martes, 21 de enero de 2014

Patarroyo considera trabajar en Ecuador ante dificultades en Colombia


» Leer en  ELTIEMPO.COM



Patarroyo
Patarroyo se destaca por su trabajo en la búsqueda de soluciones a enfermedades como la malaria.

Gobierno del país vecino quiere sumarlos a él y a su equipo a su política de desarrollo de ciencia.

En las últimas semanas, el Viceministerio de Ciencia y Tecnología del Ecuador, el Instituto Ecuatoriano de Medicina Tropical y la familia Guayasamín, han formulado ofertas al inmunólogo colombiano Manuel Elkin Patarroyo, para que se vincule directamente a proyectos de ciencia e investigación de ese país.

El gobierno del presidente Rafael Correa está empeñado en el reclutamiento de 640 PhD (doctores) de esa nación y de otras partes del mundo, cuya misión es llevar a la práctica los lineamientos de una ambiciosa política estatal de ciencia y tecnología.

Todos estos esfuerzos estarán encabezados por el Instituto para el Desarrollo, Tecnología e Innovación, al que han invitado a vincularse a Patarroyo y su equipo.

“Antes he recibido ofertas similares de otros gobiernos e incluso de empresas multinacionales, sin embargo esta es la primera vez, en 45 años, que las considero seriamente. Ya he sostenido conversaciones de alto nivel y próximamente tendremos una reunión con el presidente Correa”, dijo el inmunólogo.

El investigador asegura que siempre ha estado obsesionado con la idea de trabajar en Colombia, de la mano de científicos nacionales, “pero cada vez es más difícil –señala Patarroyo-, desde hace tres años no recibo ni un peso del presupuesto nacional para investigar; en ese orden de ideas, pagarles a investigadores que trabajan en el Instituto de Inmunología, que son de altísimo nivel, es imposible. El éxodo de estos cerebros hacia todo el mundo ya es un desangre”.

A lo anterior se suma la amenaza de desalojo de la sede del Instituto, por no poder pagar el arriendo; las deudas con proveedores y las decisiones judiciales, en contra de la entidad.
La oferta del Ecuador cobija al grupo de trabajo del Instituto, con el que desarrolló la primera vacuna sintética y con el que trabaja en la vacuna antimalárica, entre un centenar de proyectos en el área de la inmunología. Los avances obtenidos en estos campos han sido avalados por la comunidad científica y les ha merecido prestigiosos premios, como el Robert Koch y el Príncipe de Asturias.

“He luchado siempre por Colombia –afirmó el investigador- y me están dejando sin alternativas”.

REDACCIÓN VIDA DE HOY

  
 NOTA: 
No podría existir mayor vergüenza para el país que declararse incapaz de proporcionarle a sus mejores científicos la posibilidad de trabajar en y por su país, como lo ha hecho Patarroyo a lo largo de los últimos 35 años. Razón de sobra acompaña entonces a quienes han tenido la oportunidad de realizar Maestrías y Doctorados fuera del país pero prefieren aportarle su capacidad y su conocimiento a otras naciones, menos tacañas y con mayor visión de futuro, a aquellas que son conscientes de que en la educación y la ciencia está el verdadero progreso y por eso les facilitan las condiciones para investigar y desarrollar proyectos de envergadura. El recurso humano bien preparado es la verdadera riqueza, no la feria de los recursos del país a quienes tengan como comprarlos, de eso hemos visto mucho en Colombia.

De aceptar el Profesor Patarroyo la dirección del Instituto para el Desarrollo, Tecnología e Innovación Ecuatoriano habrá dado nuestro vecino país un enorme salto cualitativo mientras Colombia, el país donde se enriquecen los delincuentes, los falsos pastores y los contratistas corruptos mientras los honestos aguantan hambre y son desalojados, aún se pregunta entre asombrado y resignado por qué nuestros estudiantes ocuparon el penúltimo lugar en las evaluaciones internacionales sin que ello produzca las consecuencias que en cualquier otra nación tendría semejante ridículo internacional. Que se sepa no ha renunciado el primer Ministro de Educación por incapaz. Ni ningún otro.

Aquí lo usual es decir que las vacunas de Patarroyo solo funcionan en un porcentaje X pero a pocos, por no decir a ninguno, se le ocurre preguntar que le hace falta para lograr el cien por ciento de efectividad en sus vacunas; quizá resulte más barato dejar morir gente e instituciones que invertir en el verdadero país, el de todos nosotros, que tampoco logramos entender que exista un ser humano para quien el bienestar de sus congéneres sea más importante que las cuentas abultadas en Panamá o las Islas Cayman.  

Triste destino nos espera a todos los colombianos si seguimos permitiendo impasibles o cobardes –no se que será peor– que quienes tienen el poder de tomar decisiones lo hagan para favorecer a las multinacionales mineras, a la industria farmacéutica, a los bancos o a los grandes grupos económicos pero son incapaces de educar a su propia gente y mucho menos de favorecer las condiciones para hacer ciencia de verdad en el país.

Ya sé por qué Jaime Garzón dijo su triste y célebre frase. Quizá él se dio cuenta antes que muchos de nosotros que un pueblo ignorante es un pueblo más fácil de gobernar y de esquilmar. Por lo pronto votaré en blanco para hacerle saber a los ineptos que han sido descubiertos y que no son bienvenidos hasta que decidan sacar este país del hoyo maloliente en el que lo metieron. Si Patarroyo tiene que irse hoy, mañana tendrán que irse todos los que quieran hacer algo por esta patria cada día más boba y envilecida.  


Fernando Márquez 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario