lunes, 20 de octubre de 2014

Ciencia, pobre

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Domingo, 19 Octubre 2014 03:58

Toda la razón tiene el más connotado y famoso de los científicos colombianos, el inmunólogo tolimense Manuel Elkin Patarroyo, en cuanto cuestiona lo que califica como falta de una política clara del Estado colombiano para el apoyo a la investigación científica, y ratifica que nuestros países no han tenido antecedentes históricos de ciencia por lo cual, según él, aquí es una cosa de loquitos, de quijotes inmersos en un sinnúmero de dificultades para lograr algún resultado significativo. El mismo Patarroyo ha debido padecer las carencias de una real política estatal en esta materia, tanto por lo poco que se le aporta como por las críticas que otros investigadores han hecho con frecuencia respecto de que hubo años en los que la mayor parte de dinero para investigar se le entregaba al Instituto de Inmunología que él dirige.




Parece de Perogrullo pero es pertinente repetirlo: un país que no invierte en ciencia y tecnología poco desarrollo en todas sus áreas tendrá; el llamado gran milagro asiático de esas naciones que fueron azotadas horriblemente por guerras entre los años 40, 50 y 60 del siglo pasado, se debe en su gran mayoría a que entendieron que es así como se logra el progreso y el bienestar de sus millones de habitantes. Japón y Corea del Sur, por citar solo dos, invierten enormes presupuestos en sus investigadores, universidades y proyectos. Por ejemplo, Corea del Sur con una población similar a la colombiana, invierte anualmente alrededor del 3,7 por ciento del PIB -aproximadamente 37 mil millones de dólares- en actividades de ciencia y tecnología. E incluso los africanos lo están haciendo mejor: el parlamento de Kenia aprobó destinar el 2 por ciento del PIB para actividades de ciencia y tecnología.

Mientras tanto en Colombia las cifras dan grima. Como lo señaló Patarroyo en su visita al Huila, Colciencias tiene apenas $300.000 millones de presupuesto, es decir el equivalente a 150 millones de dólares para pagar salarios, nómina y toda la investigación científica de Colombia, mientras que una de la principales universidades del mundo, el Instituto de Tecnología de California, tiene 3.500 millones de dólares anuales para hacer investigación científica, es decir 25 veces el presupuesto de Colciencias.

Por eso vamos como vamos. Y un indicador también elocuente es que mientras en varios países latinoamericanos, africanos y asiáticos, buena parte de las inversiones de compañías extranjeras tienen un alto componente de investigación y desarrollo de patentes industriales, en Colombia poco o nada se ve de ello. Casi la totalidad de los miles de millones de dólares que llegan al país en las multinacionales es para la minería, explotando y exportando nuestros recursos naturales. Por ello suena a utopía pero se dice cada vez que el tema se discute: si Colombia no quiere seguir tan rezagado en el planeta, debería destinar el 2 por ciento de su PIB a ciencia y tecnología, es decir unos 7 mil millones de dólares anuales. Apenas vamos en 150, muy lejos.

“Casi la totalidad de los miles de millones de dólares que llegan al país en las multinacionales es para la minería, explotando y exportando nuestros recursos naturales”

Editorialito

Aunque parece difícil imaginarlo, el año pasado fueron talados en Colombia tantos árboles como si se sumaran en una sola superficie 242 mil campos de fútbol, según reveló el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam).

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