viernes, 8 de abril de 2011

¡Es la química!



Por: MANUEL GUZMÁN HENNESSEY | 7:35 p.m. | 07 de Abril del 2011

>> Ver artículo en EL TIEMPO



Lo que debería ser motivo de alborozo nacional no lo es: que exista entre nosotros ciencia reconocida en el mundo.

La publicación de un paper de 49 páginas en la revista química más prestigiosa del mundo suscita entre nosotros más denuesto que regocijo. ¿Por qué? Vamos a ver. Me refiero a lo publicado en Accounts of Chemical Reviews por el profesor de la Universidad del Rosario Manuel Elkin Patarroyo y dos investigadores.

Empiezo por los denuestos: que la efectividad de la primera vacuna fue muy baja, que el científico recibe mucho dinero del Estado, que se apresura a comunicar los resultados, que gusta de los medios, que trabaja con micos en el Amazonas y etcétera.

Lo que debería ser motivo de alborozo nacional no lo es: que exista entre nosotros ciencia reconocida en el mundo, que Patarroyo y su equipo publiquen (algo así como 300 papers) en revistas de prestigio, como Nature y The Lancet, que se les haya ocurrido una sencilla cosa que a nadie más se le ha ocurrido, a pesar de que, a simple vista, parece asunto de sentido común: copiar la vida a partir de la química para no tener que hacer vacunas con la vida sino desde la síntesis, desarrollada en los laboratorios, de aquellos elementos que la componen. En este caso, de los microorganismos que transmiten enfermedades infecciosas.

Esta sencilla cosa representa un aporte para la humanidad entera, pues a partir de este método se podrán resolver, cuando la ciencia avance, más de 500 enfermedades que hoy causan la muerte de millones de personas.

Chemical Reviews publica revisiones de procesos científicos, más que nuevos descubrimientos, por lo cual es destacable que se publique, en esta ocasión, el "método" que por muchos años ha ocupado la mente de este visionario, y cuya tesonera elaboración ha servido de plataforma para muchos investigadores colombianos, que hoy trabajan en prestigiosas universidades del mundo.

La ciencia no es fácil, pues toca arrancar de una chispa: una visión, una intuición; y desarrollar después el método para traducir la chispa en realidad; a algunos con ella le vienen los procesos, a otros les toca abrir la trocha y avanzar entre la selva con el riesgo de equivocar muchas veces el camino emprendido. Rectificar y volver a empezar es lo que hacen quienes conocen de antiguo que no es asunto de soplar y hacer botellas.

Por la posibilidad de pensar en todo ello, y de imaginar una sociedad que reconozca los procesos de la ciencia y un sistema de investigación que incorpore los métodos de la preclara visión, esta noticia es refrescante, en un país acostumbrado a descubrir atajos de otro tipo, que aquí no quiero nombrar.

guzmanhennessey@yahoo.com.ar

No hay comentarios.:

Publicar un comentario