domingo, 24 de abril de 2011

La nueva vacuna contra la Malaria abre la puerta a las demás


Publicado el : 24 de Abril 2011 - 7:00 de la mañana | Por María Isabel García

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“Con la investigación para la vacuna de la malaria hemos encontrado un método, los principios o las reglas…corresponde a otros que trabajan en el dengue, diarreas, o bronconeumonías, desarrollar las vacunas con la misma metodología, libre de costo y responsabilidad” dice en la entrevista con Radio Nederland el científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo.

Con las últimas investigaciones llevadas a cabo por Patarroyo hay nuevas esperanzas de encontrar una vacuna de alta eficacia contra la malaria, devastadora enfermedad que se cobra cerca de un millón de vidas al año y afecta a más 400 millones de personas en el mundo, particularmente en países tropicales.

Descargue o escuche la entrevista completa con Patarroyo

El científico colombiano anuncia un avance en su vacuna sintética químicamente obtenida, y se arriesga con pronósticos de un 90% de eficacia en humanos, dadas las pruebas y resultados en monos Aoutus trivirgatus, o micos de la noche, habitantes del Amazonas, en los que ha hecho sus aplicaciones experimentales.

Radio Nederland. ¿En qué consiste el nuevo hallazgo?

Manuel Elkin Patarroyo. Tenemos prácticamente identificados los fragmentos -las manitas- que utilizan los microbios para pegarse, agarrarse, a las células que luego van a infectar, y producir la enfermedad (…) Hay que bloquear las manos para que no se pueda agarrar. Podemos decir que tenemos una vacuna que funciona alrededor del 90% en las aplicaciones hecha a los monos del Amazonas, cuyo sistema de defensas es idéntico al de los seres humanos, con lo que el salto no es de ratón a humano, o de conejo a humano, que es grandísimo.

La similitud entre los sistemas inmunológicos de los Aotus y los seres humanos se ha comprobado, mediante indagaciones de biología molecular, adelantadas por su hijo, Manuel Alfonso Patarroyo, expresa, con doble orgullo. La conversación se desarrolla en su despacho de la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia, una estancia amplia y clara en cuyas paredes no cabe un diploma más, reconocimiento de universidades y sociedades científicas de todo el mundo.

RN ¿Pruebas en humanos?

MEP. Ese es el siguiente paso. Inicialmente se harán aplicaciones en Colombia y luego se replicarán en África (…) Tenemos una secuencia lógica: lo que funciona en monos, funciona en humanos, y lo que funciona en Colombia funciona, más o menos con las mismas características, en África y Asia.

RN. ¿Para cuándo está prevista la aplicación?

MEP. Está prevista para fin de este año, o, por tarde, para mediados del año entrante. No depende de nosotros, si no de juristas, bioticistas, quienes deben dar los permisos.

RN. ¿Qué perspectivas le abre a la salud humana ese camino desbrozado para el combate de las enfermedades infecciosas?

MEP. Hemos encontrado un método, los principios, las reglas. Le corresponde a otros grupos, los que trabajan en dengue, los que están investigando en diarreas, o bronconeumonías, también desarrollar las vacunas con la misma metodología, libre de costo y responsabilidad. Al patentar esto no vamos a cobrar ni un céntimo. Son 120 personas y 33 años de trabajo continuo.

El hallazgo

En 1987 el mundo científico fue notificado de la obtención, un año antes, de la Spf66, primera vacuna química obtenida en laboratorio, la primera contra un parásito, el plasmodium falciparum, que produce la malaria. Al frente del hallazgo, el científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo y su equipo. “Se demostró que si se toman componentes del parásito de la malaria y se averigua su estructura química se puede volver a fabricarlos químicamente para utilizarlos como vacuna. La clave está en saber cuáles son los componentes”.

El descubrimiento, documentado con rigor y minuciosidad en cuadernos celosamente guardados, tiene fecha precisa: 26 de enero de 1986.

En la búsqueda de métodos para fabricar vacunas, en 1989, uno de los miembros de su equipo, Mauricio Calvo, encontró que lo que habían introducido en la vacuna de la malaria eran los fragmentos con los cuales el parásito se pega a los glóbulos rojos que va a infectar. Así quedó abierto el camino para la búsqueda de vacunas contra todas las enfermedades infeccionas.

Con un rango de entre 30% y 50% de efectividad de la vacuna en humanos, en 1995 Patarroyo donó la patente a la Organización Mundial de la Salud, pero el organismo dejó de aplicarla.

Dos décadas y media después, el nuevo anuncio.

“Comenzamos con la idea de que las vacunas se pueden hacer químicamente” frente al método tradicional de obtención de las llamadas ‘vacunas completas’ o biológicas, postulado en 1884 por Louis Pasteur, que consiste en aplicar a la persona la bacteria causante de la enfermedad.

“Sin pretender parecerme a él, porque es un gigante, ahora damos un salto cuántico”.

Solo pensar que para unas 517 enfermedades infecciosas que sufren los seres humanos, sin contar muchas más que afectan a los animales, apenas hay 15 vacunas biológicas, indica las vastas posibilidades que abre el trabajo del Dr. Patarroyo y su equipo.

En relación con el comportamiento de las multinacionales farmacéuticas con respecto al costo de los medicamentos y el combate de las enfermedades Patarroyo nos dijo:

"Siempre lo he visto morboso, pero no me voy a enfrentar a ellas. Es la pelea de un pequeño David contra Goliats gigantescos, que tienen el poder económico, político, social y también científico. No voy a lanzar el guijarro, somos conscientes que con un pisotón terminaríamos apachurrados; la humanidad sabe que lo que hacen no es correcto"
Manuel Elkin Patarroyo en su despacho en Bogotá, Colombia

María Isabel García

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