Siempre
que se menciona el nombre de Manuel Elkin Patarroyo en algún medio periodístico
colombiano, saltan unos personajes, 7 u 8, que ocultos tras seudónimos ridículos,
como flordelcampo, agüitadelrio, eradelhielo, benito camelas, condoricosas,
mama Melo y otros por el estilo, ninguno
es capaz de firmar con su nombre real, insultan y vituperan al científico con
epítetos que lo único que muestran con claridad es su carencia de argumentos, la
ignorancia absoluta en asuntos científicos y la bajeza de sus espíritus.
El
11 de febrero de 2015 a las 11:00 a.m. tuvo lugar en la plaza de Bolívar,
frente al Palacio de Justicia, una “manifestación” con un número similar de asistentes, cuyo
objetivo era el de presionar a la Comisión Quinta del Consejo de Estado para
que dé marcha atrás en la decisión que le devuelve a Patarroyo el derecho a
continuar utilizando monos aotus para
probar vacunas, como si el amedrentamiento y la desinformación fueran sus
argumentos naturales. Se pretendió sesgar a los jueces con historias de
pajaritos verdes pero sin argumentos científicos.
El
número de “manifestantes” es muy significativo por varias razones: la mayoría de la gente entendió que los animales
en general y los monos en particular, son absolutamente necesarios, que sin
ellos la investigación y el desarrollo de medicamentos son imposibles. Las
vacunas contra la polio, la rabia, la varicela, la viruela y todas las demás de
que disponemos, que son apenas 15, se han probado antes en animales y después en
humanos. Con muy pocas excepciones, los voluntarios han brillado por su
ausencia y son poquísimos, 7 u 8, los que creen que es posible investigar sin
utilizarlos. De hecho, otras organizaciones han montado laboratorios en el
Amazonas para probar vacunas contra la malaria –vaya coincidencia- usando los
mismos micos que Patarroyo no puede usar. ¿Habrá manifestación contra ellos?
Se
demostró, científicamente, que los micos son colombianos, que siempre han
estado aquí, que lo del tráfico de animales es otro cuento de terror con el que se ha
querido alimentar el imaginario colectivo para inducirlo a protestar y "salvar los animalitos", pero sin mostrarles las verdaderas circunstancias y las razones por las que se utilizan.
Quedó
claro que los monos se colectan, no se cazan, término con el que algunos
pretenden inducir confusión, que ni se maltratan ni se matan sino que, al
contrario, se devuelven a su hábitat natural en buenas condiciones después de
las pruebas, así que el tal “peligro de extinción” que alegan es pura alharaca
para estafar incautos, por eso nadie les prestó ninguna atención y menos se sumaron
al mitin, que debe ser de los más pobres que la histórica plaza haya
presenciado en toda su historia. Estos muchachos, llenos de buenas intenciones,
probablemente, deberían dedicar su energía y su entusiasmo a tantas otras causas que los necesitan con urgencia.
Pero
cuidado, que detrás de los “manifestantes” hay otra gente que azuza, despierta la sensiblería, no la sensibilidad, y los envía, sin que sepan bien porqué, a intentar “presionar” a la justicia y a posar de mártires de la ecología. Que no salgan con el cuento de que lo hacen por convicción, o acaso será que sus argumentos
son tan pobres que no logran convencer a nadie?
Y detrás
de los que los azuzan, este es el verdadero peligro para los investigadores
colombianos, están los comerciantes de la salud, los que se llenan los
bolsillos vendiendo pastillas e inyecciones, los que convirtieron el embarazo, la
calvicie, la menopausia y la energía inagotable de los
niños en enfermedades que se deben medicar. Los mismos para los que las
vacunas, que sirven para evitar la enfermedad, representan un peligro para sus
finanzas, a menos que sean patentadas y comercializadas por ellos, como la de
la malaria, por ejemplo, que Patarroyo nunca ha pensado en vender pero ellos sí.
Por eso son tan pocos los detractores de Patarroyo y tanta la gente que entiende la importancia de su trabajo.
Fernando Márquez
Es parte de la lógica de una nación ignorante, guiada por absurdos medios y por el interés económico de otros, que ante la certeza y la posibilidad de logros como los demostrados por el Dr Patarroyo, se valen de los medios más bajos a favor de sus propios intereses... Aplausos para científicos verdaderos que como el dr Patarroyo y su equipo, demuestran con hechos y contra cualquier adversidad, lo que significa trabajar por la humanidad.
ResponderBorrarUds me corregirán pero ante los comentarios absurdos de algunas personas que como ud menciona en su artículo, usando pseudónimos y no mencionan sus nombres hacen afirmaciones temerarias y llenas de ignorancia procaz, me permito recordar que al Dr Patarroyo, tiene un reconocimiento internacional, no por escribir anónimos...si por a través de procesos serios de investigación obtener resultados que lo han catalogado como uno de los científicos más reconocidos en Colombia. Me permito citar según fuentes de divulgación general algunos de los logros del Dr Patarroyo:
ResponderBorrarCuatro veces ha ganado el Premio Nacional de Ciencias Alejandro Ángel Escobar:
1979 por el trabajo titulado «Identificación de la susceptibilidad genética a tres enfermedades: tuberculosis, lepra y fiebre reumática».
1981 por el trabajo titulado «Los anticuerpos de la población colombiana vistos a través del mieloma múltiple».
1984 por el trabajo titulado «Hacia la síntesis química de una vacuna contra la tuberculosis».
1986 por el trabajo titulado «Estrategias para el desarrollo de una vacuna antimalárica».
El ACAC al mérito científico, otorgado por la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia (1989).
El Internacional Latinoamericano en Neumología "Fernando D. Gómez", concedido por la Unión Latinoamericana de Sociedades de Fisiología y la Academia Nacional de Medicina del Uruguay (1990);Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología "Francisco José de Caldas".4
El premio Nacional de Ciencias del Tercer Mundo en ciencias médicas básicas (1990).5
Doctorados Honoris Causa de varias universidades, incluyendo:
la Universidad Central (Colombia)
la Universidad Nacional de Colombia.6
la Universidad de Cantabria.7
Universidad Nacional de Atenas.5
Universidad Complutense de Madrid.5
Universidad de Costa Rica.8
Universidad de Valladolid, 2001.9
Universidad Francisco de Vitoria
Premio Robert Koch Medaille.5
La Medalla de Edimburgo.10
Premio Príncipe de Asturias5 de Investigación Científica y Técnica, 1994.
Premio Convivencia de Ceuta por su "internacionalización de la ayuda"
Premio HazTUacción 2010. Concedido por Fundación AISGE (España)
Premio Príncipe de Viana de la Solidaridad 2011.
Las personas que marcan huella y hacen historia, dejan huella con hechos, no con palabras, mucho más cuando son reconocidos en el mundo, por sus logros.