"Muchos países tienen que elegir la enfermedad por la que morirán sus niños", critica Kate Elder, asesora de MSF.
La frase de Kate Elder refleja una verdad a la que le son aplicables todos los calificativos posibles: Absurda, criminal, genocida, inhumana, mercantil, despeciable... le corresponde a cada lector asignarle la que considere más adecuada, según su particular visión del problema.
En todo caso, el panorama en torno a lo inconveniente que les resulta el trabajo de Patarroyo y la FIDIC a los grupos empresariales mencionados en el artículo y la capacidad que estos tienen para obstaculizar su trabajo, debe resultar a partir de ahora mucho más clara para quienes aún creen que el delincuente es el científico y que son los otros los que nos defienden. Pura paja.
Por aquí se encuentra el origen de las banderitas de color verde dólar y la algarabía seudoanimalista con la que algunos buscan proteger los intereses de los señores que sin pudor alguno le ponen precio a la salud y la vida, un vasto mercado al que pertenecemos todos, con la diferencia de que son pocos los que pueden pagar, los demás se mueren.
Fernando Márquez
SALUD PÚBLICA
Médicos Sin Fronteras denuncia los precios “astronómicos” de las vacunas
- Una turbia táctica de las farmacéuticas aumenta el coste de la sanidad pública.
Vacunar a un niño en un país pobre cuesta hoy 68 veces más que en 2001, según un duro informe de Médicos Sin Fronteras (MSF) que rompe el secretismo en torno al negocio de las vacunas.
Un paquete completo de vacunación protegía en 2001 contra seis
enfermedades y costaba 0,57 euros. Ahora cubre 12 males y alcanza los
39,25 euros. Esta multiplicación de los precios se debe a “la avaricia
de las grandes farmacéuticas”, a juicio de la estadounidense Kate Elder,
asesora de políticas de vacunas de MSF.
El
aumento del precio del paquete se debe, fundamentalmente, a la
introducción de nuevas vacunas, como las que protegen frente al
neumococo, el rotavirus y el virus del papiloma humano. Estas tres
vacunas están controladas por tres empresas —la británica GSK, la
estadounidense Pfizer y la también estadounidense Merck, conocida fuera
de Estados Unidos como MSD— que mantienen precios “astronómicos”, según
Elder. “Las grandes farmacéuticas justifican los altos precios en su
inversión en investigación para desarrollar las vacunas, pero este
dinero ya lo han recuperado con creces”, denuncia esta experta.
El informe, La mejor vacuna: por un acceso sin barreras a vacunas asequibles y adaptadas,
calcula que GSK invirtió entre 130 y 400 millones de euros en I+D para
lograr su vacuna contra el rotavirus, alcanzando unas ventas de 2.600
millones de euros entre 2010 y 2013. El rotavirus es la principal causa
de diarrea grave en bebés y niños pequeños. Cada año, mata
aproximadamente a medio millón de menores de cinco años, pese a ser una
enfermedad prevenible. La otra vacuna disponible contra el virus,
comercializada por la estadounidense Merck, requirió una inversión
similar a la de GSK y generó un volumen de ventas de 3.700 millones de
euros, según el informe.
El
alto precio de la vacuna contra el neumococo de Pfizer “refleja el
hecho de que es uno de los productos biológicos más complejos jamás
desarrollados y fabricados”
MSF
asegura que el elevado precio de las vacunas contra el virus del
papiloma humano de GSK y Merck también ha generado a ambas farmacéuticas
“enormes retornos de la inversión, estimados en entre 12 y 16 veces el
coste de producción”.
Las críticas
también llueven contra Pfizer y Merck por su vacuna contra el neumococo,
el microbio que es el principal responsable de la neumonía bacteriana
que mata a más de 800.000 niños al año según las últimas estimaciones de
la Organización Mundial de la Salud. El alto precio de la vacuna
representa un tercio del total de un paquete de vacunación para un niño.
Pfizer generó un volumen de ventas de 13.700 millones de euros, entre
2010 y 2013, gracias a esta vacuna, según MSF.
El nuevo informe también denuncia el “secretismo” de la industria farmacéutica,
que “oculta deliberadamente los precios” que pone a las vacunas en cada
país. “La ocultación de precios es habitual y se hace con el fin de
tener desinformados a los gobiernos y a las organizaciones donantes,
para que paguen más en sus negociaciones con las farmacéuticas”, explica
Elder. Así, MSF ha detectado “situaciones irracionales”, como que
Marruecos y Túnez paguen más que Francia por la vacuna contra el
neumococo de Pfizer: 55 y 58,5 euros frente a 50.
Además,
alerta Elder, muchos países se encuentran ahora en la coyuntura de
“tener que elegir la enfermedad por la que morirán sus niños”, al no
poder pagar todas las vacunas. La Alianza GAVI —que agrupa a gobiernos,
fabricantes de vacunas, ONG y la Fundación Gates para fomentar la
vacunación en todo el mundo— ha abaratado las vacunas en los países más
pobres, pero más de una cuarta parte de las naciones perderán apoyo de
la organización a partir del año que viene. Sin la ayuda de GAVI, Angola
e Indonesia pagarán un 1.500% más por las nuevas vacunas; Congo, un
800% más; Bolivia, un 700% más; y Honduras, un 300% más, según MSF.
Muchos países tienen que elegir la enfermedad por la que morirán sus niños”, critica Kate Elder, asesora de MSF
“Asimismo,
es cada vez más difícil que muchas de las personas más vulnerables del
mundo, las que malviven en campos de desplazados o en otros escenarios
de crisis, reciban las vacunas más nuevas, ya que ni siquiera
organizaciones humanitarias como MSF, proveedoras de servicios gratuitos
de salud en estos escenarios, tienen acceso al menor precio
disponible”, critica la ONG.
En
vísperas de una conferencia de donantes para vacunación que se
organizará en Berlín (Alemania) el 27 de enero, MSF exige a GSK y a
Pfizer que reduzcan el precio de la vacuna contra el neumococo a 4,35
euros por niño en los países en desarrollo.
La
delegación española de GSK no ha querido hacer declaraciones a este
periódico. Fuentes de Pfizer afirman que la empresa está “orgullosa” de
participar en GAVI. “El 60% de los niños más pobres del planeta está
cubierto por el programa AMC del GAVI a un precio que está muy por
debajo del coste de fabricar la vacuna”, señalan desde la multinacional
estadounidense.
El alto precio de la
vacuna contra el neumococo de Pfizer, denominada Prevenar 13, “refleja
el hecho de que es uno de los productos biológicos más complejos jamás
desarrollados y fabricados”, aseguran las mismas fuentes de la compañía.
Su vacuna contiene 13 categorías diferentes de la bacteria. “Cada una
de ellas requiere un proceso separado de purificación, conjugación y
comprobación. Lleva más de dos años crear un lote de Prevenar 13,
abarcando unos 500 controles de calidad previos a la realización y
distribución de la vacuna, procesos en distintas fábricas y cientos de
profesionales altamente cualificados”, aducen.
El
documento de MSF hace un llamamiento a los gobiernos y a los
fabricantes a publicar los precios que negocian. Así, los países podrán
comparar y llegar a mejores acuerdos. La ONG también exhorta a los
gobiernos a que hagan pedidos conjuntos, para ganar músculo en las
negociaciones de precios con las farmacéuticas. MSF destaca el caso de
éxito del Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud,
que ha logrado precios reducidos y únicos para toda la región.
Finalmente,
la ONG pide que se facilite la entrada en el mercado internacional de
nuevos y baratos fabricantes de vacunas, señalando directamente a China.
“Las vacunas que salvan la vida de niños no pueden ser un gran
negocio”, remacha Elder.
FE DE ERRORES
En
una primera versión de este artículo se confundió erróneamente a la
farmacéutica estadounidense Merck con la compañía alemana del mismo
nombre. Fuera de EEUU, Merck es conocida como MSD, que es la compañía a
la que hace alusión el informe.
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