sábado, 5 de febrero de 2011

DESINFORMEMONOS OBJETIVAMENTE



El diario EL ESPECTADOR en su edición del sábado 5 de Febrero de 2011, bajo el título “Malaria en Colombia atrae atención mundial” hace una reseña sobre el trabajo del Doctor Sócrates Herrera y 10 artículos escritos por investigadores del Centro de Investigación Caucaseco, publicados en el prestigioso American Journal of Tropical Medicine and Hygiene. Caucaseco es un ente financiado por los norteamericanos, que le aportarán 13 millones de dólares durante siete años.

“No es muy común encontrar artículos de investigadores colombianos en revistas científicas internacionales” dice EL ESPECTADOR, lo cual es solo parcialmente cierto; si bien son poquísimos los investigadores colombianos con acceso a este tipo de publicaciones, lo cual es una muestra clara de la anemia científica del país, sí se registra –afortunadamente– una importante producción científica, de buen recibo en prestigiosas revistas internacionales, mucha de la cual, más de 300 artículos, se debe a la FIDIC, el instituto de investigación que dirige Manuel Elkin Patarroyo, algunos de los cuales se refieren, precisamente, a la malaria causada por Plasmodium vivax, campo en el cual la FIDIC es pionera en Colombia y en el mundo.

Se menciona también en la publicación, además de las pruebas clínicas, la utilización de monos Aotus para la realización de pruebas biomédicas, lo cual es absolutamente necesario dada la dificultad para obtener voluntarios humanos, al punto que el mismo Herrera publicó un aviso de prensa solicitando 100 voluntarios que se dejen infectar. (¿Quien quiere tener malaria?), EL ESPECTADOR, Enero-17-2011.

Sin embargo, curiosamente, esta solicitud de voluntarios “no es propiamente para demostrar la eficacia de la vacuna” sino “para verificar el método para inducir malaria por Plasmodium vivax en humanos, de forma segura y reproducible”, en palabras de Sócrates Herrera. Son enfoques respetables, desde luego, pero muy extraños.

Todo esto sería apenas anecdótico de no ser porque a Manuel Patarroyo se le ha cuestionado severamente por la utilización de estos animales por parte de organizaciones de corte ambientalista, más preocupadas por los monos que por la urgente necesidad de erradicar una enfermedad que ocasiona anualmente 500 millones de casos clínicos y más de tres millones de muertes, la mayoría niños menores de cinco años.

No es pues Patarroyo en el único que utiliza los monos para la realización de las pruebas, pero si el único a quien intenta bloqueársele este necesario recurso para su investigación. Además resulta extraño que un medio tan prestigioso como EL ESPECTADOR omita hacer mención del trabajo en malaria realizado en Colombia desde hace 25 años por la FIDIC, como si existiese alguna especie de acuerdo para condenar al ostracismo al que es sin duda alguna el más importante científico del país.

Pero no todo es malaria en la familia Herrera. El diario EL TIEMPO, en su edición del mismo día y bajo el título “Se cae proceso contra presuntos testaferros de las FARC”, informe elaborado por la unidad investigativa de este medio, se refiere a algunos familiares del Doctor Herrera, en particular a sus hermanos Beethoven y Benhur, empresario que ya le ganó una demanda por 50 mil millones de pesos a la nación por un contrato de energía de la Electrificadora del Tolima y que alcanzó a estar preso varios meses por los cargos imputados.

La fiscal Nohora Patricia Ferreira coordinadora de de la Unidad de Lavado de Activos acaba de tumbar el proceso por extinción y pidió a la judicatura que investigue al fiscal Ricardo Bustamante, quien inició el caso por no tener en cuenta un proceso paralelo que se les seguía a los implicados, en el que se calificaron como precarios los elementos de juicio que se tuvieron para iniciar la investigación.

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