miércoles, 8 de agosto de 2012

Carta al doctor Patarroyo


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Eduardo Riestra - A Coruña

Querido Manuel Elkin: Han pasado ya varios años desde que publiqué "Patarroyo, pasión por la vida", la biografía que te escribió J.J. García Miravete. Entonces tuve la oportunidad de conocerte y de enterarme bien del proyecto de las vacunas sintéticas que has convertido en tu proyecto de vida.

También entonces conocí de cerca el acoso a que estás sometido por intereses económicos multinacionales, y del esfuerzo constante de estos en ponerte palos en las ruedas. Ahora aparece de nuevo el tema de los aotus, los monitos, como tú los llamas. Yo sé del rigor, la ética, la ecología con que desarrollas tus investigaciones, pero la opinión pública no. A la opinión pública se la puede manipular apelando a los sentimientos más simples y más emocionales. Los malos tratos a los animales o su comercio ilegal, por ejemplo. Considerar que un mono que salta de un árbol a otro se está saltando una frontera sería un chiste si no tuviera consecuencias tan graves.

La gente seguro que no sabe que solo en los aotus se desarrolla la malaria como en los seres humanos y que por eso son imprescindibles para la investigación. Tal vez tampoco sepa que cada año mueren más de un millón de niños en el mundo de malaria.

Pues bien, te dirijo esta carta para ofrecerte mi cuerpo para que sigas tus investigaciones. Si bien te ruego no me fuerces a subirme a ningún árbol, estoy dispuesto a sustituir a uno de tus monos, y lo digo aquí públicamente.

Recibe un fuerte abrazo y la admiración de tu amigo.

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