares o más que podría costar una sola dosis de vacuna –si es que logran producir alguna– es impensable, es un imposible físico, muy lejos de los 15 ó 20 centavos que vale la producción de cada dosis por cuenta de la FIDIC. 

Mientras tanto Colombia es desangrada por multinacionales mineras, farmacéuticas, hoteleras, por personajes para quienes el Amazonas, los parques nacionales, los páramos, las fuentes de agua, la salud y las zonas que debemos proteger por ser recursos vitales son simples cotos de caza donde llenarse los bolsillos destruyendo el patrimonio de todos sin que los tales ambientalistas abran la boca para defender ni un solo centímetro del territorio amenazado, ni una sola gota de agua, ni un solo frailejón, ni un solo centavo de los que nos cobran en exceso por medicamentos de importancia crítica para preservar la salud.  Esos tales son simplemente cómplices de los negociantes o, en el mejor de los casos, idiotas útiles de los verdaderos interesados.


 Fernando Márquez


jueves, 6 de diciembre de 2012

Las vacunas sintéticas son el futuro: Patarroy

Salud   



Manuel E. Patarroyo presentó en el Pecet los avances de su investigación contra la malaria. FOTO ARCHIVO

Los microbios son muy listos, dice el científico. Hay que buscar nuevas estrategias para evitar 17 millones de muertes al año por infecciones.

Por LAURA VICTORIA BOTERO | Publicado el 6 de diciembre de 2012
Como un gesto de honor y agradecimiento con el maestro William Rojas, fundador de Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales, el científico Manuel Elkin Patarroyo presentó los avances recientes en la investigación que desarrollará una vacuna contra la malaria.

Lo trascendente, dice Patarroyo, es que este trabajo establece una metodología para la creación de vacunas sintéticas contra todo tipo de enfermedades. Una revolución científica, un giro a la historia.

¿Qué es lo último que podemos contar de su proceso?
"Estamos logrando una vacuna de la segunda línea de defensa superior al 90 por ciento y trabajamos sobre la primera línea de defensa en un 70 - 80 por ciento. El resultado se verán a mediados del 2014. Lo trascendente es que se está creando una metodología lógica para crear vacunas, no solo contra la malaria, si no para cualquier enfermedad".

La OMS que dice que se presentan 17 millones de muertes al año por enfermedades infecciosas. ¿Qué estamos haciendo mal?
"Nada. Lo que pasa es que los microbios son muy listos. Tuvimos la posibilidad de controlarlos con los antibióticos pero ellos ya recuperaron el campo que habían dejado.

No han aparecido nuevos fármacos ni nuevas estrategias, lo que queda son las vacunas, que es la estrategia en la que todavía estamos derrotados".

Uno siente que usted ha tenido que moverse siempre en medio de cuestionamientos y de controversias…
"Eso está bien, pero no es usual para un científico, lo que pasa es que en este tema hay muchos intereses. Si tú piensas que hay que vacunar 3.000 millones de personas y eres un laboratorio, se vende la vacuna a un dólar ¿ves? por eso puedo asegurar que la controversia con el tema de los micos viene de la industria farmacéutica. Lo hacen miembros británicos del parlamento que trabajaban con este sector.

Se están metiendo duro para que la experimentación animal no se pueda hacer y no podamos avanzar. El problema es que este asedio ha retrasado el desarrollo del trabajo.

Tengo un retraso de cinco años, la estación de micos estuvo cerrada durante 5 años y medio y actualmente no recibo ni un peso de Colombia. Empecé con 110 personas y ya somos 48 científicos".

¿Qué otras investigaciones está adelantando el Instituto de Inmunología?
"¿Qué más? El de las vacunas. Es que con esa investigación se está resolviendo el más grande problema universal. El número de muertos que se podrían evitar con vacunas no lo supera sino la guerra y la accidentalidad.

Ni siquiera el cáncer, que hoy en día, dicho por el Nobel de medicina de 2008, Harald Zur Hausen, el número de tipos de cáncer está aumentando considerablemente desde el punto de vista de la etiología. Hoy en día se reconocen más que son causados por microbios".

¿El futuro de la inmunización está en las vacunas sintéticas?
"Sin duda. Es un camino que empezamos a recorrer en 1980, ya vamos a cumplir 33 años y ya está rindiendo sus frutos. Ahí están todas las publicaciones para consulta".

¿Lo trasnocha el Nobel?
"Nunca he perseguido los premios, los tengo casi todos, nunca los perseguí. Puede que a Colombia le interese, esto no es despectivo, pero mi objetivo es otro".

¿Se sabe hacer investigación en Colombia?
Creo que hay grupos excelentes, pero toca elevar el nivel y el número para que se incremente la masa crítica. Los recursos se pelean, y el director actual del Colciencias, que es muy bueno, sabe pelear.

Este es un llamado a los gobernantes que van a tener mucha incidencia en la designación de los recursos de regalías, lo importante es que se eduque gente con mentalidad científica en sus departamentos y que se creen los distintos grupos. Y ojo, no se trata de mandar un montón de gente al exterior a formarse sin compromiso de volver.

A raíz de mi crisis el 78 por ciento de mi gente se fue para el exterior, formé gente para los gringos y los europeos".

jueves, 29 de noviembre de 2012

“La nueva vacuna contra la malaria solo necesitará una dosis”: Manuel Patarroyo

>> Leer artículo en VANGUARDIA.COM           Miércoles 28 de Noviembre de 2012 - 12:01 AM

 
“La nueva vacuna contra la malaria solo necesitará una dosis”: Manuel Patarroyo
Con la misma serenidad y cordura con que relata los detalles de su encuentro con la Reina Sofía de España, el inmunólogo y científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo también se permite viajar a un pasado de más de 60 años, para recordar su niñez en el seno de una familia de clase media en el pequeño municipio de Tolima, de donde tuvo que salir, aun siendo niño, a la fuerza.
No obstante, las cosas no acabaron ahí, y a punta de lucha y sacrificio cumple ya 30 años de investigación en busca de lograr la máxima efectividad de su vacuna contra la malaria, trabajo sobre el cual confirmó que el mismo método se puede usar en las demás enfermedades infecciosas.
Vanguardia Liberal conversó de manera exclusiva con Manuel Elkin Patarroyo, quien no tuvo complejos para confesar que hasta los 10 años fue un estudiante desaplicado, más tarde rumbero, pero también un destacado deportista en su juventud.

Más allá de los innumerables descubrimientos que le ha concedido al mundo, el científico mostró que tiene una historia de vida sin igual, que prueba que los límites están hechos para traspasarlos.
Patarroyo se siente orgulloso de su Ataco (Tolima) natal. Municipio que en 60 años pasó de 5:000 a 15.000 habitantes. El científico, de familia numerosa y de clase media, tiene once hermanos, diez de ellos profesionales, doctores o especialistas en pediatría, en dermatología o en ciencias”.

Esta es la entrevista que el científico Manuel Elkin Patarroyo concedió a esta redacción con motivo de su visita al Puerto Petrolero, donde el Instituto Universitario de la Paz le concedió el título como Doctor Honoris Causa en Medicina Veterinaria y Zootecnia.

Sus inicios

Vanguardia Liberal ¿Cómo es que en su familia hay tantos doctores? ¿Cómo logra su familia sacarlos adelante?
M.E.P.: “Yo siempre le recomiendo a las familias que por encima de dinero lo que deben darle a los hijos son sueños, principios, valores y actitudes. Sin presumir, estaba reunido con la reina de España el jueves en La Zarzuela. Mandó a recogerme para que le contara lo que le voy a contar en la conferencia a la gente, porque ella está muy interesada en este desarrollo de la vacuna de la malaria desde 1988.

Pero de mis orgullos es que somos de una familia de clase media de pueblo. Eso implica que la gente cuando se propone a hacer las cosas, con una meta, con un objetivo definido, con principios, con valores y actitudes puede llegar a donde quiera”.

V.L.: ¿En qué momento sale de Ataco?
M.E.P.: “Hasta los 9 años viví en Ataco. Luego nos fuimos, por cuestiones de violencia absurda que hubo en Colombia, nos fuimos a vivir a Girardot y allá éramos desplazados por la violencia. En ese momento éramos seis hijos, nos fuimos a vivir en un hotelito que era una pensión prácticamente, durante un largo rato, por lo menos dos años.

De ahí en adelante mi familia comenzó a despegar con unos pequeños almacenes de ropa para hombre, donde todos íbamos a trabajar. Yo hablaba estos días en España que es muy importante enseñarles a los hijos la disciplina del trabajo. Todos (él y sus hermanos) en los mejores colegios de Girardot pero teníamos que ir a trabajar en el almacencito”.

V.L.: ¿Siempre fue un estudiante aplicado?
M.E.P.: “A partir de los 10 años sí. Mientras tanto no, fui bastante desaplicado, pero a partir de los 10 si fui muy aplicado. Toda una vida fui el mejor estudiante, pero eso no quiere decir que no fuera rumbero.

En Girardot si usted no salía de rumba no lo miraban las chicas. Hacía mucho deporte, fui campeón local de los 100 metros planos, fui también muy buen nadador, que lo sigo siendo”.

V.L.: ¿Cuándo empezó el amor por la ciencia?

M.E.P.: “Mis padres me regalaron unos cuentos y uno de ellos decía ‘Luis Pasteur: descubridor de vacunas, benefactor de la humanidad’. Y a mí se me quedó eso de niño. En esencia lo que uno debe hacer es tener un sueño, una meta, un proyecto. Que es lo que la gente llama después la vocación. Y dedicarse a conseguirlo. Entonces a mí mis padres me regalaron unos cuentos, a los 9 años, y a mí me llamó mucho la atención eso.

Y nunca cambié, para nada. La gente no me ha visto incursionar en política y eso que todos los políticos han querido que los apoye. Nunca jamás me han visto que quiera ser multimillonario porque eso no es lo mío tampoco, lo mío es la ciencia. Qué mejor que descubrir vacunas para toda la humanidad y que luego le digan a uno benefactor de la humanidad. Eso no lo tenemos muchos”.

V.L.: ¿A qué edad se graduó como bachiller?

M.E.P.: “Yo terminé el bachillerato a los 17 años, a mí me echaron del colegio no por mal estudiante, fui el mejor estudiante siempre, sino porque se me ocurrió pedir que echaran al rector y eso como que no era permitido.

La primera huelga de colegios la organicé yo en 1964 en Girardot, cuando eso no se usaba. Al mes y medio salí a buscar colegio en el último año, y por eso terminé en un colegio al cual le tengo mucha gratitud que se llama Colegio José Max León, pero mi colegio era el Departamental de Girardot.
Inmediatamente comencé a entrar a la universidad, pasé en todas las universidades, no era difícil para mí. En la Nacional pasé en el puesto 17, en la Javeriana, pasé y en el Rosario, pero me quedé en la Nacional por múltiples razones. Una de ellas era que había que ingresar a la que tuviera menos costos porque los otros hermanos debían ingresar también. El primer semestre comencé a hacer ciencia”.

Lo de la ciencia iba en serio

V.L.: ¿Quién fue Manuel José Gaitán?
M.E.P.: “Él era el hermano de Jorge Eliecer Gaitán. Mis padres tenían un hotelito en Girardot, donde en la planta baja vivíamos nosotros y en la de arriba llegaban los pasajeros y allá iba a comer el médico Manuel José Gaitán. Había estudiado medicina en Colombia y se había especializado en gastroenterología en Hamburgo y fue, junto con mi padre, los que me abrieron el mundo.

V.L.: ¿Quiénes fueron sus mentores?
M.E.P.: “Desde chico, estando en la secundaria, ya soñaba con irme a estudiar a la Universidad de Heidelberg (Alemania) o la Universidad de Giessen (Alemania), y luego fui migrando hacia las universidades norteamericanas. Entonces ellos dos fueron los que manejaron mi mundo para yo poder ser lo que soy hoy.

Comencé a hacer ciencia en el primer semestre y en el tercer semestre de medicina me uní a la Fundación Rockefeller. Y allí había un gringo que dijo: ‘este muchachito no es tan tonto, después de todo’. Yo ya hablaba inglés y por la misma razón lo ‘chapuceaba’.

Él me adoptó, Ronald Mackenzie, y me mandó enseguida a la universidad más grande y mejor del mundo, una de las tres universidades mejores del mundo que es Yale. Ahí vieron que prometía y me mandaron a la universidad Rockefeller de Nueva York y en ese sitio tuve dos premios nobel como profesores míos. Henry Kunkel y Gerald Edelman”.

V.L.: ¿Cuándo inicia sus investigaciones para crear la vacuna contra la malaria?
M.E.P.: “Yo comencé cuando inicié con los dos premios nobel. El instituto (Fundación Instituto de Inmunología de Colombia) surgió como consecuencia de la creación, desde 1972, de la sección de inmunología. Esa la cree yo, siendo estudiante, en el Hospital de San Juan de Dios. Eso se convirtió en 1980 en el Departamento de Inmunología, y luego en 1984 se creó el Instituto de Inmunología”.

En busca de la perfección


V.L.: ¿Por qué donó su primera vacuna contra la malaria?
M.E.P.: “Ahí le establecí al mundo un principio ético, que es lo que también debe tener uno. Si lo que yo aplico viene desde 1772, son 350 años de historia científica. Desde ahí comienza la historia de cómo hacer vacunas. Si eso viene así y yo soy un heredero vertical de eso, con qué autoridad moral, sólo por el hecho de haber resuelto uno de los problemas, al final puedo yo quedarme con todo.
El conocimiento siempre es universal y siempre debe ir para el bienestar de la humanidad. Punto. Es así mi manera de pensar. Que haya quienes quieran enriquecerse con eso, allá ellos, pero yo no. El conocimiento es universal, se basa en hallazgos desarrollados por otros, debe ir para la humanidad, y prácticamente sin costo alguno. A mí me pagan muy bien en todas partes del mundo, para qué quiero más”.

V.L.: ¿Qué pasó con esta vacuna?
M.E.P.: “La organización mundial de la salud no hizo nada con la vacuna. Esa es la razón por la cual estamos desarrollando unas nuevas. Es que no es una, nosotros inventamos un método para hacer vacunas.

La malaria es el modelo con el cual uno trabaja, es la que va más adelante. Pero viene atrás también tuberculosis, hepatitis C, método diagnóstico de Papiloma”.

V.L.: ¿Qué porcentaje de efectividad tiene la nueva versión?
En un año y medio estaremos probando la vacuna en humanos. La primera vacuna protegía hasta el 40% de la gente vacunada. La gente dice que por qué no protegió el 100%, pero las cosas nunca jamás pueden ser al 100% en el primer ‘tortazo’. Usted va encontrando los caminos.

Si después de 35 años no salgo con el 100% significa que en algún sitio me perdí y eso ya es cuestión de conocimiento, de coeficiente intelectual o de circunstancias externas. Va a ser de una sola dosis, no habrá refuerzos. La duración ya sabemos que es de tres a cinco años, porque ya hicimos los experimentos”.

V.L.: ¿Cuál es la importancia de este nuevo descubrimiento?
M.E.P.: “Es un hecho sin precedentes en el mundo porque no va a haber casi experimentación en el desarrollo para vacunas contra la tuberculosis, hepatitis, Sida o Leishmaniasis. Será sólo aplicar las fórmulas y hacer dos o tres ensayos. Lo de la evaluación es lo de menos, lo importante es que otra gente lo repita con otras enfermedades. Si la rueda funciona, puede ser para un triciclo o para rueda de chicago”.

V.L.: Usted le quiere transmitir un mensaje a las futuras generaciones, ¿Cuál es?
M.E.P. “Primero que todo que tengan una meta, que tengan un propósito y que luchen toda la vida por alcanzarlo sin ‘neurotizarse’ por eso. Eso se hace con disciplina de estudio, trabajo y pensamiento manteniendo principios éticos como el respeto a los demás”.

Caja biográfica

Manuel Elkin Patarroyo nació en 1946 en Ataco, un pequeño municipio al sur del departamento de Tolima. A los 9 años se desplazó junto a sus padres y a sus 10 hermanos a Girardot, desplazados por la violencia.

Cursó el bachillerato en Bogotá y en 1965 ingresó a la Universidad Nacional de Colombia, donde se graduó en 1971 como doctor de Medicina y Cirugía. Luego se vinculó a la Universidad de Yale a través de la Fundación Rockefeller de Bogotá.

En 1984 fundó la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia, ubicada en el Hospital San Juan de Dios, de Bogotá. Dos años después, Patarroyo y su equipo descubrió la vacuna contra la malaria, también llamada SPF66.

En 1993 el científico colombiano se robó la atención mundial al donar el antídoto a la Organización Mundial de la Salud, rechazando una multimillonaria propuesta de un laboratorio químico. Actualmente, trabaja en la segunda versión de la vacuna contra la malaria, la cual será probada en humanos en el 2014.
Publicada por
SONIA LUZ SUÁREZ SALAZAR

jueves, 22 de noviembre de 2012

Llinás y Patarroyo hacen a Colombia merecedora del Nobel de Medicina

>> Ver artículo en LAINFORMACION.COM



lainformacion.com -  jueves, 22/11/12 - 20:49

Los aportes a la investigación de los científicos Rodolfo Llinás y Manuel Elkin Patarroyo hacen a Colombia merecedora del Premio Nobel de Medicina, dijo hoy en una entrevista con Efe el director del Departamento de Ciencia, Tecnología e Innovación de este país (Colciencias), Carlos Fonseca.
Temas
Marisol Larrahondo

Bogotá, 22 nov.- Los aportes a la investigación de los científicos Rodolfo Llinás y Manuel Elkin Patarroyo hacen a Colombia merecedora del Premio Nobel de Medicina, dijo hoy en una entrevista con Efe el director del Departamento de Ciencia, Tecnología e Innovación de este país (Colciencias), Carlos Fonseca.

Fonseca, quien asumió esta dirección en septiembre pasado, se comprometió a lograr ese propósito y adelantó que el reto es trabajar "para saber más y para la humanidad".

Y no es una utopía ya que Llinás, un doctor en neurociencia que trabaja en la Universidad de Nueva York, ya es candidato al Nobel, mientras que Patarroyo tiene en su haber ser el inventor de la primera vacuna de la malaria, en la que trabaja para hacerla efectiva al cien por cien.

"Nos gustaría entregar una vacuna sintética a la humanidad o el descubrimiento de cómo solucionar el Alzheimer (...). Colombia es generosa, es grande y es capaz de entregarle a la humanidad un nuevo descubrimiento", dijo el director de Colciencias, un organismo que el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos se ha comprometido a darle fuerza.

"Como en los deportes, vamos a conseguir medallas de oro y vamos a trabajar para lograr un Nobel, aunque no es nuestra obsesión lograrlo de cualquier manera, sino por entregarle a la humanidad algo que le sirva, y en verdad vamos por buen camino", insistió.

Fonseca celebró la medalla de oro que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC) entregó recientemente a Llinás por sus aportaciones al conocimiento del funcionamiento cerebral.

Actualmente este científico, nacido en Bogotá en 1934 y quien ha hecho importantes avances en la cura del cáncer y el alzheimer, trabaja junto a colegas estadounidenses en la transformación de la estructura del agua para optimizar la función celular de los seres humanos.

"Estamos felices por ese reconocimiento que acaba de ganar Rodolfo Llinás, y queremos contribuir a que personalidades como él y como Patarroyo compitan en lo más alto del conocimiento y la ciencia, y que finalmente el mundo les reconozca sus esfuerzos con un Nobel", comentó.

Sobre Patarroyo, quien en 1986 descubrió la primera vacuna de la malaria, entregó la patente a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ahora trabaja para lograr el cien por cien de efectividad, le defendió frente a los problemas que afronta por el cierre de su laboratorio en la Amazonía.

Después de 32 años de investigaciones, un tribunal decretó la clausura de su laboratorio en la selva al dar la razón a la asociación Entropika, que acusa al investigador de tráfico de animales por usar monos capturados supuestamente al otro lado de la frontera colombiana.

"Yo he analizado y estudiado el caso del doctor Patarroyo y las críticas que ha tenido respecto al tratamiento de los micos Aotus y encuentro que ha cumplido con toda la ley, con todas las restricciones que le han impuesto las corporaciones regionales y vi que además tiene acuerdos con los indígenas", dijo Fonseca.

El director de Colciencias confirmó que "Patarroyo recoge animales de la selva, hace experimentación con ellos y, solo cuando está garantizado que no llevan ningún tipo de enfermedad, son liberados. Ese fue el acuerdo con las corporaciones autónomas regionales".

Dejó así claro que el padre de la vacuna sintética de la malaria no hace uso de "bioterios", lugares especiales donde los animales son confinados desde que nacen hasta que mueren.

El director de Colciencias, además de respaldar a los científicos colombianos más laureados, garantizó que los cuidará y apoyará.

Y aprovechó para resaltar el mérito que esto supone, si se tiene en cuenta que Colombia está "bien atrás" en investigación e innovación respecto a otros países iberoamericanos.

"Obviamente hay países como Brasil que nos lleva la delantera y México, también Chile que va un poco adelante al igual que Argentina, pero Colombia tiene un gran reto de hacer una aceleración fuerte", aseguró Fonseca.

El director de Colciencias resaltó el crecimiento experimentado por Colombia en los últimos cinco años "solo de artículos científicos" y adelantó que también se trabaja en innovación tecnológica, social e incluso institucional con empresas asociadas a universidades.
(Agencia EFE)

NOTA:  Sean bienvenidos todos los reconocimientos para Patarroyo y su gente, pero lo que realmente se necesita en este momento es financiación, de una parte, que le corresponde entregar al gobierno colombiano en cabeza del Director de COLCIENCIAS, según él mismo lo afirma, y tranquilidad para dedicarse a lo que debe, a desarollar vacunas, modelos, métodos... Que como reza el encabezado de este blog, los enemigos, gratuitos o pagados, NO JODAN MAS A PATARROYO!

Fernando Márquez








 

martes, 20 de noviembre de 2012

Manuel Elkin Patarroyo recibió título honoris causa en Barrancabermeja


Martes 20 de Noviembre de 2012 - 12:01 AM
 

Cortesía: Emmanuel Pérez/VANGUARDIA LIBERAL
De manos del alcalde de Barrancabermeja, Elkin Bueno Altahona, el destacado científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo recibió el título como Doctor Honoris Causa en Medicina Veterinaria y Zootecnia que le confirió el Instituto Universitario de La Paz. 
 
(Foto: Cortesía: Emmanuel Pérez/VANGUARDIA LIBERAL)
Un título como Doctor Honoris Causa en Medicina Veterinaria y Zootecnia fue lo que recibió ayer el Dr. Manuel Elkin Patarroyo, en Barrancabermeja. La distinción especial la otorgó el Instituto Universitario de La Paz, durante la celebración de sus 25 años.
El reconocido investigador e inmunólogo colombiano resaltó dentro de su discurso que lo más importante, antes que el poder y la riqueza es el conocimiento, y que el deber del Estado es asignar recursos para que los programas que apunten a difundirlo se fortalezcan.

Por su parte, el rector de la Unipaz, Oscar Orlando Porras, aseguró que el reconocimiento se otorgó gracias a los avances del Dr. Patarroyo en las áreas de protozoología, parasitología e infectología.

Inversiones para la Unipaz
Al evento protocolario asistió, entre otras personalidades, el gobernador de Santander, Richard Aguilar Villa, quien llegó cargado de buenas noticias para la comunidad educativa de la Unipaz.

“Vamos a realizar una inversión por $7.800 millones para la construcción de 36 aulas, se está abriendo un proceso contractual de $1.000 millones para construir un laboratorio con su dotación”, informó el mandatario regional.

Además, ayer fueron inaugurados laboratorios de química y bioquímica y este años también se aumentaron las transferencias que el Departamento le hace a la Unipaz de 7.000 a 9.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes.

Este aumento también trae un cambio. Ahora el 80% se va a destinar para el pago de docentes y un 20% para investigación e infraestructura. Antes esa distribución era de 50% cada una.

PERFIL
Manuel Elkin Patarroyo
Nació en 1946 en Ataco, un pequeño municipio al sur del departamento de Tolima. A los 9 años se desplazó junto a sus padres y a sus 10 hermanos a Girardot, desplazados por la violencia.

Cursó el bachillerato en Bogotá y en 1965 ingresó a la Universidad Nacional de Colombia, donde se graduó en 1971 como doctor de Medicina y Cirugía. Luego se vinculó a la Universidad de Yale a través de la Fundación Rockefeller de Bogotá.

En 1984 fundó la Fundación Instituto de Inmunología, ubicado en el Hospital San Juan de Dios, de Bogotá. Dos años después, Patarroyo y su equipo descubrió la vacuna contra la malaria, también llamada SPF66.

En 1993 el científico colombiano se robó la atención mundial al donar el antídoto a la Organización Mundial de la Salud, rechazando una multimillonaria propuesta de un laboratorio químico.

Actualmente, trabaja en la segunda versión de la vacuna contra la malaria, la cual será probada en humanos en el 2014.
Publicada por
SONIA LUZ SUÁREZ SALAZAR
 
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NOTA: Son este tipo de reconocimientos los que tanto enferman a quienes han hecho de obstaculizar a Patarroyo y su gente una profesión.  Se ve venir la andanada de críticas e insultos con el mismo libreto de siempre.
 
Nada nuevo, es normal que ante cualquier mención positiva que se haga de Manuel Patarroyo se desate la furia de estas personas.  No pasaría de ser una molestia menor a no ser porque la arremetida minera que se cierne sobre la Amazonia, el escenario ideal para que estas personas empleen toda su energía en defensa de lo que nos pertenece a todos, del oxígeno de todos, sigue su marcha sin que se oiga de ellos una sola palabra de rechazo a este crimen ecológico.  
 
Quizá se deba a que estas megaempresas trasnacionales tienen un poder económico infinitamente superior al que pueda tener Patarroyo, mas que suficiente para atiborrarnos de comerciales bonitos y engañosos, ubicar gente clave en puestos estratégicos y, por supuesto, silenciar a quienes no estamos de acuerdo con sus nefastas actividades.  Es imposible hacer megaminería sin destruir la selva.

Fernando Márquez


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

jueves, 15 de noviembre de 2012

Patarroyo probará en humanos su nueva vacuna contra la malaria

Salud|   15 Nov 2012 - 12:11 pm   

Por: Agencia EFE

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Los ensayos comenzarán en un año y medio.


Manuel Elkin Patarroyo, científico colombiano
Foto: Óscar Pérez
La primera vacuna de Manuel Elkin Patarroyo, la SPF66, es considerada por la OMS como una iniciativa inactiva. 
 
El investigador colombiano Manuel Elkin Patarroyo aseguró que los ensayos en humanos de su nuevo prototipo de vacuna sintética contra la malaria comenzarán en un año y medio, después de haber logrado una eficacia del 90 % en monos.
Así lo señaló este investigador a los periodistas, tras una charla en la que relató la historia de sus investigaciones en torno a la malaria, una trayectoria -dijo- en la que ha sufrido "asedio ecológico, económico y científico".

Patarroyo, quien aún no ha publicado en una revista científica los resultados en monos de esta segunda generación de su vacuna, estimó que en año y medio probará este prototipo en un grupo de soldados voluntarios de las fuerzas militares colombianas, como ya lo hizo en el pasado con su anterior proyecto, la vacuna "Spf66".

"Quiero dejarla (la nueva vacuna) prácticamente perfecta", subrayó.
Según este científico, quien ha recibido entre un 35 y un 40 % menos de recursos por parte de la cooperación española, cuando su vacuna esté lista, será igual de eficaz en todos los países del mundo.

En cuanto a si será efectiva y probada en niños, Patarroyo recordó que es enemigo de vacunar a los recién nacidos, pues su sistema inmune, aunque desarrollado, "no está coordinado".
En este sentido, abogó por aplicar en un futuro esta vacuna a partir del año de vida.

Patarroyo ha sido acusado por un tribunal de tráfico de animales por utilizar monos Aotus capturados al otro lado de la frontera colombiana, una decisión que ha recurrido y por el momento impide que pueda recibir más animales para sus investigaciones sobre malaria.

El investigador opinó que éste ha sido un capítulo "perverso", negó maltrato animal -la acusación es por tráfico- y recordó que los monos son devueltos a la selva.

Tras admitir que por culpa de esta decisión algunas cosas se están viendo demoradas, denunció que ha sido sometido, "por distintas razones" en las que no quiere entrar, a un "asedio bárbaro".
En este sentido, dijo que el presupuesto en su país ha sido recortado y que continúa en parte gracias a la ayuda española.

Entre otros, recibe fondos de la Agencia Vasca de Cooperación y de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), recursos que se han visto disminuidos casi en un 40 %.

Preguntado por las investigaciones del español Pedro Alonso y la efectividad del 30 % de su vacuna en bebés -el propio Alonso reconoció que esperaban un poco más-, Patarroyo manifestó que nadie debe "alegrarse del fracaso" de otra persona o de otro grupo.

Patarroyo probará en humanos su nueva vacuna contra la malaria en año y medio


lainformacion.com
jueves, 15/11/12 - 15:47

El investigador colombiano Manuel Elkin Patarroyo ha asegurado hoy que los ensayos en humanos de su nuevo prototipo de vacuna sintética contra la malaria comenzarán en un año y medio, después de haber logrado una eficacia del 90 % en monos.
Madrid, 15 nov.- El investigador colombiano Manuel Elkin Patarroyo ha asegurado hoy que los ensayos en humanos de su nuevo prototipo de vacuna sintética contra la malaria comenzarán en un año y medio, después de haber logrado una eficacia del 90 % en monos.
Así lo ha señalado este investigador a los periodistas, tras una charla en la que ha relatado la historia de sus investigaciones en torno a la malaria, una trayectoria -ha puntualizado- en la que ha sufrido "asedio ecológico, económico y científico".

Patarroyo, quien aún no ha publicado en una revista científica los resultados en monos de esta segunda generación de su vacuna, ha estimado que en año y medio probará este prototipo en un grupo de soldados voluntarios de las fuerzas militares colombianas, como ya lo hizo en el pasado con su anterior proyecto, la vacuna "Spf66".

"Quiero dejarla -la nueva vacuna- prácticamente perfecta", ha remachado.
Según este científico, quien ha recibido entre un 35 y un 40 % menos de recursos por parte de la cooperación española, su vacuna cuando esté será igual de eficaz en todos los países del mundo.
En cuanto a si será efectiva y probada en niños, Patarroyo ha recordado que es enemigo de vacunar a los recién nacidos, pues su sistema inmune, aunque desarrollado, "no está coordinado".
En este sentido, ha abogado por aplicar en un futuro esta vacuna a partir del año de vida.
Patarroyo ha sido acusado por un tribunal de tráfico de animales por utilizar monos Aotus capturados al otro lado de la frontera colombiana, una decisión que ha recurrido y por el momento evita que pueda recibir más animales para sus investigaciones sobre malaria.

El investigador colombiano ha subrayado que éste ha sido un capítulo "perverso", ha negado maltrato animal -la acusación es por tráfico- y ha recordado que los monos son devueltos a la selva.

Tras admitir que por culpa de esta decisión algunas cosas se están viendo demoradas, ha apuntado que ha sido sometido, "por distintas razones" en las que no quiere entrar, a un "asedio bárbaro".
En este sentido, ha detallado que el presupuesto en su país ha sido recortado y que continúa en parte gracias a la ayuda española.

Entre otros, recibe fondos de la Agencia Vasca de Cooperación y de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, recursos que se han visto disminuidos casi en un 40 %, lo que, ha asegurado, entiende y no critica porque el país está viviendo una crisis dura, "de la que saldrá", ha aseverado.

A su juicio, el asedio económico de Colombia no es el único que ha vivido, ya que está el ecológico -sentencia del tribunal a raíz de una denuncia de dos ecologistas- y el de las revistas científicas; "ataques que recibe porque otros quieren llegar".

Sobre esto último ha revelado que una revista, de la que no ha querido dar su nombre, rechazó la publicación del artículo por desconocer la procedencia de los monos.

Preguntado por las investigaciones de Pedro Alonso y la efectividad del 30 % de su vacuna en bebés -el propio Alonso reconoció que esperaban un poco más-, Patarroyo ha manifestado que nadie debe "alegrarse del fracaso" de otra persona o de otro grupo.

Patarroyo, quien ha subrayado que no quiere entrar en polémicas, ha recordado que no pasó lo mismo cuando él la probó en bebés.

"Les deseo la mejor suerte, pero nosotros vamos por nuestro lado y con una metodología totalmente distinta", ha proseguido Patarroyo, quien ha agregado: "Lo que nosotros tenemos es tan positivo que no necesita entrar en discusión, sobre nada ni con nadie".
(Agencia EFE)