sábado, 14 de diciembre de 2013

Vacunas que salvarían a 17 millones de personas, en vilo por fallo

» Para proteger el derecho a la investigación en Colombia firme aquí

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Manuel E. Patarroyo
El inmunólogo sostiene que siempre utilizó ejemplares capturados por colectores colombianos.

Manuel E. Patarroyo habló de la decisión del Consejo de Estado que prohíbe el uso de monos 'Aotus'.

En un reciente fallo, el Consejo de Estado decidió cancelarle, de manera definitiva, el permiso a la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia (Fidic) para capturar monos nocturnos 'Aotus', que son usados en sus investigaciones sobre malaria.
El inmunólogo Manuel Elkin Patarroyo, director de la Fidic, advierte sobre los alcances de esta decisión que, asegura, atenta contra 33 años de trabajo dedicados a lograr una vacuna efectiva contra este mal.
“Siempre he sido muy respetuoso de las instituciones y las leyes -señaló Patarroyo-, por eso pido que el Consejo de Estado también respete los resultados incontrovertibles de la ciencia; no hacerlo es permitir un atropello de lo subjetivo a lo objetivo”.
La decisión, en segunda instancia, confirma el fallo emitido en primera por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, a una acción popular interpuesta, con ese fin, por el abogado Gabriel Vanegas y la primatóloga Ángela Maldonado.
Patarroyo ha sido señalado en este proceso por los demandantes de favorecer el tráfico de especies, al comprar y utilizar monos 'Aotus' capturados en Perú, y de exceder el número de especímenes autorizado.
El inmunólogo respondió las preguntas de EL TIEMPO sobre este tema.
¿Qué argumentos esgrime el Consejo de Estado?
Quiero precisar que el fallo fue emitido por la subsección tercera del Consejo; no fue discutido en sala plena. En él se dice que el permiso se había otorgado para trabajar con los monos ‘Aotus vociferans’ y no con los ‘Aotus nacimaee’, que se creía eran solo peruanos y brasileños. Sin embargo, estudios de ADN hechos por la Universidad Nacional demuestran que en Colombia más del 80 por ciento son de origen que se creía peruano, por consiguiente nunca hubo tráfico ilegal. Trabajamos con micos colombianos, como siempre lo dijimos. Esta confusión hizo que se nos sancionara injustamente con el cierre de la estación en Leticia por más de tres años y ahora definitivamente.
¿Qué efecto tiene esta decisión?
Que se aleja la posibilidad de evitar la muerte de un millón de niños por malaria al año y que se trunca nuestro trabajo, que estábamos terminando, de descubrir las reglas para desarrollar vacunas contra enfermedades que matan a 17 millones de personas anualmente. Creo que no tienen ni idea de los alcances de la decisión que tomaron…
¿Tiene cómo demostrar que usó monos colombianos en su investigación?
Sí. En todas las actas consta que los monos fueron obtenidos de colectores colombianos, aunque puede que alguna vez se colaran unos cuantos del Perú. Más allá de eso, los estudios de ADN de la Universidad Nacional demuestran que los micos con los cuales investigamos eran ancestralmente colombianos. Entonces, ¿de dónde viene la acusación? ¿Dónde se origina el problema? Los demandantes son el abogado Gabriel Vanegas, a quien nadie conoce, y la científica Ángela Maldonado, que exhibe apenas tres publicaciones y viaja por todo el mundo (Bruselas, Londres, Kenia, Taiwán, Estados Unidos) con su campaña de "salvemos los Aotus"...
Es decir que considera que a la demandante le falta fundamento…
Pues juzgue usted: publicó en diferentes medios que hemos recibido más de 100 mil micos y que se mueren. Y eso es falso. El estudio de la Nacional demostró que la vasta mayoría de los monos se reintegran exitosamente al medio ambiente; también dice que nos asignan el 80 por ciento del presupuesto nacional de ciencia, y lo cierto es que en los últimos tres años no hemos recibido un solo centavo del país. De postre nos acusa por escrito de estar amenazándola de muerte, de que hemos talado más de 15 mil hectáreas de bosque, de que hemos atropellado a comunidades indígenas… Por desgracia, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca y la subsección tercera del Consejo de Estado le creyeron esas historias.
¿Con cuántos monos 'Aotus' ha trabajado?
Durante 33 años de investigación hemos trabajado con 21.148 ejemplares. Desde el momento en el que se reciben hasta que son liberados (es decir, no durante el experimento) no muere más del 5 por ciento. Gracias a estos animales desarrollamos la vacuna más efectiva contra la malaria hasta la fecha.
¿Cómo los regresaba a la selva?
Insisto en aclarar que a todos los micos se les mantiene en excelentes condiciones generales, como les consta a todas las autoridades ambientales y a muchas personas que visitaron nuestro Instituto. Antes de ser liberados son evaluados por un comité de ética departamental; veterinarios o biólogos de Corpoamazonía, como consta en innumerables actas, decidían el sitio donde serían devueltos a su hábitat.
¿Y cómo sabe que no se mueren al regresarlos?
El estudio de la Nacional comprobó que de toda la población de 'Aotus' del Amazonas analizada por sus investigadores, el 11 por ciento llevaba nuestro tatuaje, es decir que se habían reintegrado al medio ambiente, algunos desde hacía 3 y 4 años, y habían conformado grupos familiares.
¿Es posible crear un modelo animal para compensar la falta de los monos?
Se pueden crear ratones transgénicos para una sola de las moléculas del sistema de defensas del ser humano, no para todas. Dicho sea de paso, hay muy pocos de esos roedores y tomaría por lo menos 10 años más alcanzar lo que ya habíamos adelantado en los micos. Los 'Aotus' son necesarios para el desarrollo de las vacunas en general, pues su sistema inmune es prácticamente idéntico al de los seres humanos.
¿En qué estado está su vacuna?
Para la forma del parásito que infecta al glóbulo rojo de la sangre (merozoito) está en más de un 90 por ciento de efectividad, pero para la que infecta al hígado está en un 30 por ciento. Al parásito hay que atacarlo en ambos niveles y es la razón por la cual necesitábamos un año y medio más, y más monitos, pero infortunadamente estas demandas nos han detenido por más de tres años y medio, como consta en los distintos procesos sancionatorios. Esta vacuna tan luchada era un logro de la ciencia colombiana, para el bienestar de toda la humanidad.
Se dice que sus investigaciones afectaron la salud amazónica…
¡Qué mentira tan gigantesca! Para empezar, la malaria que existe en el Amazonas es causada por el parásito ‘Plasmodium vivax’ y nosotros trabajamos con el ‘Plasmodium falciparum’. Decir lo contrario es mezclar peras con habas.
¿Qué sigue?
La comunidad científica sabía, por nuestra asistencia a los innumerables foros y congresos a los que se nos invita, y las publicaciones de nuestros resultados, que punteábamos en el desarrollo de una vacuna que les salvaría la vida a un millón de niños por año… ¡A un millón de niños anualmente!
¿Cómo califica todo este proceso y el fallo en el que desembocó?
Que se trató de la batalla de una mentira subjetiva según la cual los monos 'Aotus' no existen en Colombia, algo por lo que siempre se nos sancionó, versus la verdad objetiva de la ciencia, que sí existen.   Otros llaman a la imposibilidad de contar finalmente con una vacuna antimalárica un genocidio. Al final del día serán los demandantes y los jueces quienes respondan ante el mundo entero por sus actos.
CARLOS FRANCISCO FERNÁNDEZ
Asesor médico de EL TIEMPO

Hace muy poco la multinacional GSK fué multada con 3000 millones de dólares por prácticas lesivas para la salud humana. Para nadie es un secreto el hecho, muchas veces demostrado, de que para la industria farmacéutica el negocio, extraordinariamente lucrativo, está en la venta de medicamentos para tratar enfermedades, NO EN VACUNAS PARA EVITARLAS, a menos que estas sean comercializadas por ellos.  Y están dispuestos a invertir todo el dinero que sea necesario para evitar la competencia, máxime si esta opera basada en razones altruistas y de humanidad, no comerciales. 
En Colombia esta situación adquiere ribetes verdaderamente dramáticos. Hay medicamentos cuyo precio es en Colombia 2000 veces más alto que en países vecinos.  "La fundación Ifarma, una entidad independiente que se encarga de analizar estos problemas en América Latina y el Caribe, afirma textualmente que “Colombia ocupa el primer lugar mundial en precios de medicamentos, lo que está llevando a la quiebra del sistema de salud”. Que verguenza!
A este estado de cosas solo es posible llegar a través de sobornos y dádivas para algunos funcionarios de alto nivel encargados de proteger la salud y la vida de todos los colombianos, personajes que sin ningún escrúpulo se venden por unas cuantas monedas. Los métodos con los que sobornan a muchos médicos para que receten sus moléculas en diferentes países son bien conocidos: Seminarios, congresos, viajes, cursos, dinero, son parte del menú. Pero no son los únicos, cualquiera dispuesto a facilitarles la tarea de llenarse los bolsillos es bienvenido. 
El afán de lucro es la verdadera razón para obstaculizar el trabajo del Profesor Patarroyo, aunque los alegatos presentados suelan barnizarse de verde encendido. Obstaculizar el desarrollo de vacunas y medicamentos gratuitos o de muy bajo costo, en cualquier lugar del mundo, es un crimen de lesa humanidad, un genocidio de características espantosas que debe ser denunciado y rechazado categóricamente en todos los rincones del mundo. 
Fernando Márquez

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