martes, 21 de agosto de 2012

Editorial: Prácticas antiéticas, al desnudo

Por: EDITORIAL | 7:48 p.m. | 20 de Agosto del 2012
La industria farmacéutica debe entender que su naturaleza exige un respeto absoluto por la salud y la vida, y no poner por encima de ellas sus rendimientos financieros.

>> Leer artículo en EL TIEMPO


Fotografía de archivo particular.

Las grandes farmacéuticas del mundo han tenido que reconocer, en los últimos meses, ser autoras de prácticas ilegales y antiéticas por cuenta de las cuales enfrentaban procesos que terminaron en acuerdos extrajudiciales y multas millonarias para evitar mayores complicaciones.

Hace apenas unas semanas, Glaxo Smith Kline tuvo que pagar 3.000 millones de dólares por estimular durante años la prescripción en niños de un antidepresivo que solo estaba aprobado para adultos, también por recomendar un fármaco para enfermedades sobre las que no tenía efectos demostrados y por ocultar los riesgos de otro de sus medicamentos para la diabetes.

En mayo, Abott tuvo que pagar, en una conciliación similar, una multa cercana a los 1.500 millones de dólares por recomendar que un medicamento para la epilepsia fuera utilizado para el manejo de enfermedades en las cuales su eficacia no había sido probada. Con un agravante: al parecer el laboratorio habría estimulado con dádivas y sobornos a médicos para que lo formularan.

Y aunque Pfizer, otro grande, había acordado pagar hace tres años una multa cercana a los 2.000 millones de dólares por la promoción fraudulenta de 13 de sus medicamentos, el 8 de agosto se supo que esta farmacéutica concilió con el Departamento de Justicia de EE. UU. otra cercana a los 60 millones de dólares por sobornar a médicos, reguladores y funcionarios en el extranjero, particularmente de China y Europa. Por esta misma razón, Johnson & Johnson ya había pagado una multa de 70 millones de dólares.

Aunque de este modo las compañías se ponen 'al día' en materia judicial, son escalofriantes las implicaciones que en términos de salud entrañan estas acciones, pues los protagonistas de estos escándalos son medicamentos que consumen, en forma masiva, seres humanos de carne y hueso. Ningún fármaco, por benéfico que parezca, está exento de efectos colaterales que incluso pueden afectar a quienes lo necesitan.

Prácticas como recetar medicamentos a gente que no los requiere, prolongar los tratamientos más allá de lo debido, incrementar las dosis injustificadamente, recomendarlos para dolencias frente a las cuales no son eficaces o, peor aún, inventarse enfermedades donde no las hay, hacen parte de una perversa estrategia que busca vender más, a expensas de la salud de las personas.

Por supuesto, tampoco ayuda el hecho de que muchos investigadores olvidan mencionar en los artículos donde dan a conocer sus resultados, quién los financia. Es antiético que los trabajos que anuncian efectos benéficos de un fármaco no referencien, con claridad, quiénes los pagaron, mucho más si entre quienes aportaron recursos está la empresa fabricante.

Se sabe que algunas casas farmacéuticas han creado revistas o publicaciones de corte científico que solo divulgan artículos que resultan ser propaganda para sus productos. Algunos ya han sido señalados con nombre propio y castigados. Esto no solo exige una celosa vigilancia por parte de autoridades sanitarias de todo el mundo, también demanda una necesaria autorregulación de los médicos, que son los llamados a llevar a la práctica los rigurosos códigos de ética que definan los límites que su profesión debe tener con los laboratorios.

En medio de todo está la salud de la humanidad. La industria, por su parte, debe entender de una vez por todas que su naturaleza exige un respeto absoluto por la salud y la vida, en lugar de poner por encima de ellas sus rendimientos financieros. Se trata de una práctica criminal que no se resuelve pagando multas con dineros que han salido de sus propios fraudes. Y eso es doblemente grave.

editorial@eltiempo.com.co

Malaria: 3000 muertos por día

lunes, 13 de agosto de 2012

ASÍ FUNCIONA LA FARMAFIA

Posted on 11 agosto, 2012


>> Ler artículo en The Zarramonza Inquirer

Veámoslo a través de un ejemplo, con esta carta al director de la revista Discovery DSALUD, publicada el año 2005:

“Sr. Director: el pasado 1 de diciembre estuvo en La Coruña el médico e investigador colombiano Manuel Elkin Patarroyo (premio Príncipe de Asturias de investigación y autor de la primera vacuna de síntesis contra la malaria) para dar una conferencia en el Rectorado de la Universidad. Y como suele ser habitual en este tipo de eventos el ilustre conferenciante ofreció una rueda de prensa donde habló claro y rotundo: ‘Fui un alma cándida al donar mi invención a la Organización Mundial de la Salud (OMS). No volveré a repetir ese error. Sólo ha servido para que esté guardada en un cajón. Yo no estaba dispuesto a que se especulara con una medicina de pobres y para pobres, pero la OMS ha entrado en el juego de las multinacionales. Me arrepiento de lo que hice y no volveré a repetirlo.

Mis nuevas investigaciones serán para la humanidad. Lo que hice sólo sirvió para que las multinacionales hicieran una mala copia y la comercializaran a más de veinte dólares cuando la mía saldría a 25 céntimos’. Entonces se le preguntó cuántas personas se salvarían al año si la OMS comercializara y distribuyera su vacuna. ‘Más de un millón al año’, respondería. ¿Le han puesto zancadillas?, se le preguntó. ‘Siempre hay quien te pone palos en las ruedas. Hace cinco años perdí el instituto y en un mes había diez instituciones cargándose mi trabajo de veintisiete años’.

“Señor Campoy, estoy seguro de que usted y los lectores apreciarán las manifestaciones de tan ilustre personaje. Admite el Dr. Patarroyo que fue ingenuo por donar su vacuna a la OMS. Hay que creérselo. Hace bastantes años la OMS fue secuestrada por las multinacionales farmacéuticas y sólo sirve para justificar que las epidemias y pandemias existen. Hoy la salud es negocio, cotización en bolsa… y los muertos, aunque sean millones, son parte del negocio.

El terrorismo científico es negocio, las guerras e invasiones de países para saquearle sus recursos son negocio. Cuantas más epidemias, hambre, miseria y analfabetismo más esclavitud y posibilidades tienen las grandes corporaciones petroleras, químicas y farmacéuticas para desencadenar las distintas variantes de guerras criminales contra los pueblos oprimidos.

Ahí está la realidad aprovechándose de la ignorancia de las masas. Al propio doctor Patarroyo le privaron de su instituto con la complicidad de diez instituciones del ámbito de la salud a pesar de ser un premio Príncipe de Asturias… otorgado, eso sí, por un país en el cual la malaria es literatura médica, no hay consumidores ni afectados y, por tanto, no hay negocio e intereses en torno a esa pandemia en nuestro mercado farmacéutico. Por eso ha colado el premio a Patarroyo.

Pero estoy convencido de que si mañana se decidiese a investigar en nuestro país en el ámbito del SIDA o del cáncer, la Sagrada Congregación de la Fe Oncológica enviaría a dos de sus miembros a testimoniar como peritos ante cualquier tribunal tras buscarse un testaferro que le denunciase por tratarle de algún tumor invisible. Y terminaría siendo compañero de celda del Dr. Amat por investigar lo no investigable. Porque como Ud. bien sabe, el cáncer y el SIDA sí cotizan en nuestro país.

La prensa española se hizo eco hace poco de lo dicho por Mariano Barbacid sobre que hay en nuestro mercado farmacéutico nada menos que cuatrocientos cincuenta fármacos para tratar el cáncer, pero del nulo éxito de sus resultados terapéuticos y de las decenas de miles de personas que mueren cada año a pesar de ellos no dijeron ni una palabra. Saludos.”

La carta es de Manuel Guerra Ferreira de Vigo (Pontevedra), que parece tener las ideas muy clara sobre la industria farmacéutica y sus intereses reales.

Está claro que la salud es un gran negocio, en forma de enfermedades, en forma de pandemias, reales o fictíceas, como la famosa gripe A, ‘creada’ precisamente desde la propia OMS, para engordar a esas multinacionales farmacéuticas. ¿Cuál será el próximo capítulo de esta serie esperpéntica y criminal de la FARMAFIA? Próximamente en tu hogar, por mucho que te resistas…

domingo, 12 de agosto de 2012

LEY DE PROTECCION ANIMAL, TRABA PARA LA CIENCIA Y LA DOCENCIA

>> Leer artículo en UN Periódico


Ley de protección animal, traba para la ciencia y la docencia - Aug. 11 de 2012

Por:Jesús Alfredo Cortés-Vecino Director del Bioterio, Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia - Universidad Nacional de Colombia

La captura y estudio de animales, con los respectivos protocolos científicos y éticos, es vital para conocer la biodiversidad del país. - Foto: archivo particular


Mono del género Aotus, susceptible de forma natural a la malaria. - Foto: cortesía Manuel Elkin Patarroyo/FIDIC

El proyecto de ley que dicta normas para la protección de los animales provoca gran preocupación en la comunidad académica y científica, dadas las limitaciones que impone al uso de seres vivos en docencia e investigación. Es necesario comenzar una discusión que busque el bienestar de la fauna sin afectar el progreso científico nacional.

El proyecto de Ley 165 de 2011 presenta contradicciones por la falta de claridad en los conceptos sobre los que se fundamenta. Por ejemplo, la noción de animal, que abarca a múltiples especies (corales, gusanos, insectos, vertebrados, etc.), solo parece referirse a vertebrados (especialmente a mamíferos). Esta falta de claridad comprometería la investigación zoológica en general.

La iniciativa no diferencia entre investigación y experimentación, lo que implica que cualquier docente o investigador que aborde temas que incluyan animales para desarrollar habilidades o producir conocimiento incurriría en un comportamiento considerado ética y legalmente inapropiado. Así, se frenarían estas actividades en disciplinas que utilicen o estudien a los animales, incluidas áreas no exclusivamente experimentalistas, como sistemática, ecología y biodiversidad.

La norma también ordena el reemplazo de animales. La preocupación es válida, tanto desde el punto de vista ético como económico. En muchos casos, el uso de simuladores para procesos simples es posible y deseable. Sin embargo, la vida es un fenómeno complejo: en ella el conjunto es más que la suma de sus partes. Hasta ahora ningún esfuerzo ha recreado de manera artificial ni siquiera el más mínimo proceso viviente.

Prohibición irresponsable

Dado lo anterior, no se puede pretender que, con el conocimiento actual, se puedan sustituir los animales en la mayoría de casos. Por tanto, el plazo de un año que da el proyecto de ley para implementar modelos alternativos resulta irreal e imposible de alcanzar.

De hecho, puede considerarse como irresponsable la prohibición de experimentar con ellos, dado el costo que esto implica para la salud de las generaciones futuras. La investigación mediante la utilización racional de seres vivos da la oportunidad de aliviar las problemáticas en salud humana y animal.

La experimentación es costosa en términos económicos y sociales, y existe la preocupación a nivel científico y ético por que esta se desarrolle con plena justificación y calidad. El uso de animales no solo es reglamentado a través de las normas y leyes vigentes, la comunidad científica se autorregula por medio de los procesos de evaluación de proyectos, actividades, productos y publicaciones. De esta manera, relaciona la validez académica y científica con su buen y justificado empleo.

Experimentación con monos

Recientemente, en el centro de la polémica está la investigación sobre la vacuna contra la malaria (causada por Plasmodium falciparum). Esta es liderada por el profesor de la Universidad Nacional de Colombia Manuel Elkin Patarroyo, en la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia (FIDIC). Allí, se emplean como modelo a monos del género Aotus, susceptibles de forma natural a la infección.

Esta condición, junto con la similitud genética del sistema inmune que comparten con los humanos, lo hacen un patrón fundamental en el estudio de la enfermedad, dado que en el caso de P. falciparum es imposible reproducir la respuesta inmune en cultivos celulares, modelos computacionales u otros animales.

En la pesquisa del profesor Patarroyo se dan varios elementos que permiten entender cómo la implementación de esta ley frenaría el progreso científico en general. En este caso en particular, afectaría el desarrollo de una vacuna contra una enfermedad que afecta a 200 millones de personas, de las cuales mueren un millón cada año.

En primer lugar, se experimenta con primates, que despiertan una gran empatía dada su cercanía con los humanos. Se usan principalmente en el estudio de enfermedades autoinmunes

(p. ej., esclerosis múltiple), neurodegenerativas (p. ej., alzhéimer), infecciosas (p. ej., sida, malaria, TB, etc.) y otras (p. ej., cáncer, hipertensión, etc.). Igualmente, se utilizan en investigación básica y aplicada (inmunología, células madre, trasplantes, terapia génica, envejecimiento, neurociencias, etc.), en pruebas de seguridad y eficacia de fármacos y en el monitoreo de patógenos emergentes.

Según la Organización Mundial de la Salud, la mayoría de enfermedades epidémicas o pandémicas requieren el uso de primates no humanos para el desarrollo, producción y pruebas de medicamentos y vacunas para su control. Existe consenso en la comunidad científica sobre que no hay métodos alternativos para reemplazarlos, ni se proyecta que existan en un futuro cercano. El proyecto de ley sometería, entonces, a los investigadores que trabajan con primates a un escrutinio ético y legal adicional que no está claramente definido.

En segundo lugar, en la FIDIC se experimenta con animales silvestres. En el proyecto de ley se hace hincapié en que solo se deben usar animales criados en bioterios. En principio, las investigaciones con modelos animales requieren homogeneidad. Pero, cuando se necesita heterogeneidad, la pérdida de diversidad por la crianza en bioterios no permite alcanzar los objetivos. Otros estudios, como el monitoreo epidemiológico, requieren la captura y la experimentación con animales silvestres, lo que esta propuesta legislativa imposibilitaría.

Urge una gran discusión


En tercer lugar, está el destino de los animales. En la mayoría de países donde se experimenta con primates, no existen poblaciones silvestres de estos. Por esa razón, es necesario importarlos y criarlos en cautiverio. Luego de la investigación se les practica la eutanasia o deben pasar toda su vida natural en cautiverio.

El laboratorio de la FIDIC en Leticia (Amazonas) se ocupa de que los monos, después del periodo de experimentación (menor a seis meses), sean sometidos a una cuarentena cuyo propósito es garantizar que no son un riesgo para la salud de otros animales ni de poblaciones humanas. Y luego de ser rehabilitados para garantizar su aptitud son liberados en excelentes condiciones en las zonas de captura. Este tercer enfoque es posible en Colombia. La rigidez del proyecto, causada por emular la normatividad internacional, no permitiría desarrollos propios, según las condiciones del país, e impediría la liberación de animales rehabilitados.

Es necesario abrir una discusión que informe y eduque a la sociedad y que busque el bienestar animal sin afectar la docencia y la investigación. Ante un tema que despierta tantas opiniones y tan radicales posiciones, tanto la academia como los investigadores deben asumir un enfoque reflexivo y firme orientado a preservar la capacidad de hacer ciencia de alta calidad. Desafortunadamente, el proyecto de ley no permite este propósito.


Edición:
UN Periodico Impreso No. 158

Comentario: Resulta esperanzador que la Academia se pronuncie al respecto, aunque algo tardíamente; estos planteamientos debieron ser tenidos en cuenta por quienes analizaron los alegatos y dictaron el fallo que bloqueó la investigación de Patarroyo y la FIDIC, lo que, en la práctica, es un certificado de defunción para esta institución y una condena a muerte para quienes no tienen como pagar las vacunas producidas por la industria farmacéutica.

La comunidad científica y la academia en pleno deben, tienen, que pronunciarse sobre este asunto. De otra parte, los jueces y magistrados, doctos en el conocimiento de la ley pero muy probablemente poco o nada en cuestiones científicas, deberían convocar un equipo de académicos y científicos que les proporcionen el conocimiento y el enfoque necesarios para que las graves decisiones que deben tomar consulten antes que nada mas el interés de la humanidad que tan urgentemente necesita estos desarrollos.

No deben bastar las buenas intenciones para tirar al cesto de la basura décadas de investigación y la esperanza de millones de personas pertenecientes a los grupos mas vulnerables de la población mundial. Allá ellos. Fernando Márquez

miércoles, 8 de agosto de 2012

Carta al doctor Patarroyo


>> Leer artículo en Faro de Vigo

Eduardo Riestra - A Coruña

Querido Manuel Elkin: Han pasado ya varios años desde que publiqué "Patarroyo, pasión por la vida", la biografía que te escribió J.J. García Miravete. Entonces tuve la oportunidad de conocerte y de enterarme bien del proyecto de las vacunas sintéticas que has convertido en tu proyecto de vida.

También entonces conocí de cerca el acoso a que estás sometido por intereses económicos multinacionales, y del esfuerzo constante de estos en ponerte palos en las ruedas. Ahora aparece de nuevo el tema de los aotus, los monitos, como tú los llamas. Yo sé del rigor, la ética, la ecología con que desarrollas tus investigaciones, pero la opinión pública no. A la opinión pública se la puede manipular apelando a los sentimientos más simples y más emocionales. Los malos tratos a los animales o su comercio ilegal, por ejemplo. Considerar que un mono que salta de un árbol a otro se está saltando una frontera sería un chiste si no tuviera consecuencias tan graves.

La gente seguro que no sabe que solo en los aotus se desarrolla la malaria como en los seres humanos y que por eso son imprescindibles para la investigación. Tal vez tampoco sepa que cada año mueren más de un millón de niños en el mundo de malaria.

Pues bien, te dirijo esta carta para ofrecerte mi cuerpo para que sigas tus investigaciones. Si bien te ruego no me fuerces a subirme a ningún árbol, estoy dispuesto a sustituir a uno de tus monos, y lo digo aquí públicamente.

Recibe un fuerte abrazo y la admiración de tu amigo.

martes, 7 de agosto de 2012

Mineros y ecologistas: ¿nuevos 'amiguis'?

Por: ANDRéS HURTADO GARCíA | 6:27 p.m. | 06 de Agosto del 2012
Andrés Hurtado García

>> Leer artículo en EL TIEMPO


Que ellos, que lo saben todo, establezcan criterios para adelantar minería amable con el medio ambiente y que el Presidente cumpla.

Atando cabos recientes, no pude evitar un ataque de risa dolorosa. El Presidente dijo hace poco en Inírida que no permitirá "la minería criminal". A renglón seguido, la prensa publicó el mapa de las regiones de la Amazonia y la Orinoquia en las cuales se ubican la casi totalidad de los 17 millones de hectáreas que el Gobierno entregará a la locomotora de la minería. "Loco" motora, porque mal encaminadas las cosas serán una locura criminal. El otro cabo se encierra en el acertado título que Javier Silva Herrera escribió en su página de EL TIEMPO: 'Queremos una nueva cultura de la biodiversidad', donde explica la nueva política del Gobierno para aprovechar al máximo nuestra cacareada y riquísima diversidad. Atando estos cabos, me reafirmo en la aseveración que hice hace 15 días: "Señor Presidente, deje de dar contentillo a todo el mundo, que esa es la peor forma de gobernar".

Repito y me reafirmo: sería una locura no explotar el oro, el platino, el coltán y todo lo que el subsuelo nos ofrece. Pero mayor locura sería hacer minería irresponsable con el medio ambiente. En esta locomotora están montados las grandes empresas y los mineros artesanales, que también ellos hacen muchísimo daño a los ríos. Sabios tiene el país, algunos fueron o son funcionarios del Gobierno y los oímos pontificar a menudo sobre medio ambiente. Que ellos, que lo saben todo, establezcan criterios para adelantar minería amable con el medio ambiente y que el señor Presidente, que proclama que "no permitirá la minería criminal", cumpla con su palabra.

La minería grande y pequeña siempre hará daño al medio ambiente, pero deben sopesarse los daños y los beneficios. Lo que no se debe permitir es que esta locomotora arrase con la selva amazónica, la Orinoquia, los páramos, los parques nacionales, los bosques de cordillera y los ríos. Esta comisión de sabios decidirá si en determinado caso se puede adelantar minería en un bosque pequeño y potreros aledaños donde no haya perjuicio para las fuentes hídricas (como llaman los sabios al agua), con tal de que, por ejemplo, se exija a la empresa que se encargue de la protección a rajatabla de un gran espacio natural, como puede ser un páramo. Lo veo factible y Colombia saldría ganando por doble partida: los abundantes dineros que las empresas mineras deben aportar al país y la salvación de un espacio vital para nacimientos de agua. Así se podrían conjugar en parte y aceptablemente los inconjugables intereses de ambos sectores: mineros y medio ambiente.

* * * *

Nada que ver con lo anterior. 1. Qué problema tan complicado subir cada año unos pesitos al salario de los obreros. Y aterra la facilidad con que algunos se aumentan astronómicamente sus salarios, sin consultar a nadie y en cuestión de segundos. Por eso, cuando yo sea grande me gustaría ser gerente del Acueducto de Bogotá, que, según dijo EL TIEMPO, encaramó olímpicamente su sueldo a 25 millones de pesos mensuales.

2. Con la reticencia de los parlamentarios a imponer penas severísimas a los conductores ebrios, uno se pregunta si no será que ellos quieren curarse en salud porque conducen sus flamantes carros oficiales sin entregar las llaves.

3. Por lo demás, invito a los lectores a la XV Semana de la Montaña y de la Antártida, los días 21, 22, 23 y 24 de agosto en el Colegio Champagnat. Habrá conferencias audiovisuales sobre el descongelamiento de los glaciares, los cocodrilos del Llano, Islandia, país maravilloso, y el invitado especial es el español Jerónimo López, autoridad mundial en la Antártida. Habrá, además, el prestigioso Festival Banff de cine de naturaleza. Entrada gratuita.

Comentario al margen: En los momentos y escenarios en que realmente se necesitan los ecologistas, algunos desaparecen, miran para otro lado, no oyen, no ven, no escuchan, no les interesa. Que sus voces se escuchen alto y fuerte en defensa de la Amazonia, del agua, de la vida, si es que hay coherencia en sus actos. Fernando Márquez.