viernes, 20 de septiembre de 2013

Entrevista Exclusiva de Distribuna con ¡Manuel Elkin Patarroyo!

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19 Septiembre 2013

El célebre investigador busca sacar nueva vacuna contra la malaria.

patarroyoNuestro personaje no necesita presentación. Sin embargo, su importancia la amerita. Nació en Ataco, Tolima (Colombia) y estudió medicina en la Universidad Nacional de Colombia. Es fundador y director de la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia, de la línea de investigación en Relación Estructura-Función en la Búsqueda de Vacunas Sintéticas en el doctorado en Ciencias Biomédicas de la Universidad del Rosario (Colombia). 

También es profesor de la misma universidad así como del Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud, para el desarrollo de vacunas sintéticas contra la malaria, la tuberculosis y la lepra. Entre 1986 y 1988 desarrolló con un equipo en su mayoría de su misma alma mater, la vacuna sintética contra la malaria, enfermedad que anualmente causa la muerte a 2500 mujeres en Colombia. ¿Ya saben quién es? Sí, es él.

Christian Ruge (C.R.): el doctor Manuel Elkin Patarroyo. Doctor Patarroyo, muy buenas noches.

Manuel Elkin Patarroyo (M.E.P.): buenas noches, para mí es un gusto estar de vuelta aquí en mi alma mater, en mi casa. Esta es la Universidad Nacional de Colombia, en la Facultad de Medicina, que es prácticamente el sitio de mi nacimiento. Estoy feliz de estar en este gran evento de exalumnos que organiza la facultad de medicina de la Universidad Nacional.

C.R: imagino los recuerdos, al estar de nuevo aquí…

M.E.P.: es que, como lo decía en mi presentación, toda la vida fui de la Nacional, aquí estudié y me formé. Los recuerdos son invaluables y vienen a mi mente cada vez que vengo. Entré a los 17 años a la Facultad de Medicina y jamás me he salido. Me nombraron médico, luego instructor, a los 3 meses de haberme graduado de la facultad.

C.R: toda una vida…

M.E.P: toda una vida que se refleja en los resultados que llevan el nombre Universidad Nacional de Colombia. Siendo profesor, cualquier cosa que haga lleva la imprenta de la universidad.

C.R.: su expectativa

M.E.P.: espero aprender de mis estudiantes. Uno siempre aprende más de ellos que de los maestros. Sus preguntas. Me encanta ver un núcleo de gente joven interactuando. Eso es lo que recuerdo de mi juventud. Yo asistía a todos, para absorber el conocimiento de otros. También recuerdo que cuando había que protestar por alguna razón clara y obvia, ahí estaba.

C.R.: ¿tal vez alguna vez tiró piedra, doctor?

M.E.P.: sí colaboraba. No hasta el punto de tirar la piedra, pero sí participé en los procesos de huelga. Siempre he pensado que la Universidad Nacional es la única, o más bien, de las pocas, con compromiso social fuerte, claro y nítido. Una forma desafortunada es a través de la violencia, la piedra. Hay que hacerlo sin usar esto. Por las buenas.

C.R.: muy cierto. ¿Y cuál ha sido su momento más difícil, aquel en el que quiso rendirse con alguna investigación?

M.E.P.: la verdad siempre he creído que teníamos la potencialidad (es el mensaje que siempre le he dado a mi equipo) de resolver los problemas. Ha habido, pero hemos venido. Por consiguiente, como dice un amigo, el profesor Ismael Roldán, quien fuera rector, decano de la facultad, “vencido, ni aún vencido”.

C.R.: y ya que no conoce la derrota, háblenos un poco de la nueva vacuna contra la malaria

M.E.P.: estamos en un proceso prácticamente final. Le ruego a la Universidad que asuma una posición pues hay intereses oscuros que quieren que esta vacuna no salga. Es que ellos están interesados en que la vacuna sea comercializada, no gratis como la queremos sacar. No a través de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sino de un consorcio que se organizará para producir y entregar la vacuna de forma gratuita a la humanidad. A nosotros no nos interesa el usufructo de ella. Queremos resolver el problema y que la gente no se muera por estas enfermedades.

C.R.: ¿esa gente que usted dice que quiere comercializar serán los estadounidenses que en agosto pasado empezaron a hacer pruebas en humanos usando una inyección?

M.E.P.: no personalizo porque son muchos. Ha surgido una actitud mercantilista y ha hecho carrera. Pero nosotros pensamos como el profesor Odilio Méndez, lo cual dejó plasmado en su discurso de inauguración. Lo que hacemos es un compromiso “con, por y para la vida”.

C.R.: ¿por esta actitud el problema fronterizo que mencionó en su presentación, que consiste en que acusarlo de tráfico animal?

M.E.P.: hay mucha gente interesada en que esto no salga, para que otros sí lo hagan y puedan comercializar. Y lo digo ya: nuestras vacunas no serán comercializadas. Serán donadas a la humanidad, pues creemos que es de legítimo derecho. Ya la Universidad nos apoya, no necesitamos ni pedimos más. Lo importante no es el dinero, es la solución del problema, para que médicos con compromiso social trabajemos por el bienestar de todos los humanos.

C.R.: entonces llega la pregunta obligada, cuando uno está frente a usted… ¿qué pasa por su mente cuando ve que logra esto y que hay vidas en el mundo salvándose gracias a su esfuerzo?

M.E.P.: yo pienso que todo médico aspira a salvar vidas. La satisfacción de dar bienestar y ayudar a extender la vida no se compra con nada.


NOTA: El Dr. Patarroyo es, además de un brillante científico, un estupendo diplomático. Lo que él llama "intereses oscuros" son algunos grupúsculos interesados en hacer ruido y entorpecer su investigación en beneficio de la poderosa industria farmacéutica, a quienes la donación de trabajos como este les implica dejar de vender miles de millones de dólares en medicamentos cada vez menos efectivos para tratar la malaria. 

El negocio de ellos no es evitar las enfermedades, sino tratarlas, lo cual explica en parte las maniobras a que Patarroyo y su grupo se han visto sometidos durante años. Las vacunas son de interés para la industria farmacéutica si y solo si son comercializadas a través de sus canales, lo demás es disminución de utilidades que se debe evitar a como de lugar. 

Han descubierto que resulta mucho más barato inducir y financiar la histeria ambientalista y la descalificación que rebatir con argumentos científicos los resultados de las investigaciones. Para confirmarlo basta con leer algunos comentarios escritos en los foros de los artículos sobre Patarroyo, su gente y su trabajo. Cuesta mucho menos una nota sesgada y malintencionada en algún periódico local que un paper. 

De lo que se trata para ellos es de ganar miles de millones, no de salvar millones de vidas. El país tiene que abrir los ojos y dejar de creer en cuentos de pajaritos. Se deben preservar el ambiente y los recursos, no utilizarlos como bandera para destruir a quienes por convicción y principios se han negado a ponerle precio a la vida humana. 

aguadelrio, flordelcampo, elmoscardon, ambientalistaypunto y los demás escudados en nombres tan ridículos como anónimos deberían, para empezar, identificarse con su nombre real. ¿Como creerle a quien se presenta como un mosco grande?  

Fernando Márquez



































jueves, 5 de septiembre de 2013

PATARROYO, UNA DE LAS MENTES MAS BRILLANTES DE COLOMBIA


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Manuel Elkin Patarroyo, reconocido como una de las mentes más brillantes de Colombia para el mundo. Reconocimiento ganado a base de esfuerzo, de trabajo y de lucha constante, a pesar de algunos enemigos gratuitos y de dos o tres enemigos remunerados que hay por ahí, a la caza.

Mentes brillantes de Colombia reconocidas en el mundo

Colombia es uno de los países con mayor producción científica en América Latina, conozca las caras que han dejado el nombre de Colombia en alto con sus trabajos. FOTOS: ARCHIVO EL TIEMPO

Manuel Elkin Patarroyo, reconocido como una de las mentes más brillantes de Colombia para el mundo. Reconocimiento ganado a base de esfuerzo, de trabajo y de lucha constante, a pesar de algunos enemigos gratuitos y de dos o tres enemigos remunerados que hay por ahí, a la caza.


miércoles, 4 de septiembre de 2013

DECLARACION DE LAS COMUNIDADES INDÍGENAS DEL AMAZONAS

La declaración de los indígenas de la Comunidad Aticoya, del Amazonas, que no es nueva ni es la primera vez que se pronuncian al respecto, demuestra que hay falacias, mentiras, verdades y verdades a medias en torno a las acusaciones contra Patarroyo y la Fidic por un supuesto tráfico internacional de especies animales, acusación con la que se ha urdido una trama digna de película de suspenso y de algunas libras esterlinas.  Me quedo con las palabras de los Indígenas, gentes humildes y honestas que no temen llamar a las cosas por su nombre. Para ellos un mico es un mico y un mentiroso es un mentiroso, sin adornos de ninguna clase. 

 Algo del material que sirve de base para las acusaciones y para la postulación de proyectos a programas de financiación internacional ha sido muy pobremente traducido al español. De todas maneras publicamos para los interesados la versión en Inglés y la tristemente traducida al Español. Lo mínimo que se debería esperar de quienes demuestran tanta eficiencia en otro terreno es que sean respetuosos de la ortografía, la gramática y la sintaxis de nuestra lengua castellana ya que no lo son de las autoridades indígenas, de los jueces y autoridades colombianas, corruptas y venales según los autores del libelo. 

Fernando Márquez
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